Empecemos por una explicación sobre el tema. ¿Qué es un coronavirus y qué distingue al Covid-19 del resto?

Los coronavirus son una familia de virus cuyo material genético es RNA. Hay distintos tipos de coronavirus, que infectan a humanos y a animales. Se conocen hasta siete que afectan a los humanos. Cuatro de ellos causan patologías muy leves, como resfriados comunes, mientras que tres provocan patologías serias. Son el virus del Sars, que surgió en 2002, el del Mers, que es de 2012, y ahora el virus causante de Covid-19, que técnicamente se debe llamar Sars-2.

¿Por qué lo conocemos directamente como coronavirus?

Posiblemente es porque se ha llamado así en los medios. Covid es enfermedad causada por coronavirus, y 19 es por el año en el que empezó en China. Pero los expertos que se dedican a la nomenclatura de virus prefieren llamarlo Sars-2.

¿Qué similitudes y qué diferencias tiene este virus con el Sars que se detectó en 2002?

Los virus son bastante parecidos a nivel genético. En secuencia se parecen en un 86% y en la enfermedad también tiene bastante homología. Ambos tienen el mismo receptor celular. Es decir, que entran a la célula por la misma puerta, por decirlo de algún modo, y causan patología pulmonar, neumonías. La diferencia parece que está a nivel epidemiológico. El Sars se controló eficazmente. Apareció en 2002 y en 2003 se había erradicado la enfermedad porque se contuvo muy bien en China. El Sars-2, que conocemos como coronavirus, parece que en la mayoría de los infectados (un 80%) causa una patología leve, mientras que con el Sars surgido en 2002 un mayor porcentaje de los afectados desarrollaba neumonías severas. Sin embargo, el virus Sars-2 parece que se propaga más fácilmente entre la población, aunque esta afirmación es todavía preliminar.

En cuanto a la propagación del virus, ¿qué medidas pueden ser realmente útiles?

Es un virus que se contagia principalmente por las gotitas que salen de nuestra boca y nuestra nariz al hablar, toser, estornudar y demás. Y, como he dicho antes, tiene una alta capacidad de propagarse en la población. Por ello, evitar el contacto con otras personas es la medida más eficaz para frenar el contagio.

¿Es inevitable el contagio masivo si no se toman medidas muy restrictivas?

Lo que ocurre es que este es un virus nuevo. Al ser así, la población no está inmunizada frente a él, como ocurre con otros virus comunes. Con la gripe común, aunque es un virus que no tiene nada que ver con este y que cambia constantemente, casi todos la vamos pasando poco a poco. Entonces, tenemos anticuerpos frente a ella, que nos protegen a nosotros y evitan que contagiemos a otra persona. Esto es lo que se conoce como inmunidad en la población. Cuando las personas presentan inmunidad es más difícil que la transmitan a otras. Al ser un virus nuevo, la población no tiene esta inmunidad y el contagio es muy fácil. Por eso se están tomando medidas de aislamiento y cuarentenas para retrasar el contagio de la población.

¿Hasta qué punto es importante que haya un contagio más escalonado y que se eviten los picos altos?

Retrasar el contagio de las personas, en primer lugar, puede dar tiempo para el desarrollo de vacunas, pero sobre todo permite no colapsar el sistema de salud. Si sabemos que incluso con la gripe se llegan a colapsar los hospitales, en este caso en el que parece que la enfermedad se transmite mejor, que no hay esta inmunidad y que algunos datos indican que los pacientes graves necesitan más tiempo de hospitalización, necesitamos estas medidas de contención para no colapsar el sistema.

¿Cuánto tiempo puede durar el esfuerzo que van a tener que hacer los ciudadanos para frenar la curva?

Habrá que ir viendo la evolución. Posiblemente, en estos próximos 4 o 5 días el número de casos reportados siga aumentando exponencialmente, puesto que los contagios que ya se han producido se van a detectar. Pero desde ahí se debería empezar a ver una reducción del número de casos, y en unas dos semanas debería haber un claro cambio en la tendencia de la curva de número de contagiados, que nos indicaría que se ha frenado la epidemia.

¿Cómo evoluciona la posibilidad de conseguir una vacuna?

Se está trabajando, pero la limitación es el tiempo. Desarrollar una vacuna no se hace de hoy para mañana. Hay que hacer ensayos clínicos que prueben que es eficaz, y se calcula que podría tardar, al menos, un año.

¿Hay personas que padecen la enfermedad de manera asintomática?

En principio, parece que sí. Sobre todo en el caso de los jóvenes, pueden resultar asintomáticas o pensar que estamos pasando un catarro. La mayoría de los casos afectados desarrollan fiebre, así que si no tenemos podemos estar tranquilos.

¿El calor ayuda a evitar la propagación del virus?

Posiblemente sí, pero tampoco es algo que se sepa a ciencia cierta. El calor y, sobre todo, las mayores horas de sol deberían perjudicar al virus. De todos modos, hay que tener en cuenta que, cuando aquí sea verano, en el hemisferio sur, donde hay casos, va a ser invierno, por lo que no se va a frenar cien por cien la transmisión.