Uno de los problemas surgidos durante la pandemia por el coronavirus ha surgido con los animales domésticos, especialmente perros y gatos. Si bien muchos vieron en los canes una solución para poder salir a la calle durante el estado de alarma con la excusa de sacarlos a pasear, para otros muchos han sido un problema que han solucionado con su abandono.

Así, las protectoras de animales no han parado de recibir nuevos perros y gatos durante el estado de alarma y se preparan para una entrada aún más problemática tras el confinamiento. Este problema además se ha visto incrementado con la paralización de las adopciones, lo que está generando un cuello de botella que las asociaciones no saben si van a poder soportar.

Algunas informaciones apuntan a que buena parte de los abandonos surgió por el miedo de algunas familias al contagio por parte de los animales, a pesar de que los especialistas reiteran que no existe este tipo de riesgo.

Igualmente existe ante la crisis económica asociada al confinamiento una creciente preocupación ante la renuncia a tratamientos crónicos como preventivos o de vacunaciones y desparasitaciones, lo que de cara al futuro podría generar problemas sanitarios entre la población animal.