Una usuaria del Centro Sociosanitario El Pino ha dado positivo por coronavirus. La residente fue traslada al Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín hace tres días al presentar síntomas que podrían encajar con los ocasionados por el Covid-19. Tras realizarle las pruebas en el centro de referencia del norte de Gran Canaria, se confirmó que la mujer se había contagiado por este agente patógeno.

Esta residencia de mayores, dependiente del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Gran Canaria y gestionada por el Grupo Icot, implantó la semana pasada estrictas medidas de seguridad para que, llegado el caso de detectar un positivo, el virus no se propague entre el resto de usuarios del centro.

Una vez diagnosticado el caso, explica la consejera insular de Política Social y Accesibilidad, Isabel Mena, es la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias la que indica el protocolo a seguir y la que toma la decisión sobre qué personas del entorno de la paciente deben realizarse las pruebas para determinar la vía por la que se produjo el contagio. Según Mena, el virus sólo pudo llegar a la residente a través de los familiares que mantivieron contact con ella antes de que cerraran el centro a las visitas o por alguna persona del equipo que se encarga de su cuidado. Si bien, apunta que ni los familiares cercanos de la mujer afectada, ni el personal de la planta presentan ninguna sintomatología.

La detección del primer caso de coronavirus en una residencia de mayores de Canarias, ha llevado a tomar medidas como poner en cuarentena al personal que trabajaba de manera habitual en la sexta planta del centro sociosanitario y se ha procedido al aislamiento de la compañera de habitación de la afectada, quien está bajo la vigilancia del equipo médico de la residencia. Estas acciones son preventivas y, asegura Mena, no se han puesto en marchar porque se hayan detectado más casos o algún residente presente síntomas relacionados con el coronavirus.

Mena recuerda que, desde la semana pasada, todos los centros de mayores dependientes del Cabildo insular pusieron en marcha un protocolo de seguridad para frenar el avance del Covid-19 y proteger a los pacientes por considerarse una población de alto riesgo. "El Pino es una residencia muy grande y se han tomado todas las medidas de seguridad para que esto no derive en una situación grave", apunta la consejera insular.

Dado que los familiares llevan una semana sin poder ver a los residentes, para evitar posibles contagios, y el único contacto que mantienen con ellos es por vía telefónica, Mena hace un llamamiento a la tranquilidad, porque el centro sociosanitario ha puesto en marcha todas las prevenciones posibles para salvaguardar la salud de los 290 usuarios, 70 de ellos de salud mental.

El director del centro, Alejandro López, detalló ayer que han extremado las precauciones desde antes de que se decretara la alarma. La prevención les llevó a sectorizar el personal por plantas y a limitar los movimientos de los usuarios y de los profesionales. Además, han evitado las aglomeraciones de usuarios, por lo que ya no acuden al comedor, ni pasan su tiempo de ocio en las zonas comunes.

Con el fin de proteger al máximo a los residentes del edificio, se prohibió la entrada y salidas de todas aquellas personas que no formen parte del equipo profesional. Incluso los usuarios de la planta de salud mental tienen restringidos los movimientos y solo pueden estar en un patio interior de la residencia. Esto supone un esfuerzo especial para estas personas, puesto que les es difícil asimilar nuevas rutinas y están acostumbrados a hacer vida normal en el exterior.