Entre los cinco y en tiempo récord encontraron un robot "abierto" que permite adaptarse a cualquier protocolo, capaz de realizar test PCR para detectar casos de coronavirus de forma masiva. Lograron la financiación necesaria para comprar cuatro de estos robots gracias a la aportación desinteresada de varias empresas privadas, los trajeron desde China gracias a Inditex y ya funcionan en cuatro hospitales de referencia. Entre todos podrán realizar casi 70.000 análisis a la semana y estudian la compra de más robots, en un ejemplo exitoso de iniciativa privada apoyada desde el ámbito público.

¿Qué futuro se abre con estos robots de análisis masivo?

Nos encontramos en un escenario de pandemia en el que, por una parte, conocemos muy poco del COVID-19, algo más de tres meses entre nosotros, y, por otra, no hay una vacuna ni tratamiento, por lo que la única herramienta para luchar contra este virus es aumentar la capacidad de procesar muestras para PCR de forma masiva. Hasta ahora todos los expertos reconocen la fiabilidad de este tipo de pruebas para el diagnóstico de la población contagiada. Hay varios cuellos de botella, uno es el poder realizar test de PCR, y el segundo es que, ante una demanda mundial de reactivos que se emplean en el procesamiento de muestras, se puede contar con la flexibilidad que aportan estos robots, ya que pueden utilizar reactivos de cualquier marca comercial. El futuro que se abre es salvar vidas y aumentar en el tiempo nuestra posibilidad de hacer test de PCR.

Cuentan con cuatro y la previsión es la de comprar cuatro más... ¿A qué hospitales irían destinados?

Por ahora, hemos instalado cuatro robots, en el ISCIII, La Paz, Vall d'Hebron y Clínic. En estos momentos nos encontramos en conversaciones con otros hospitales de referencia y donantes. Por ahora, preferimos mantener la discreción ya que son trámites y procedimientos prolijos, pero nuestro objetivo es tratar de llevarlos a todas las comunidades autónomas. No es fácil, pero estamos trabajando en ello.

¿Estamos ante la constatación de que la iniciativa privada es más ágil y efectiva que la pública?

La pandemia, desgraciadamente, se ha llevado miles de vidas, y dejará después consecuencias graves en la economía y el empleo; tendremos que ayudarnos para poder superar juntos lo que nos viene. Pero también podemos aprender sobre cómo mejorar y hacer más ágil el sector público. La iniciativa privada tiene controles y garantías, pero mucho más flexibles que el sector público, y esto permite poder disponer de financiación de forma automática cuando se toman decisiones o llevan a cabo proyectos. Por lo tanto, es una buena oportunidad para ver cómo flexibilizar procedimientos sin perder las garantías de control del gasto de las administraciones.

¿Están dando los particulares mejor ejemplo que las administraciones?

Creo por nuestra experiencia que el éxito ha sido lograr una colaboración público-privada. Ha funcionado y hemos podido traer esos robots; de otra forma no hubiese sido posible.

¿Qué perspectivas de futuro se abren en este sentido?

Seguir colaborando con cada sector en la medida de sus posibilidades, pero no perder esa comunicación porque favorece a toda la sociedad. Tenemos que construir una estrategia de país, fuera de intereses particulares, porque nos estamos jugando el futuro de todos.

¿Cómo funcionan los robots?

Los robots tienen la característica de ser 'open source'; esto quiere decir que tienen un hardware abierto, por lo que permiten adaptarse a los diferentes protocolos de los laboratorios, utilizar cualquier marca comercial de reactivos, maximizar los recursos de los laboratorios y, por supuesto, ya que se automatiza el procesamiento, aliviar la carga de trabajo en los departamentos de microbiología.

Es la única forma de garantizar una desescalada del confinamiento con ciertas garantías... ¿Lo ven factible?

La realización de pruebas PCR hasta el día de hoy es la herramienta más fiable. Hasta que en los próximos meses puedan aparecer o no otros tipos de test que garanticen la fiabilidad del resultado, necesitamos realizar estos test. Han sido clave en países como China o Corea del Sur, que ya han pasado por la fase más grave de la crisis sanitaria, pero igualmente Alemania sigue esta senda. Indudablemente, saber con seguridad qué población está afectada es importante para poder realizar estrategias poblacionales. Además, en el proceso de desconfinamiento se tendrá que generar confianza para la reactivación de la economía, y esto solo será posible si tenemos diagnosticadas no solo a las personas sintomáticas, también a los pacientes asintomáticos, y ahí las empresas tendrán que saber cómo están sus empleados y, por ello, la necesidad de hacer test seguirá siendo crucial.

¿Qué parte fue la más laboriosa?

Todas. No ha habido un momento en el que no surgieran obstáculos que hemos tenido que ir solventando sobre la marcha. Conseguir los donantes, la logística, el papeleo que hay que realizar o hasta la última mesa que colocar en un hospital porque no tenían las adecuadas. En todo momento hemos ido sumando apoyos de las personas que desde las organizaciones implicadas tenían que trabajar con nosotros, y más allá de sus responsabilidades han sido conscientes de la importancia del proyecto: salvar vidas.