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Universidad Entrevista| José Manuel Pastor

"Las universidades canarias juegan con peores reglas que el resto por su entorno"

"Si no logramos subir el número de titulados en carreras STEM, España puede perder el tren del desarrollo", indica el economista e investigador del IVIE

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El catedrático José Manuel Pastor, en los 'Desayunos Universidad - Sociedad'

José Manuel Pastor, investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y director del informe La contribución socioeconómica del Sistema Universitario Español, abordó ayer en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en un acto organizado por el Consejo Social, el impacto socioeconómico de las universidades españolas. Como ejemplo, destacó que éstas inyectan 16.000 millones de euros al año en la economía española, y por cada millón de euros que reciben de financiación pública, generan 87 empleos.

¿Son rentables las universidades españolas?

Son rentables en términos económicos. La sociedad recibe 4,3 euros por cada euro que invierte en las universidades españolas. Los universitarios ganan más y por tanto pagan más impuestos. Y otra cosa es la rentabilidad social, u otro tipo de rentabilidad a largo plazo, en términos de tasa de paro, actividad, crecimiento económico, renta per cápita... Lo otro no medible, imponderable, son los aspectos sociales como igualdad de género, salud, desarrollo de la cultura, medio ambiente, ascensor social... Aquí el papel de las universidades es muy rentable pero no es cuantificable".

¿Y si hablamos de las universidades canarias?

Las dos universidades públicas canarias no ocupan lugares destacados en los ranking nacionales e internacionales, pero es muy importante considerar el entorno socioeconómico donde desarrollan su actividad. La labor que hacen es más que meritoria que en otros entornos porque lo hacen en un entorno con un mercado de trabajo peor, peores salarios, más tasa de paro, más tasa de abandono escolar, un tejido productivo muy orientado al sector servicios con baja productividad y bajo valor añadido. A ello se le suma el gasto en I+D que es de 0,4 puntos frente al 1,2 de España que a su vez es la mitad que en Europa. Estas son las reglas con las que tienen que jugar las universidades públicas canarias, notablemente peores que para el resto.

¿Cómo se puede salir de esta situación?

Hacen falta unas reformas estructurales que van más allá de la propia reforma de la universidad. Invertir en universidades es, si cabe, más importante en territorios como el de Canarias, porque el papel de retención del capital humano es importantísimo. Si no estuviera la Universidad de Las Palmas los jóvenes se tendrían que ir fuera y, probablemente, allí harían su vida y no volverían, con lo cual estaríamos ampliando ese círculo pernicioso de que aquí la gente que hay no tiene nivel de estudios suficientes y montan actividades con escaso valor añadido, mientras que los universitarios montan otras actividades más intensivas en conocimiento. Debemos de pensar que la transformación del modelo viene de la mano de ellos, y en regiones como esta es más importante contar con universidades públicas que retengan el talento.

¿Cómo se pueden elevar los índices de empleabilidad de los universitarios y reducir el empleo que no se ajusta a su nivel de conocimiento?

En España, la tasa de sobrecualificación es del 36,9% entre los titulados superiores -universitarios y FP Superior-. Para mejorar la empleabilidad y rebajar esta cifra, lo primero es orientar la oferta académica al mercado de trabajo, si las empresas no demandan determinados profesionales, habrá que reducir la oferta de plazas en esas titulaciones.

¿Se dan las condiciones necesarias para que la universidad pueda acometer esos cambios?

Con la tasa de reposición estos cambios en la especialización es más difícil, pero con todo, no vamos a echarle la culpa sólo al sistema y a las universidades del bajo alineamiento de necesidades de empresas y oferta académica. También depende de los propios estudiantes. Por ejemplo, la demanda de titulaciones STEM ha caído, y eso es porque son titulaciones más duras y el mercado de trabajo las remunera más pero no tanto más. Si las empresas dicen que escasean los ingenieros, págales más y entonces el joven verá que gana tres veces más en estas titulaciones donde la mano de obra escasea, y por tanto tendrán más incentivos en estudiarlas. Y luego también está el tejido productivo, la necesidad de crear más empresas grandes que contraten a más universitarios. Si no logramos subir el número de titulados en carreras STEM España puede perder el tren del desarrollo.

¿Cuáles son las principales aportaciones sociales de la enseñanza superior?

