El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Canarias (COFC) ha pedido a la Consejería de Sanidad del Gobierno regional que solicite al Ministerio de Sanidad el cierre de todos los centros de fisioterapia del Archipiélago por no poder garantizar que no haya contagio de coronavirus entre fisioterapeutas y pacientes al no disponer del material de protección, como mascarillas, batas, soluciones hidroalcohólicas y guantes, siguiendo la línea seguida por el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España.

En este sentido, Santiago Sánchez, presidente del COFC, pide seguridad jurídica en las actuaciones del colectivo "porque la orden del Ministerio dicta que los compañeros tienen que estar abiertos, pero carecemos de abastecimiento de equipos de protección, por lo que resulta difícil procurar una asistencia segura. Por ello solicitamos el cierre de los centros". Según Sánchez también hay una cuestión económica. "La seguridad laboral de los fisioterapeutas se encuentra en un vacío. No se ha decretado el cierre, pero no pueden trabajar porque no creen que puedan dar toda la seguridad clínica atendiendo al criterio de riesgo-beneficio, con la singularidad de nuestro trabajo que implica una cercanía durante un tiempo mantenido con el paciente y un contacto físico, careciendo del equipo de protección que impida el contagio de los profesionales y, sobre todo, de los pacientes". "Hay muchos compañeros a los que no se les ha decretado el cierre y, por ello, no sabemos si podrán acogerse a la figura del ERTE. Por tanto, siguen abiertos sin ingresos. Muchos son autónomos y otros tienen contratado a personal al que no pueden pagar las nóminas".

Por otro lado, "en el Real Decreto del Estado de Alarma no se nos nombra como una de las profesiones que deban continuar en funcionamiento. Ante esa duda hemos consultado al Ministerio sin obtener aún respuesta y la Consejería nos deriva también al mismo. Puede darse una doble interpretación: la literal del Real Decreto o la de la orden del Ministerio en que se equipara a centro médico todo aquel en que haya profesionales sanitarios, que nos incluiría a nosotros, por lo que estamos obligados a abrir careciendo de material y de afluencia de pacientes porque la mayoría ha pospuesto la asistencia por miedo al contagio y contamos solo con los que tienen una patología bastante grave y requieren atención inmediata". "Algunos compañeros, al ver que no pueden atender a sus funciones con todas las garantías, han cerrado por iniciativa propia".

Si se decreta el cierre los fisioterapeutas necesitarán unos medios de vida. "Entendemos que tendrán igual acceso a las ayudas estatales que el resto de actividades a las que se le les ha decretado la no apertura. De no hacerse no habrá ingresos suficientes para mantener los centros abiertos porque la actividad baja notablemente y se mantiene en torno a un 5 o 10% de la asistencia habitual".