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Ciencia

La ULPGC lidera la creación de una red de control sanitario de peces y moluscos

Investigadores del IUSA dirigen el proyecto europeo 'Raspa', para la vigilancia de productos pesqueros y acuícolas en la Macaronesia

Investigadores del grupo de Sanidad en Acuicultura, Especies Silvestres y Enfermedades Infecciosas del IUSA analizan el pescado antes de ponerlo a la venta. IUSA

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), a través del Instituto de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA), lidera el proyecto europeo Raspa, que se desarrollará hasta agosto de 2022, cuyo objetivo final es la creación de una red atlántica para la vigilancia sanitaria de los productos pesqueros y acuícolas en la Macaronesia. La iniciativa, en la que participan 10 socios de Canarias, Madeira, Mauritania y Senegal, tiene como objetivo mejorar la seguridad alimentaria y la salud animal mediante el refuerzo de la cooperación a nivel regional en el diagnóstico de enfermedades de declaración obligatoria de peces y moluscos y de otras patologías de interés para la OMS, como algunas zoonosis infecciosas y parasitarias y la presencia de biotoxinas marinas, en especies de alto consumo en la Macaronesia.

Raspa surge dentro de la convocatoria Interreg MAC 2014-2020, que lidera la ULPGC a través del IUSA, y durante tres años dirigirá sus acciones a mejorar la infraestructura, las condiciones y el conocimiento que se tiene en salud animal y seguridad alimentaria de los productos procedentes de la pesca y de la acuicultura. Contribuirá a poner en valor la investigación, la tecnología y el conocimiento generado que desarrollan los centros existentes en el territorio y a potenciar sus capacidades a través del trabajo en red para poder prevenir, detectar, controlar, e incluso eliminar en lo posible, las amenazas sanitarias con riesgo para la salud humana.

La Facultad de Veterinaria de la ULPGC, con sede en el Campus de Montaña Cardones, acoge hoy la reunión de lanzamiento de esta iniciativa que integra a un total de 10 socios. Junto a la ULPGC, por parte de Canarias participan la Dirección General de Salud Pública, del Servicio Canario de Salud (SCS); la Universidad de La Laguna (ULL), a través de su Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública, y el Centro Tecnológico de Ciencias Marinas (Cetecima). Completan los socios europeos, el Instituto de Administraçao da Saúde (IP-RAM) y la Secretaria Regional de Agricultura y Pesca (SRAP) de Madeira. En Mauritania participa la Oficina Nacional de Inspección Sanitaria de Productos de la Pesca y la Acuicultura (Onispa) y, en Senegal, se cuenta como miembros con la Agencia Nacional para la Acuicultura (ANA) y la Escuela Interestatal de Ciencias y Medicina Veterinarias (Eismv).

"Lo que se pretende es la mejora de todo el conocimiento y el estado actual de lo que es la salud de los peces respecto a enfermedades de declaración obligatoria para la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y en cuanto a la seguridad alimentaria. El proyecto va a aportar muchos datos sobre la mejora que se puede hacer en base a todas las cuestiones relacionadas con la manipulación de los pescados desde su captura hasta que llegan al consumidor", indicó el catedrático de la ULPGC, Fernando Real, director del grupo de Sanidad en Acuicultura, Especies Silvestres y Enfermedades Infecciosas del IUSA, y coordinador del proyecto europeo Raspa.

Enfermedades

El investigador de la ULPGC cita entre las principales amenazas a estudiar, las enfermedades de declaración obligatoria, fundamentalmente víricas, de la OIE, y que tienen que ver con la salud del pescado, tales como la septicemia viral hemorrágica, y la necrosis hematopoyética infecciosa, una enfermedad viral grave que afecta al salmón principalmente. También se estudiarán otras no incluidas en la lista de la OIE, como las nuevas virosis, "de mucho interés en acuicultura por la trascendencia que tienen"; así como las zoonosis infecciosas y parasitarias como la salmonela, y algunos norovirus.

Otra de las patas más importantes de este proyecto es la referente a las biotoxinas marinas, que, según la FAO, representan una amenaza importante y creciente para la salud humana en muchas zonas del mundo, agravado por el cambio climático. Su impacto se manifiesta como intoxicaciones en los seres humanas que incluso pueden conducir a la muerte, en mortandades masivas de mariscos o pescados y en la muerte de animales y aves marinos por ingerir mariscos o pescados contaminados.

"Las biotoxinas marinas van a ser investigadas de una manera muy particular, especialmente las ciguatoxinas en todos estos pescados porque no tenemos conocimiento sobre esta zona de pesca -Macaronesia, Mauritania, Senegal-, y sobre lo que estos pescados están incorporando en Europa. Teniendo en cuenta que es un riesgo emergente la presencia de biotoxinas marinas en el pescado, esto va a ser una de las partes concretas que vamos a investigar, y directamente el IUSA está muy involucrado en esta área de investigación", apuntó Fernando Real.

El grupo científico que dirige el catedrático en el IUSA, laboratorio de referencia en Canarias de ciguatera, realiza todos los controles que marca el protocolo oficial de la Dirección General de Pesca. También forman parte de la Red Europea Eurocigua, cofinanciado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria junto con 14 organizaciones comunitarias, y que nace a raíz de la aparición de casos de ciguatera en Europa. El objetivo de esta red científica es evaluar el riesgo de intoxicación alimentaria por ciguatera en la UE.

A través del proyecto Raspa, que durante hoy y mañana congrega en la Facultad de Veterinaria de la ULPGC a todos los socios, se sentarán las bases para actuar ante las enfermedades emergentes en este ámbito, y que guardan relación con el calentamiento global. "No podemos establecer una relación directa, se está estudiando, pero evidentemente si hay una conexión indirecta entre los cambios en el clima y la aparición de nuevas enfermedades. Con estos estudios, podremos establecer una relación mejor, en la medida de que vamos a ir demostrando la necesidad de elevar el control sobre los pescados, someterlos a mayores niveles de detección e investigación antes de pasar directamente al consumo".

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