La primera es que la universidad es el mejor ascensor social que se ha inventado, estudiar en la universidad es aún más importante que el hecho de que tus padres sean de un estatus social alto. Y los aspectos donde la universidad favorecen más en términos sociales, son la igualdad de género, con menos diferencia salarial, tasa de paro... por lo tanto contribuye a la igualdad de género y la reducción de actitudes machistas. También favorece al medio ambiente porque los universitarios tienen mayor predisposición para las políticas medioambientales. Fomenta la cultura, los universitarios pagan mil euros más de media que el resto de la población, leen más, van más al teatro... Y el estado de salud en general es mayor. En general, la Universidad genera un efecto positivo para el estudiante porque va a tener un salario más alto, va a encontrar fácilmente empleo y éste va a ser mejor, pero también genera externalidades positivas para el conjunto de la sociedad, que tendrá menores tasas de delincuencia, generan más recaudación, más valores democráticos...

¿Sobran universidades en España, como dijo en su momento el exministro Wert?

En aquel momento se dijeron verdaderas barbaridades. Es falso que tengamos más universidades por habitante y por kilómetro cuadrado. Lo que quizás tengamos es exceso de titulaciones y abría que reconducir esa oferta académica. Eso es difícil, especialmente en las universidades públicas, donde digerir una caída de estudiantes tarda tiempo, no se puede despedir docentes, y éstos no pueden dar otra titulación.

¿Cuáles son las principales debilidades del sistema universitario actual?

La escasez de recursos, y la adversidad del entorno con un tejido industrial incapaz de demandar los servicios universitarios, pero también unas reglas del juego que están perjudicando notablemente el funcionamiento. No me refiero sólo a la escasez de financiación sino a la tasa de reposición. Hoy en día el milagro es como han conseguido las universidades aumentar tanto en producción científica con unas restricciones de recursos tan importantes. Se han roto grupos de investigación con una larga trayectoria, se han tenido que despedir a jóvenes investigadores, y esa tasa de reposición impide el relevo generacional. El 15% de la plantilla tiene más de 60 años y un profesor investigador no se crea de la noche a la mañana. Y la tasa de reposición, no sólo perjudica a la investigación, también a la docencia, porque se han cubierto con asociados. La calidad de la enseñanza de un asociado no es la que tiene un profesor consolidado. Se está abusando de la figura del asociado, que nació para que un profesional del sector privado comparta su experiencia profesional puntualmente con los estudiantes, no para cubrir bajas.

¿Siendo preocupante el envejecimiento de las plantillas, cree que aún es reversible?

Tendríamos que empezar ahora a contratar para que dentro de cinco años tengamos plantillas de doctores. Aún estamos a tiempo, pero hay que hacerlo y tener política de personal, que muchas universidades no la tienen.

¿Qué opina del crecimiento de las universidades privadas, en España en general y en Canarias en particular?

Ahora mismo hay una heterogeneidad notable en el sistema universitario español. Por un lado, existen universidades con larga tradición, que ofertan titulaciones en todas las ramas de conocimiento, sean o no rentables, porque una universidad pública debe de ofertar todas las titulaciones del área de conocimiento; y por otra, universidades privadas que no investigan, no hacen transferencia, son empresas privadas que ofertan titulaciones que son rentables. En otros países se llaman school y collage y aquí se le llaman universidades cuando realmente ni hacen investigación ni dan todas las titulaciones. Y luego hay otra problemática, que el alumno no diferencia del máster oficial del máster propio, y hay determinadas academias que le llaman máster y no son titulaciones oficiales. Tampoco deberían llamarse máster a estos cursos que no son oficiales.

¿Debería ponerse coto a la proliferación de estos centros?

Yo creo que es un problema político. Cuando un gobierno estrecha la capacidad de crecimiento de las universidades públicas está favoreciendo a las privadas, que se han convertido en muchas ocasiones en un negocio. Se han multiplicado por cinco en los últimos 25 años, pesan el 33,6% de los másteres, que es un mercado importante. En el conjunto del sistema ha caído el grado, pasamos de cinco años a cuatro, y eso es una caída del stock de estudiantes, pero si consigues que ese quinto año se te quede haciendo máster pues consigues compensar. En la ULPGC, por ejemplo, ha caído el grado, el máster ha crecido pero un 25% cuando en el conjunto del sistema español se han multiplicado por cinco. En Canarias no se ha compensado, quizás por el auge de las privadas, que están especializadas en la captación de estudiantes vía máster.

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