Si normalmente en Santa Cruz de Tenerife se registran 40 micras por metro cúbico de dióxido de nitrógeno (NO2), desde que comenzara la cuarentena ninguna estación de control y calidad del Aire de Canarias ha superado las 20 micras en la zona metropolitana.

Lo mismo se repite en el sur y el norte de la isla, donde municipios como Caletillas o Granadilla han pasado de registrar concentraciones de 22 micras por metro cúbico de este contaminante que emana de la combustión de petróleo a tan solo emitir 7 o incluso de 2. La escena se repite en toda Gran Canaria, en Lanzarote, en Fuerteventura e incluso en La Palma y La Gomera. Resalta el caso de San Sebastián de La Gomera, donde justo el dos días antes de establecerse el estado de alarma, el miércoles 11 y el jueves 12 de marzo, se alcanzaron concentraciones de 76 y 62 micras por metro cúbico respectivamente, para caer en picado ese mismo sábado hasta 2 micras por metro cúbico.

Ya pasó en China, se repite en Italia y está llegando a Canarias. La disminución de contaminación tiene un origen claro: el parón de la actividad económica. Detener toda la maquinaria que sostiene la el modelo social se ha traducido también en dejar los coches aparcados y encender menos las luces. En estos días, como señaló el investigador del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, Emilio Cuevas, en declaraciones a Radio Club Tenerife, "por ejemplo a Santa Cruz, que normalmente entran entre 50.000 y 70.000 vehículos, solo están accediendo 10.000 o 15.000 al día", por lo que como concluyó: "esta disminución importante de la contaminación era de esperar".

En cuanto a la demanda eléctrica, según los datos diezminutales de potencia de Red Eléctrica Española (REE), el consumo durante el pico de demanda ha disminuido entre un 8 y un 12% estos días, y lo mismo ha ocurrido con la demanda diaria que entre el miércoles y el viernes disminuyó de media un 11%. Junto a la luz, también ha descendido el consumo de agua. Según el consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena , en determinadas zonas turísticas de Canarias ha caído hasta un 20%.

Décadas de advertencias

Los científicos llevan décadas advirtiendo del peligro que la actividad humana supone para el medioambiente, un iceberg de problemas del que el calentamiento global es tan solo el pico. Sin embargo, ha tenido que ser el riesgo asociado a una pandemia y una crisis sanitaria mundial lo que nos ha tenido que abrir los ojos sobre el daño que nuestra forma de vida y nuestro modelo socioeconómico están haciendo al medio natural.

Estos días los cielos están más azules y las aguas más cristalinas, un indicador claro de que el ecosistema "se está recuperando" y lo hace "gracias a esta disminución de la contaminación local", explica Pedro Dorta, geógrafo experto en cambio climático de la Cátedra de Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna ( ULL ), que considera que habrá que ver a final de año si esta situación tiene repercusiones a nivel global, aunque se muestra escéptico ante esa posibilidad. Cuevas, por su parte, señaló que este fenómeno no será ostensible al resto del planeta y que, además, en Canarias la cuarentena no supondrá más que un parche, pues probablemente después de la crisis sanitaria generada por el Covid-19 "volveremos a los niveles anteriores". Lo que significa que cuando culmine el año "sigamos creciendo en niveles de dióxido de carbono", como señaló Dorta.

Seguido al confinamiento también ha hecho acto de presencia, después de mucho tiempo, la lluvia. Aunque no existe una relación causal entre el aislamiento y los chubascos de los últimos días, no se debe olvidar que Canarias estaba acercándose a pasos agigantados hacia su quinta gran sequía del siglo. Y, aunque este episodio no ha sido lo suficiente como para revertir la situación, sí que podría paliarla.

Emergencia por sequía

Durante los meses de invierno las precipitaciones han sido tan escasas que el Gobierno autonómico llegó a plantear declarar la emergencia por sequía en las Islas. Y mientras el mundo se ha parado por cumplir la cuarentena, el cielo no ha parado de regalar ese bien tan preciado y que tanto escaseaba en los últimos meses.

Así, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, entre el domingo y este pasado jueves, tan solo en La Laguna se han acumulado 70 litros por metro cuadrado en forma de lluvia. Cabe recordar que en enero la estación meteorológica donde más llovió, la de Las Mercedes, solo dejó 46,8 litros por metro cuadrado; y lo mismo ocurrió en febrero, cuando la precipitación registrada en Teror, de 7,6 litros por metro cuadrado, fue la acumulación diaria más elevada. Las acumulaciones máximas diarias durante cada día de esta semana han oscilado entre los 7 y los 20 litros por metro cuadrado.

La causante de estas precipitaciones no ha sido otra que una depresión atmosférica aislada en niveles altos (DANA) que se ha acercado a las Islas desde noreste, y que ha dejado viento fuerte de vertiente noroeste y precipitaciones de débiles a moderadas en muchos puntos del archipiélago. Y mientras la gota fría se agota, las predicciones de la Aemet ya señalan el aproximación de un nuevo sistema de bajas presiones que volverá a dejar agua e incluso nieve en el Teide este fin de semana. Esta "oleada tardía de invierno" generará muy mal tiempo en Izaña, por lo que, como señaló Cuevas, ya se están tomando medidas de seguridad, porque el personal que se encuentra trabajando allí "se puede quedar encerrado".

Como señala Víctor Quintero, director provincial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) este episodio de precipitaciones "no es nada anormal en el Archipiélago". En este sentido, de tratarse de un hecho extraordinario que no se sostenga en el tiempo, estos episodios de lluvia "difícilmente" conseguirán que "los índices de sequía normalizados alcancen valores positivos y se compense el déficit hídrico acumulado", indicó Quintero, que, sin embargo, señaló que "se verá paliado en cierta medida". En todo caso, como señala el responsable de la Aemet, para determinar el fin de la sequía en Canarias "habrá que estar atento a la evolución sinóptica posterior".

La conquista animal

Esta inusual situación también ha permitido a algunos animales aventurarse a recuperar el espacio natural hurtado durante décadas por los humanos y su actividad industrial y económica. Durante estos días, y aprovechando la soledad y el ambiente más limpio, se ha podido ver jabalíes pastando en medio de la Diagonal, en Barcelona; delfines nadando sin miedo en pleno centro de Venecia; gaviotas unidas en Benidorm para dar caza al carro de la compra de una mujer y hasta algún que otro conejo asaltando las autopistas canarias. Y es que, con los humanos fuera de juego, "la naturaleza vuelve a recuperar su espacio", afirma Cuevas.

La cuarentena está generando unas condiciones inusitadas que, para los investigadores dedicados al cambio climático, supone un laboratorio experimental imposible de lograr en las condiciones habituales. En todo caso, como señala Pedro Dorta, esta situación debe servirnos para replantearnos nuestro modelo socioeconómico, en el que prima el consumo y en el que viajar se ha convertido en una necesidad, ya que es "más que evidente que es la base del problema ambiental". "Los humanos funcionamos a base de shocks, y esta situación de emergencia lo es", insiste Pedro Dorta, que considera que esta experiencia puede tener finalmente un "impacto positivo" si nos ayuda a "reflexionar sobre lo que le hacemos al planeta".