Llevaban separados un año y en todo ese tiempo compartieron vivienda: cada uno en un piso. Hace un mes Conchi se marchó e iniciaron los trámites de divorcio. Ella pidió ayuda al Ayuntamiento de Posadas (Córdoba). No contó su drama en los Servicios Sociales pero sí a sus amigas de croché con las que compartía dos tardes a la semana. Había puesto fin a una vida de encierro, desprecio, insultos y descalificaciones. La ilusión por una nueva pareja también había dado fuerza a Conchi para dar el paso definitivo del divorcio. No tenía miedo a su exmarido, pero tomó precauciones cuando le pidió que fuera a buscar sus cosas a la vivienda con el pretexto de vender la casa. Se llevó a dos amigas que no pudieron evitar que Paco la metiera para dentro y la acuchillara.