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Crisis del coronavirus La opinión del experto

Joaquín Segalés: "Investigamos en modelos animales útiles que permitan testar una vacuna"

"Debemos identificar el huésped intermediario del virus para evitar en el futuro ese salto desde animales a las personas", manifiesta el investigador del Centro de Sanidad Animal IRTA - CReSA

El investigador Joaquín Segalés, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona. LP / DLP

Usted tiene una amplia trayectoria en el estudio de otros coronavirus como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS). Basándose en esta experiencia, ¿cuáles son las características que los diferencia respecto al Covid-19

De coronavirus en las personas conocemos siete contando con este nuevo; cuatro se conocen desde hace bastantes años que normalmente se asocian a una sintomatología compatible con un resfriado común. Es decir, son virus que no causan prácticamente problemas o en último caso sólo una leve enfermedad respiratoria. En el año 2002 surgió el virus del SARS, un coronavirus distinto a lo que se sabía del resto, primero porque es de origen zoonótico, procedía de animales. Inicialmente se pensaba que saltó de un murciélago a la gineta y la gineta fue el animal que probablemente lo transmitió a las personas. El problema grave con el SARS es que tenía la capacidad de causar la muerte prácticamente al 10% de las personas a las que infectaba, por lo tanto era bastante grave. Luego en 2012, se inició un nuevo episodio con otro coronavirus, concretamente el causante del MERS, que surgió en Arabia Saudita, y también se cree que originalmente procede de murciélagos, y el huésped intermediario fue el dromedario. El problema con el MERS es su letalidad, ya que mueren entre un 30 y 35% de las personas infectadas. Y recientemente, a finales de 2019 surge este nuevo coronavirus, que es relativamente parecido al primer SARS de 2002, pero la gran diferencia de este último comparado con MERS y SARS es que se transmite con muchísima más facilidad entre personas que no muestran síntomas y eso es lo que nos ha llevado a donde estamos en el sentido de que el número de personas infectadas a nivel mundial supera los 250.000.

¿Por qué esa capacidad tan alta de contagio?

Aún no lo sabemos. Todos los virus tienen una determinada capacidad de transmisión, para algunos es mucho más fácil que para otros. Seguramente la diferencia está en que este nuevo coronavirus aparentemente se multiplica fácilmente en las vías respiratorias altas, cavidad nasal, laringe... mientras que en los otros coronavirus, especialmente del SARS y del MERS, la replicación era sobre todo de vías aéreas bajas, a nivel pulmonar. Pero aún se conoce relativamente poco del virus y tampoco sabemos más detalles a nivel de qué capacidades biológicas pueda tener el mismo. Esto lo iremos averiguando, pero probablemente esta multiplicación en vías respiratorias altas y el hecho de haber mucha gente infectada sin o con pocos síntomas clínicos es lo que facilita que haya una mucho mayor transmisión entre personas.

Colabora en el desarrollo de vacunas o antivíricos eficaces contra el nuevo coronavirus. ¿En qué consisten los estudios que desarrollan desde el Centro de Investigación en Sanidad Animal IRTA - CReSA en este sentido?

Nosotros llevamos ya seis años trabajando con coronavirus zoonóticos, y de hecho llevamos seis años trabajando con el coronavirus del MERS. El hecho de haber surgido este nuevo virus nos pilla, primero, en una situación de conocimiento previo de lo que son coronavirus zoonóticos, y también de la tecnología de laboratorio para poder trabajar con ellos. Por eso, tan pronto ha surgido este nuevo coronavirus nos hemos puesto en contacto con distintos grupos de investigación y a día de hoy ya estamos trabajando en ello, y ya hemos realizado unos primeros estudios, primero para aislar el virus, y por tanto disponer de un aislado, y próximamente para desarrollar modelos animales que van a ser útiles para testar productos antivíricos o bien vacunas que conjuntamente con estos socios de investigación estamos intentando desarrollar.

¿Para cuándo se prevé disponer de tratamientos antivíricos contra el Covid-19?

Los tratamientos antivíricos sirven para tratar a personas enfermas, con lo cual se necesitarían desde ya mismo. Aunque ya hay una serie de productos antivíricos que están registrados en el mercado, no se sabe exactamente si funcionan frente a este nuevo coronavirus, con lo cual a día de hoy se están haciendo las pruebas clínicas correspondientes para ver si efectivamente funcionan. Y de hecho en Cataluña y en otras comunidades se están probando antivíricos ya existentes para ver si son capaces de paliar el efecto de la Covid-19. Seguramente en dos o tres semanas tendremos algunos datos. También hay una empresa norteamericana que tiene un producto, denominado remdesivir, que está a punto de ser probado en un número de personas bastante importante (fase clínica 3), de tal manera que si efectivamente muestra eficacia saldrá al mercado en un corto periodo de tiempo. Por tanto, cuando hablamos de antivíricos es posible que en cuestión de unos meses tengamos productos registrados.

¿Y para cuándo una vacuna?

