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CRISIS DEL CORONAVIRUS

El personal de los supermercados se siente seguro ante el Covid-19

Los protocolos de actuación marcados por las firmas de distribuidores de alimentación tranquilizan a sus empleados

Solidaridad en un supermercado en tiempos del coronavirus

Solidaridad en un supermercado en tiempos del coronavirus

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Solidaridad en un supermercado en tiempos del coronavirus David Rodríguez

El virus permanece en determinados materiales hasta doce horas y una de las actitudes normales que se suelen realizar en los supermercados es la de tocar casi todos los productos que se vayan a comprar o simplemente testar. Una persona que se toque la nariz, tosa o estornude en su puño provoca que el virus pase a su mano y cualquier cosa que posteriormente toque depositaría al agente infeccioso en caso de que el individuo estuviera contagiado.

Para evitar estas posibilidades de transmisión del coronavirus que cuenta con miles de infectados y tiene confinados a la población española en sus hogares después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decretase el estado de alarma, las distintas firmas entre los distribuidores de alimentación de Las Palmas de Gran Canaria han elaborado un protocolo, cada uno particular, para proteger a sus empleados.

El personal de estos supermercados de la capital grancanaria dice sentirse "seguro" ante las medidas que se han decretado por los gerentes de estas superficies, aunque todavía queda algún cliente despistado que no sigue las normas de actuación ante los semejantes para evitar la transmisión del Covid-19.

Diez medidas

Como si se tratase de los mandamientos plasmados en las tablas de Moisés, la línea de supermercados SPAR Gran Canaria ha elaborado una decena de normas de comportamiento para la clientela que acuda a sus superficies a lo largo de la Isla.

La directora de comunicación y responsabilidad social corporativa de la firma neerlandesa, Amaya Caruncho, resalta entre las normas que ha transmitido a los empleados de SPAR que "mantengan la distancia de un metro con el cliente", porque "es la más importante en realidad".

Aun así, no solo el distanciamiento es lo que más tienen que tener en cuenta los empleados de estos supermercados, sino que también velan por la seguridad de los clientes que acudan a sus establecimientos.

Para ello han colocado una cartelería en el interior de los supermercados -tanto en castellano como en inglés en las zonas turísticas-. En él se advierte a las personas que se distancien un metro en la fila de la caja, con lo que han colocado unas bandas rojas en el suelo para que los compradores sepan donde colocarse a la espera de su turno. Les recuerdan, además, que en la mayor medida de lo posible hagan sus pagos con tarjetas para evitar el contacto con el dinero metálico o que no se paren a conversar en el interior del área comercial. También controlan el aforo máximo de los locales por debajo del tercio, tal y como recomienda la Asociación de Supermercados de las Islas Canarias (Asuican) como la medida idónea para acoger personas en el interior de los centros.

Además, para también proteger a su personal, SPAR recomienda que todo el que entre en sus supermercados, sean clientes o empleados, hagan uso de mascarillas, aunque por contra les indican que no utilicen guantes como está extendido entre la sociedad, porque "da una falsa sensación de seguridad", tal y como explica la responsable.

Un reguero de normativa junto a los dispensadores de geles, la limpieza con desinfectante de asas de carros y cestas, y la prohibición de consumir alimentos en las áreas comerciales, incluso en los centros que tienen habilitados servicios de cafeterías. "Cualquier precaución es poca en estos casos especiales", resalta Caruncho.

Avisos por megafonía

En la cadena de supermercados de Hiperdino y Superdino de la Isla se ha establecido una medida de protección con los dependientes de la firma canaria muy curiosa. "Cada media suena una alarma por la megafonía del local para recordarnos que tenemos que lavarnos las manos", explica una de las encargadas del Superdino de la calle General Bravo en Las Palmas de Gran Canaria.

Asimismo, la jefa de personal del local indica que en estos primeros días después del decreto del estado de alarma "los clientes están más tranquilos" que cuando reinaba el caos "con las compras compulsivas". Como explica la encargada, "si antes cogían una bandeja de pollo, la semana pasada quisieron coger tres porque parecía que se acababa el mundo". Todo ello creando un ambiente de tensión entre el personal y los clientes, pero que "se resolvió lo mejor que se pudo en todo momento".

Una vez pasada la histeria de la última semana, ahora con la relativa calma que se respira en el local, las cajeras incluso se lanzan a la broma negra entre ellas. "¿Seguro que no estás contagiada?", le dice una de las empleadas a su compañera, justo después de que la encargada estuviera explicando que "de momento no existen sospechas de que ninguno de los miembros de la plantilla esté contagiado".

Otra de las cadenas de supermercados presentes en la Isla, los Supercor, Hipercor y áreas de alimentación de El Corte Inglés, han trasladado una serie de normas para que sus empleados estén igual de seguros.

"Evitar la distancia mínima de un metro entre clientes y personal; evitar aglomeraciones, incluso dejando fuera de las dependencias a compradores; evitar el contacto físico con las personas del exterior y pagar con tarjeta o móvil", exclama la firma española. Además de transmitirles directamente a sus empleados que "usen mascarillas y guantes" para estar más seguros en sus comunicaciones con la clientela del supermercado.

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