Medio centenar de participantes, amigos e incondicionales del Camel Trophy, el certamen de aventuras que llevó el espíritu canario por todo el mundo durante 17 años, celebró su encuentro anual acampados en La Laguna de Valleseco, base central de dos días de trajines que los llevaron a realizar la plantación de un centenar de árboles en las áreas afectadas por el incendio forestal del pasado agosto en Los Moriscos; el rescate de un quad que, ante sus propios ojos, se despeñaba barranco abajo en una pista forestal de Montañón Negro, sin consecuencias personales para el piloto; y en la retirada de los restos de dos vehículos prácticamente fosilizados por años de abandono en el fondo de un barranco impracticable del municipio de Moya. La reunión contó además con la presencia del primer cameltrophista canario, Manuel Roales, que debutó en Zaire en 1983, y que fue incorporado con honores en una familia deportiva que también conmemoró el 30º aniversario del galardón Espíritu de Equipo, uno de los más preciados del certamen, ganado por Fernando Lorenzo y Carlos Luengo en 1990 en el lago Baikal, en la actual Rusia y en vísperas del desmantelamiento de la Unión Soviética. Tras recoger los tarecos sacaban brújula para buscar el nuevo destino de 2021.