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Crisis del coronavirus La experiencia de los sanitarios

Una enfermera en aislamiento

Elena Jáuregui reclama un test para volver con sus pacientes - Fue una de las primeras sanitarias que dieron positivo en Covid-19, tras viajar a Madrid

Máscaras para los compañeros. LP

Test de diagnóstico para confirmar que está libre del virus, y más y mejores canales de información para el conjunto de la población y, en especial, "para los abuelos". Ambas reclamaciones las hace Elena Jáuregui, enfermera del centro de salud de Schaman, en la capital grancanaria, desde hace más de tres décadas, y una de las primeras sanitarias que dieron positivo de Covid-19 en la Isla, tras viajar a Madrid entre el 19 y 23 de febrero para asistir a un congreso. El desconocimiento y la falta de previsión sobre lo que estaba por venir la condenaron a tener que luchar por un diagnóstico que, finalmente, la llevó a su ingreso hospitalario, y ahora, dos semanas después de recibir el alta, sólo piensa en volver a su trabajo, "donde sé que me necesitan". Para ello precisa del salvoconducto de dos tests negativos, "pero en Atención Primaria me dicen que no me lo van a hacer porque no hay".

Jáuregui comenzó a tener síntomas de contagio a los pocos días de regresar de Madrid. "Al principio no lo relaciono, para nada, con el Covid-19, porque en aquel entonces se oía en China y en Corea pero aquí todavía no". Cuando se empieza a sentir mal le dan la baja, y en el centro de salud le pregunta al médico que le atiende si "sería muy descabellado" pensar que pueda tener el coronavirus. "Me respondió que era imposible porque en España no está pululando aún".

Tras pasar unos días, y viendo que los síntomas coincidían con el Covid-19, llamó al 112 en reiteradas ocasiones. "La primera vez me dicen que es imposible porque en esa fecha en Madrid no había contagios. En la segunda llamada me repiten que es imposible, y que era sugestión mía, de hecho llegué a pensar que lo que estaba pasando era irreal", pero su experiencia como enfermera, tras más de 30 años de profesión, no la dejó desistir.

En la segunda semana de marzo, se puso en contacto con una compañera de su centro de salud, que viajó a Madrid una semana después que ella y que también presentaba síntomas por el coronavirus. "Juntas tomamos la decisión, muy meditada, en vista de que nadie nos hacía caso, de ir al hospital. A primera hora del jueves nos plantamos en Urgencias del Negrín con el fin de que nos hicieran un test. Nuestra sorpresa es que nos hacen un test y nos dejan ingresadas. Esa fue la parte con la que no contábamos".

Centro

Elena Jáuregui cuenta que al día siguiente de su ingreso lograron que paralizaran la actividad del centro de salud en el que ambas trabajan. "A todo el personal lo mandaron para casa a hacer la cuarentena, hicieron un estudio masivo de toda la gente de Schaman y salieron muchos positivos", indicó la enfermera. "Por ese lado tengo la conciencia muy tranquila, porque lo que me preocupaba era la comunidad de pacientes que tenemos, son muy mayores y me inquietaba que se pudieran llegar a contagiar, al ser población de riesgo".

A raíz de eso empezaron a detectarse más casos de Covid-19 entre sus compañeros de trabajo, los pacientes dejan de acudir al centro de salud y se empieza a poner en marcha el sistema de llamadas por teléfono. Y esa misma semana se decreta el estado de alarma en España.

Cuando ingresó en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín tenía fiebre y tos, "pero estaba mejor que días anteriores porque lo peor lo pasé aislada en mi casa".

De su ingreso, que duró hasta el 17 de marzo, Elena Jáuregui sólo tiene palabras de agradecimiento, por el trato "exquisito" que le dieron en el hospital. "Me gustaría agradecérselo a todo el personal del Negrín, un equipo fantástico, en especial al doctor Xerach, del servicio de Infecciosos, un profesional maravilloso y como persona un diez. Y a la trabajadora social Ana Quesada, porque llegué al hospital con lo puesto, no contábamos con que nos dejarían ingresadas, y entonces echas en falta algo tan básicas como ropa interior para cambiarte o un champú, cosas tan tontas pero se te hace un mundo. Yo aquí vivo sola con mi hijo, por eso valoro tanto la ayuda de unos amigos y, sobre todo, de Ana Quesada, que me hizo llegar lo que necesitaba y en todo momento me facilitó las cosas, se lo agradezco tanto, porque esos pequeños gestos son enormes cuando estás con el agua al cuello".

El 17 de marzo le dan el alta, y la mandan a aislamiento en su domicilio, confinada en su habitación, donde sigue a día de hoy, y le hacen un seguimiento desde la sala de coordinación de Atención Primaria. "En el hospital pregunté al especialista por el procedimiento a seguir una vez que nos encontráramos mejor y no tuviéramos síntomas. Nos dijo que el protocolo en ese momento era que había que esperar 14 días y entonces realizar un test, y con dos tests negativos ya nos podíamos considerar curadas y podríamos trabajar".

Su sorpresa llega cuando pregunta durante el seguimiento por parte de Atención Primaria cuándo le van a hacer el test. "Me contestan que no se me va a hacer porque no tienen tests para hacerlo, y que cuando pasen los síntomas ya me puedo dar por curada. Les dije si me podían ellos certificar que estaba curada y me dijeron que no. ¿Con qué tranquilidad y responsabilidad me voy yo a trabajar, a ver a pacientes de 80 y pico años de riesgo, sin saber si contagio o no contagio?", afirma la enfermera.

Jáuregui señala al respecto que a los trabajadores de los hospitales que son dados de alta tras dar positivo se les hace un test antes de reincorporarse a su puesto de trabajo. "Si todos somos personal del Servicio Canario de Salud, ¿por qué a los trabajadores de los hospitales sí se les hace la prueba y a los de Atención Primaria no?", se pregunta. "Sólo pido un test porque estoy deseando ir a trabajar, estoy sufriendo en mi casa por no estar en el centro de salud, pero necesito saber que ya soy negativo para poder volver con mis pacientes".

Su segunda petición es que se habiliten cauces para hacer llegar a la población en general, y en particular a los mayores, información sencilla sobre cómo actuar ante esta pandemia. Puso como ejemplo que al volver a su casa su obsesión por la limpieza la llevó a intoxicarse con lejía. "El médico me dijo que podría usar otros productos menos agresivos, algo que no sabía. Hacen falta protocolos de manejo sencillos para que la población sepa en todo momento qué hacer".

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