El sector de los gimnasios es, al margen del turismo, uno de los que se están viendo más afectados por la pandemia del coronavirus. Al margen de tener que cerrar desde que el pasado 14 de marzo se declarara el primer estado de alarma, no está previsto que puedan abrir sus puertas con una relativa normalidad (en principio solo podrán acoger un 30% de su capacidad) hasta la tercera fase de la desescalada, que está previsto, si no pasa nada extraño durante las anteriores, que comience el próximo 8 de junio, aunque ya están trabajando para volver.

Pese a que durante este periodo son muchos los gimnasios que han intentado buscar alternativas para mantener a parte de su clientela, ya sea alquilando parte de sus másquinas o aparatos o mediante sesiones telemáticas, lo cierto es que la crisis se está dejando notar, probablemente más en los gimnasios tradicionales que en otros como los de crossfit.

Cuando se iniciaba la crisis sanitaria, la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID) pidió al Gobierno una serie de medidas ante la difícil situación que se les presentaba con el fin de evitar que muchos de los centros tuvieran que cerrar sus puertas y mandar a sus trabajadores al paro. Y más cuando a la vuelta de la crisis sólo podrán acoger un 30% de su capacidad, tendrán que cerrar sus vestuarios o tendrán que comprar productos higiénicos para sus gimnasios.

Sergio Valido es el propietario en Telde de los gimnasios Drago Gym, con un centro en La Garita y otro en San Gregorio que, creado en 1987, es uno de los más antiguos de Gran Canaria. Además pertenece a la FNEID.

Valido, que tenía un tercer centro que ha tenido que cerrar pero cuyos tres trabajadores entraron en un ERTE con los 13 que tenía entre los tres gimnasios, explica cómo le ha afectado la crisis: "Tuvimos que hacer el ERTE y además congelar las cuentas de nuestros clientes desde el 14 de marzo. Ahora estamos a la espera de que nos den la orden de abrir, que en teoría será para el 8 de junio, pero con un 30% de aforo, con una distancia de dos metros entre los usuarios y las medidas higiénicas que saldrán próximamente en el BOE".

Para el futuro es algo optimista porque los clientes lo llaman continuamente para preguntar en qué momento volverán a abrir sus puertas, pero pese a ello sabe que de entrada les va a costar porque además de tener que costear las necesarias medidas higiénicas no podrán abrir al 100%.

"Las actividades dirigidas de momento no pensamos incorporarlas hasta que aumenten el aforo al menos hasta el 50%. Estamos trabajando ya en señalizar la superficie para que haya un distanciamiento de dos metros entre los usuarios. Al haber menos gente en las clases pues vamos a intentar duplicar la oferta para llegar a un mayor número de usuarios. En las horas puntas vamos a poner un protocolo de reserva de horas. Vamos a establecer franjas horarias de media hora en media hora y que el usuario pueda estar hora y media en el establecimiento".

Por su parte, Sergio Vera, uno de los socios del MSO Crossfit, ubicado en el Polígono de Arinaga, ha visto como su gimnasio se ha visto afectado, pero mantiene la esperanza en recuperarse porque el daño no ha sido tan grave como esperaba: "Al principio no sabíamos si íbamos a poder superar esto y cuánto tiempo íbamos a tener que estar cerrados, pero hemos aguantado bien, no nos hemos hundido porque hemos buscado recursos con las ayudas del Gobierno y hemos logrado aguantar. El apoyo de nuestros socios ha sido fundamental y esperamos poder abrir de nuevo en breve".

En este caso también son muchos los clientes que le consultan cuando podrán volver a su gimnasio, en buena medida porque el contacto entre las partes no se ha perdido: "En este periodo hemos facilitado entrenamientos on-line a nuestros socios y hemos alquilado parte del material del que disponemos, pero tampoco podíamos hacer mucho más. En las dos últimas semanas también hemos organizado unas charlas en directo por instagram".

Además, tiene claro lo que se avecina para el momento en que ya en la tercera fase de la desescalada puedan abrir sus puertas: "Para el futuro, al principio, tendremos que cerrar los vestuarios, delimitar las zonas de trabajo, el suelo, para que cada persona tenga su espacio de trabajo y se mantengan las distancias de seguridad, limitaremos también las zonas de ocio. Hemos contactado con alguna empresa para hacer alguna desinfección inicial y tenerlo desinfectado".

"Hay que tener en cuenta que el crossfit es una actividad de alta intensidad y el tu ponerte un elemento delante de donde tienes que respirar a unas pulsaciones alta pues imagínate la sensación de agobio y de asfixia, aquí es muy complicado usar ese elemento", concluye Servio Vera al ser cuestionado sobre la posibilidad de que los usuarios de su gimnasio utilicen las mascarillas cuando estén ejercitándose en el centro.