La cuestión de las vacunas va un poco más lenta, entre otras cosas porque los requerimientos regulatorios también son bastante importantes, y no sólo hay que hacer estudios preclínicos, es decir de laboratorio y con animales, sino que también hay que hacer los mismos estudios clínicos (en 3 fases) que haríamos con antivíricos a nivel de humanos. En estos momentos tenemos dos vacunas a nivel mundial que se han desarrollado en Estados Unidos y en China que van a entrar en fase 1, que es probar su seguridad, es decir, ver si en personas sanas no causan un problema de salud. Eso implica que probablemente no tendremos vacunas en un año o año y medio. Esta era la previsión más optimista que la OMS comentaba hace unas semanas.

¿Cuál es la importancia de la investigación veterinaria en lo que se denomina Una salud ?

A raíz de esta situación, efectivamente el contexto de Una salud ha vuelto a relucir y de forma muy importante. Al fin y al cabo, este concepto hace referencia a todos aquellos esfuerzos colaborativos a nivel global, a nivel mundial que tengan que ver con lo que sería salud pública, sanidad animal y salud ambiental. Por tanto, el contexto final es que todo está relacionado, todo va junto y no podemos dedicarnos a uno u a otro de forma independiente. Aquí tenemos un nuevo virus, que tenemos una sospecha, aunque no lo sabemos exactamente, de que ha habido un huésped intermediario. Aún no sabemos cuál es, pero pensamos que también a similitud de otros coronavirus zoonóticos, procede inicialmente del murciélago. Por tanto, como grupo de investigación en Sanidad Animal tenemos claro que conocer el potencial huésped intermediario es importante, ya que de cara a un futuro podríamos hacer lo posible para evitar que volviera a haber este salto de especie hacia la persona desde animales. Y segundo, porque el desarrollo de modelos animales es fundamental para hacer lo que llamamos los estudios preclínicos de cara a desarrollar cualquier tipo de producto, sea vacunal o sea antivírico, que luego finalmente acabaría siendo aplicado en las personas.

¿Puede aclararnos un poco más sobre el huésped intermediario?

Cuando hablamos de un huésped intermediario, hacemos referencia a una especie de animal que, de alguna manera, acaba transmitiendo el virus desde otro origen que, en este caso, pensamos que es el murciélago, hacia las personas. Si tuviéramos que delimitar lo que pueda haber pasado aquí es que probablemente existió un virus muy similar en murciélagos donde podría haber estado en estas especies durante muchos años (no sabemos cuánto), que en un momento dado podría haber habido un salto a una especie (huésped intermediario), y que por una serie de circunstancias este huésped intermediario hubiera sido capaz de transmitir una infección vírica a las personas. Si esta cadena de saltos de especie se ha dado en semanas, en meses o en años, lo desconocemos, pero pensamos que no ha habido un salto directo del murciélago a las personas porque en términos generales el contacto entre unos y otros es relativamente limitado, no son animales que estén en contacto con poblaciones humanas de forma sistemática, y además tenemos el ejemplo de los coronavirus SARS y MERS, con los que se ha demostrado la existencia de huéspedes intermediarios.

¿Hay alguna hipótesis de qué animal podría ser ese huésped intermediario?

La hipótesis más plausible es que se trate de un mamífero, pero no lo sabemos a ciencia cierta. Se han hecho estudios muy preliminares desde el punto de vista de predicción informática en los cuales participamos, donde se apuntaba que la gineta o incluso el pollo podrían ser especies potencialmente susceptibles. Pero cuando realizamos una predicción informática se necesita una prueba laboratorial de que, efectivamente, eso es así, y en las próximas semanas o meses sí que probaremos si hay otras especies que puedan ser susceptibles. Por ejemplo, se ha demostrado en laboratorio que el receptor que tiene las células para que el virus pueda entrar, el que está en células de porcino parece también susceptible. Si el cerdo es capaz de infectarse con el SARS-CoV-2, no obstante, aún no lo sabemos. Pero a día de hoy todo son hipótesis, no se ha demostrado de forma clara qué animal podría haber sido ese huésped intermediario.

¿Qué podemos aprender de la situación actual?

Tenemos que aprender a muchos niveles. El primero es un aprendizaje social, tenemos que ser capaces de lidiar con una situación de confinamiento, de extremar higiene, de distanciamiento social, y en caso de infecciones, de cuarentena y por tanto de servicio a estas personas infectadas. Una segunda parte es el sistema sanitario, que está en una fase de sobresaturación en estos momentos, con lo cual todo lo que han sido recortes presupuestarios en las distintas administraciones en relación con el sistema sanitario ahora lo pagaremos; tenemos que aprender de cara al futuro que el sistema sanitario tiene que mantenerse en una situación de máxima alerta y eso quiere decir máximo número de personal formado, que el número de camas no puede disminuir, y el número de UCI tiene que mantenerse o aumentar... Y un tercer aprendizaje gira en torno a la importancia del sistema de investigación del país. Si queremos dar respuesta a estas problemáticas, lo que no puede ser es que tengamos recortes sistemáticos en investigación como hemos tenido desde 2008, ya que eso hace que nuestra capacidad de preparación y anticipación haya disminuido. Me temo que vamos a aprender unas lecciones de forma acelerada que seguramente de otra manera no hubiéramos tenido.

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