Con la intensa calima ya en el recuerdo, con un sol radiante y una temperatura cálida, pero ahora con el nuevo frente del coronavirus, son muchos los turistas que pasean por las calles cercanas al hotel H10 Costa Adeje Palace, precintado desde la noche del pasado lunes a raíz del positivo de un médico italiano de 69 años y al que se han sumado, como se supo este martes, su esposa y dos amigos de los anteriores. El ambiente es tan primaveral que algunos clientes de dicho establecimiento decidieron bañarse en la piscina el Martes de Carnaval para hacer más llevadero el confinamiento. En medio de la expectación que se respira en el exterior del complejo, ayer hizo acto de presencia el alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga. "Tenerife es un lugar vulnerable", en la medida en que tan solo por este municipio del Sur pasan cada año dos millones de turistas cada año, pero "somos un destino seguro". Fraga es consciente de lo sensible que es la actividad turística ante este tipo de realidades y por eso aboga por atender lo mejor posible a los turistas afectados para que la imagen que divulguen de la Isla o de Costa Adeje no sea negativa.

Pero la situación no resulta tan idílica para las decenas de trabajadores del negocio hotelero afectado. Cuando se dictó el cierre preventivo de la entrada y la salida del mismo el 24 de febrero, en el edificio había 14 empleados. En la jornada siguiente, unos 28 compañeros decidieron entrar voluntariamente para acompañarlos, apoyarlos y, sobre todo, para relevarlos y ayudarlos en la actividad laboral cotidiana que no se puede frenar, pues se debe atender a los 800 huéspedes que siguen en las habitaciones. Pero la incertidumbre entre los trabajadores ayer resultaba incuestionable, pues tenían varias preguntas sin respuesta, como ¿cuánto va a durar la actual situación? ¿Va a haber relevos? Y las respuestas no eran claras.

Según el regidor, en el hotel H10 Costa Adeje Palace "la situación es cambiante, ya que se hacen pruebas, un seguimiento y creo que estamos en buenas manos, con una Sanidad excelente, que está haciendo su trabajo". El personal está "tranquilo, dentro de una situación que es complicada", según los datos a los que tuvo acceso el presidente de la corporación municipal tras hablar con el director del establecimiento precintado. Aparte del tratamiento estrictamente sanitario, defendió que "el impacto turístico sea el menor, de forma que la sensación que se lleven es que están atendidos y que somos un destino seguro, en el que podemos atender contingencias como esta, que no son catastróficas". Incidió en la idea que se trabaja para contener un virus, que tampoco es letal e, incluso, menos grave que el de la propia gripe". En esa línea, matizó que "no es una crisis turística, sino sanitaria", en el marco de un problema global. Rodríguez Fraga asegura que se trabaja de forma coordinada entre la Organización Mundial de la Salud, el Gobierno español, la Consejería de Sanidad del Gobierno canario y el Ayuntamiento, que colabora "en la logística y en todo lo que se nos pide".

Con el director del hotel trató de "algunas cosas que hay que mejorar", como una más adecuada coordinación, los procesos y adaptándolos a una situación cambiante, entre otras cosas para responder a las necesidades de los clientes, de 25 nacionalidades diferentes. Para Rodríguez Fraga, el director y el personal del establecimiento "son excelentes y lo están haciendo muy bien" en una situación compleja. Aunque no pudo precisar en qué numero, confirmó la existencia de turistas tinerfeños en el edificio, sobre todo del área metropolitana y que pasaron los pasados días de Carnaval en Costa Adeje. El alcalde manifestó que "la hipótesis es que, si son asintomáticos y no tienen ningún indicio de riesgo, pues pueden incorporarse a una cuarentena domiciliaria, que está protocolizada también". Se hizo eco de las palabras del jefe de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública, en referencia a que "el panorama es, en principio, optimista". Recordó que los dos últimos casos nuevos conocidos entraban dentro de lo previsible, en la medida en que formaban parte del entorno más cercano al matrimonio que dio positivo en primer lugar. Reconoció que se trata de una "medida drástica y aparatosa, pero necesaria para contener" la expansión del contagio. Destacó la "generosidad de nuestra gente, que una vez más se ha puesto de manifiesto, con trabajadores que han entrado sabiendo a lo que entraban; y eso hay que ponerlo mucho en valor". Admitió que existe preocupación entre la población local y que en el teléfono de información se habían recibido ayer 600 llamadas para solicitudes de información rápida sobre el coronavirus.

Porsche en el garaje

La Policía Local solo permitió llegar a la entrada de servicio del hotel a los camiones de suministro. También hubo casos más excéntricos, como la pareja de ciudadanos extranjeros que en un Porsche rojo descapotable a quienes se les autorizó a llegar a su destino, porque viven y tienen garaje en el complejo hotelero de lujo situado junto al H10 Costa Adeje Palace. En el centro comercial San Sebastián, situado frente al edificio precintado, habían ayer a mediodía muy pocos locales abiertos, entre ellos un supermercado, una tasca y un restaurante italiano. La medida preventiva provocó ayer un descenso drástico de clientes. Y una trabajadora del lugar señala la escena para explicar cómo afecta el precinto del hotel.

Blanca trabaja en una tasca. El pasado martes no pudieron abrir, pues el centro comercial estaba precintado. Cuando se le pregunta cómo ha sido la incidencia, aclara que, "honestamente, es pronto para valorarla". El motivo es que su horario de pleno funcionamiento es en horario nocturno y con clientela extranjera, de forma mayoritaria. Piensa de forma positiva y cree que la situación se va a recuperar, en la medida en que la población aplique las medidas de prevención y que se conozca la verdadera dimensión de la enfermedad.

Ruymán Hernández es un camarero del hotel. El cierre no le pilló dentro del edificio y se enteró al día siguiente por la red social Facebook. Ayer acudió a intentar recabar información a las cercanías del cordón policial. Aclaró que a él no le han llamado para que se incorpore a su puesto. En cualquier caso, hasta ayer, no pensaba hacerlo, ya que tiene una hija de 14 meses a la que no quiere transmitir enfermedad alguna.