Primero llegaron noticias lejanas, que venían de China; luego, se habló de epidemia, y se conocieron casos más cercanos; y llegó la pandemia. Con ello el confinamiento, y curiosamente, aislados de familiares, amigos y compañeros de trabajo, comenzaron a florecer nuevas relaciones con los vecinos del edificio y también con los de enfrente. Y así, casi obligados por las circunstancias, se conoció otra forma de comunicarnos y de ayudar. Unas veces por necesidad; otras, por casualidad. Es el caso de mucha, muchísima, gente anónima que ha puesto sus conocimientos, sus posibilidades o sus habilidades al servicio del bien común.

Emma Moreno González, esposa, madre y abuela, elaboró unas mascarillas caseras para su numerosa familia ante la escasez de encontrar en el mercado este bien tan preciado en estos días. Utilizó para ello el material que tenía en casa para coser sus manualidades de patchword y algunos de esos tutoriales tan visitados en estos días. El resultado fue excelente y llegó al conocimiento de una amiga suya, sanitaria del Centro de Salud de Maspalomas, que le habló de la necesidad que tenían en su trabajo de este material. Emma se puso a ello. Luego le pidieron de Cardones, compañeros de trabajo de su marido (trabajo esencial, pues es Guardia Civil), otros familiares... Llegó a recibir una petición de la Cooperativa Farmacéutica Canaria (COFARCA).

Cuando se acabó la tela de sus manualidades, recibió camisas de la Guardia Civil para ser recicladas en mascarillas. Se acabó el elástico y una compañera de su hija pidió a la dueña de una mercería, que donó todo el material que tenía.

De forma espontánea se ha creado una cadena con un único fin: colaborar.

Y Emma, de forma altruista, sigue utilizando el material disponible en esta misión que se ha autoimpuesto. “Está totalmente enganchada a la tarea”, comenta Eliseo, su marido. Solo se levanta para preparar la comida a sus nietos, que están en su casa porque a sus padres les ha tocado ser de los imprescindibles en esta crisis.

El caso de Emma no es único. Todos conocemos gente que colabora como puede, aportando lo mejor de sí para, entre todos, sobrellevar y erradicar la terrible pesadilla del coronavirus Covid-19.