Este domingo, 29 de marzo, se recupera el horario de verano y los relojes se adelantarán una hora, de manera que a las dos de la madrugada serán las tres (una hora menos en Canarias), algo habitual de no ser porque en esta ocasión el cambio viene acompañado de una alarma sanitaria y 15 días de confinamiento. A los efectos que el adelanto de la hora puede tener en el ritmo del sueño, la luminosidad o el consumo energético se une, de manera excepcional, la ansiedad que puede provocar en algunas personas el confinamiento en sus hogares con motivo de la pandemia de coronavirus. Una situación anómala que, según el doctor Manuel Oliva, hace que ahora más que nunca sea necesario mantener nuestros hábitos ordenados en cuanto al sueño, la alimentación o el ejercicio físico y tener nuestro pensamiento "ocupado en cosas más importantes" que el cambio de la hora como, por ejemplo, afirma, "seguir las instrucciones que nos dan y colaborar para frenar el contagio del virus". Según este psicólogo, el estrés que podría provocar el confinamiento "no tiene por qué agravarse" con el adelanto de la hora, siempre y cuando mantengamos nuestras costumbres.