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Crisis del coronavirus Atrapados en el extranjero

Ni con el sello de Amancio

Eduardo Llorente y Elena Merino, becados por el magnate textil en Estados Unidos, no pudieron tomar un vuelo chárter a Gran Canaria desde Madrid

Elena Merino, ayer, en el hotel de Madrid. LP/DLP

Volver a sus hogares cuanto antes. Esa era la premisa que la Fundación Amancio Ortega (FAO) tenía para todos sus estudiantes becados en Norteamérica -300 en Estados Unidos y otros 300 en Canadá-. La expansión del coronavirus movió la maquinaria de la organización altruista del magnate textil para que todos llegaran a casa con dos indicaciones claras: lo antes posible y al precio que fuera. Primero, la salud.

Estados Unidos se convirtió el pasado jueves en el país con más casos confirmados de coronavirus en el mundo. Antes de que llegara ese momento, Eduardo José Llorente y Elena Merino ya tenían trazado parte de su recorrido de vuelta a Gran Canaria. Ambos, excompañeros de clase en el Colegio Hispano Inglés de la capital grancanaria, cursaban Primero de Bachillerato en el país gracias a las becas que otorga la Fundación Amancio Ortega (FAO). En Dallas, la organización agrupó a todos los chicos que andaban en suelo estadounidense. De Fort Worth al Aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez.

La idea de volver cuanto antes se iba a cumplir. En la capital de España, el gran foco de Covid-19 del país, los alumnos canarios iban a subir a un vuelo chárter contrado por la FAO para regresar a casa. Eduardo José Llorente, Elena Merino y seis chicos más forman el grupo de canarios becados por el dueño de Inditex. Sin embargo, el estado de alarma se topó contra esta opción. Los vuelos privados desde y hasta las Islas están prohibidos; los comerciales pasaron de 115 rutas diarias de ida y vuelta con la Península a solo 17.

Los esfuerzos de la FAO por conseguir un permiso especial del Ministerio de Trasportes Movilidad y Agenda Urbana no valieron. Tampoco las gestiones que iniciaron los padres desde Canarias. "Ellos se han preocupado por hacer que los niños estén aquí cuanto antes, acarreando los gastos que supone y no le han dado facilidades para hacerlo. Me ha indignado bastante esta situación, particularmente a mí, porque ves que hay políticos para los que sí hay excepciones, pero no para nuestros hijos que la tenían en su mano", apunta Juan Francisco Llorente, padre de Eduardo.

Su hijo inicio el primer año de High School en una localidad cercana a Lansing, en el estado de Michigan. Una "experiencia fantástica" para Llorente, que cuenta con una vocación clara volcada al mundo de la medicina. Su familia de acogida le acompañó hasta Detroit, desde donde voló a Dallas para reunirse con el resto de becados y volver en un avión de la compañía Air Europa fletado por la FAO.

Problemas neumológicos

Un camino largo con parada final en Gran Canaria y escala en Madrid. Muchas millas, aeropuertos y carretera para poder volver con el riesgo de contraer en virus en un paciente de riesgo. "Mi desespero es porque él tiene una afección neumológica con tratamiento y tienen que hacer noche allí", explica. La solución final esta misma tarde: un vuelo regular le devolverá a la Isla.

Si Eduardo partió de lo que fue la ciudad de la industria del automóvil americano, Elena salió desde Boyceville, su 'pueblo' durante estos meses en el estado de Wisconsin. Reunida con el resto en Dallas puso rumbo a Madrid con el grupo. "Los vuelos fueron cambiando porque hubo cancelaciones incluso entre vuelos internos al ver cómo el problema era más importante", explica Pilar Merino, su madre, que entiende las restricciones impuestas por el Gobierno en los vuelos. "Hay que respetarlas y lo acepto, pero igual hubiera sido lo más lógico que se vinieran al momento, nada más pisar Madrid. Más aún cuando esto parte de una iniciativa privada. No solo era la más rápida sino también la más segura de volver", argumenta.

Pilar asume que Elena volverá a volar, pero no solo de vuelta a Gran Canaria. "Tiene muchas inquietudes y mil cosas en la cabeza. Le han quedado muchas cosas por hacer y conocer allí, pero los meses que ha pasado han sido muy buenos", agrega. El sueño de Elena está en las estrellas. Las astronomía y astrofísica son sus pasiones.

Si el plan no se vuelve a torcer, ambos pisarán hoy Gran Canaria tras esquivar una pandemia que amenaza no solo a España sino a otra potencia mundial más como Estados Unidos. No fue en chárter, no fue en la vía más rápida, pero están al llegar. "No se si me podré resistir al metro y medio de distancia", dice Merino entre risas.

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