Cerrado por la actual pandemia, uno de los mejores restaurantes de Europa, el vienés Steirereck, con dos estrellas Michelin, ha puesto sus fogones al servicio de quienes luchan en primera línea contra el Covid-19.

Los cocineros de este local preparan cada día un millar de platos, no como hasta ahora para los sibaritas llegados de todo el mundo sino para los funcionarios más expuestos: policías, sanitarios y bomberos, entre otros.

Lo que al principio empezó como un improvisado gesto solidario para vaciar los depósitos llenos de comida que tenía el local, se ha convertido en un proyecto que seguirá adelante hasta el final de la pandemia.

Así lo cuenta Birgit Reitbauer, jefa del Steirereck y esposa del chef Heinz Reitbauer, cuyo establecimiento fue en 2019 el número 17 en el ránking mundial elaborado por la revista gastronómica británica Restaurant.

"Empezamos el día que nos enteramos de que todos los restaurantes tenían que cerrar sus puertas", recuerda la empresaria esas frenéticas jornadas a mediados de marzo, cuando el Gobierno anunció el cierre casi total de la vida pública en el país alpino.

Después de cuatro semanas de epidemia, Austria cuenta actualmente con unos 12.000 casos de coronavirus confirmados, con unos 200 fallecidos, pero con una pronunciada tendencia a la baja en las nuevas infecciones.

Las autoridades siguen permitiendo salir a pasear, o incluso a hacer deporte, a quienes vayan solos o con las personas con las que viven, pero insisten en reducir al máximo el contacto social y el movimiento, especialmente a las personas mayores y con enfermedades.

Comida popular

En lugar de sofisticados platos de la alta cocina, los cocineros del Steirereck preparan ahora típica comida casera austríaca e internacional, como pimientos rellenos, lasaña, verduras y diferentes carnes, siempre acompañado de arroz o pasta.

"Cuando tuvimos que cerrar", tras la orden del gobierno austríaco, nuestros depósitos estaban llenos. Nos reunimos, pensamos qué podríamos hacer y decidimos preparar comida para los que ayudan (a combatir la pandemia)", cuenta Birgit Reitbauer.

El Steirereck tiene otros dos restaurantes más populares, por lo que no hubo problema para cambiar de la llamada haute cuisine a platos más populares y caseros, cuenta.

Una decena de cocineros trabaja de forma voluntaria en tres turnos separados, para asegurar que haya suficiente espacio en la cocina y no se produzcan nuevos contagios.

Las comidas son luego entregadas de forma gratuita a las fuerzas de seguridad y a los servicios de ambulancia de Viena.