Las prótesis torácicas 3D se han consolidado como una técnica eficaz para tratar a los pacientes aquejados de lesiones graves. Y es que la práctica ha demostrado ser una "excelente alternativa" para realizar grandes reconstrucciones de la pared torácica y cubrir defectos "de casi cualquier magnitud". Así lo puso de manifiesto ayer el doctor José Ramón Cano, cirujano torácico del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil, durante el acto de presentación de los resultados de esta actividad, que contó también con la presencia del ingeniero del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) Donato Monopoli -empresa colaboradora- y de Antonio Rivero, un paciente intervenido en 2018. "Gracias a este sistema dinámico y personalizado se pueden evitar las limitaciones en los movimientos respiratorios", detalló el facultativo.

Lo cierto es que el centro sanitario capitalino aúna ya cuatro años de experiencia en la aplicación de esta técnica pionera en el Archipiélago, que ha podido asistir a nueve pacientes -seis hombres y tres mujeres-. Del cómputo total, cinco personas presentaban grandes masas tumorales que afectaban al esternón y a las costillas; otras dos manifestaban deformidades en la escápula; y el resto, grandes hernias entre las costillas asociadas a traumatismos severos en el tórax, que provocaban la salida de los pulmones.

Según explicaron los expertos, las piezas implantadas están elaboradas con titanio, aluminio y otros metales que permiten al tórax desempeñar sus dos funciones principales -proteger a los órganos y realizar movimientos respiratorios-. Asimismo, tienen la capacidad de aportar estabilidad y flexibilidad. "Anteriormente, a estos pacientes les implantábamos unas prótesis de que tenían bastante limitaciones, pues eran muy rígidas y estandarizadas. También, corrían mayor riesgo de rotura y provocaban más intolerancias", explicó el especialista.

Siguiendo esta línea, la tecnología empleada por los profesionales del Insular se basa "en una reconstrucción tridimensional personalizada", a través de un TAC de cada paciente, que da la posibilidad de diseñar una prótesis " a medida" para solucionar el defecto que debe ser corregido. "Podemos trabajar realizando modelos plásticos sobre la deformidad que tenemos que tratar. Si vemos que el resultado es adecuado, lo trasladamos al modelo definitivo", aclaró el cirujano.

Pero los beneficios son aún más amplios. De hecho, este procedimiento reduce también el tiempo quirúrgico, la estancia hospitalaria y acelera la recuperación de los pacientes. "Hasta el momento, las personas que hemos intervenido han podido levantarse, por lo general, al día siguiente, y en pocos días se les ha dado el alta hospitalaria", aseguró el doctor Cano. "Los resultados a largo plazo son también mucho mejores", prosiguió, "las otras alternativas, no solo provocaban más molestias a los afectados, sino que precisaban otra intervención con el paso del tiempo".

Antonio Rivero es un ejemplo del éxito de esta iniciativa. Este paciente grancanario de 67 años sufrió una caída en 2009 que le provocó una fractura en las costillas. Posteriormente, una infección respiratoria, que derivó en una bronquitis que le provocaba golpes de tos muy violentos, agravó su recuperación. "Las costillas tienen que quedar alineadas y este paciente tenía un gran hueco debajo de la pared costal, lo que provocaba la salida del pulmón y de los órganos abdominales", precisó el cirujano.

Rivero fue operado por primera vez en 2009 con las técnicas disponibles en ese momento. La operación fracasó y precisó una segunda intervención, "sin éxito", tan solo un año después. "Presentaba una hernia bastante prominente y teníamos que intentar unir las costillas", destacó el médico del Insular. Para después agregar que, "no teníamos una alternativa real para estos casos, por lo que desde que tuvimos la posibilidad de diseñar algo a medida, le implantamos la prótesis adecuada y el resultado fue maravilloso".

Calidad de vida

Una opinión que no dudó en secundar el propio Antonio Rivero, quien quiso valorar su progreso. "La vida me ha cambiado muchísimo, antes tenía muchos dolores y utilizaba parches para calmarlos. Ya llevo más de año y medio sin tener que usarlos", celebró con emoción.

Esta tecnología le ha devuelto al paciente su calidad de vida y ya puede realizar sus actividades del día a día sin ningún tipo de complicaciones. "Ahora, puedo caminar entre ocho y diez kilómetros cada día y respirar con normalidad. Además, el proceso de recuperación fue mucho más rápido que en las ocasiones anteriores", resaltó.

Por su parte, Donato Monopoli aprovechó la ocasión para poner en valor que la alianza con el servicio de Cirugía Torácica del Hospital Insular se ha traducido en pasos de "alto nivel" en las Islas. "Partimos del diseño, la fabricación, la implantación y el seguimiento. Con las impresoras 3D metálicas se ha abierto un mundo nuevo en la medicina personalizada y el tratamiento quirúrgico", apostilló el experto del ITC.