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Crisis del coronavirus La recuperación tras salir del peligro

Las secuelas de la lucha

El Hospital Doctor Negrín refuerza el servicio de fisioterapia para los pacientes que salen de los cuidados intensivos después de recuperarse de la Covid-19

Una paciente recibe rehabilitación en el Hospital Doctor Negrín. ANDRÉS CRUZ

Para muchos pacientes graves que se han recuperado dejar atrás los cuidados intensivos no es sinónimo de librarse de la enfermedad. La mayoría presenta ciertas secuelas físicas, psíquicas y cognitivas causadas, entre otras cosas, por el uso de ventilación mecánica invasiva, la inmovilización prolongada o los tratamientos con corticoides que se requieren en estos casos. Es lo que se conoce como Síndrome post UCI. Una realidad a la que se enfrentan muchos de los afectados por la Covid-19 y que ha llevado a reforzar la neurorrehabilitación de los centros hospitalarios como el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, donde en la actualidad tres personas se recuperan y otras tres reciben hospitalización a domicilio tras haber salido de la Unidad de Medicina Intensiva (UMI).

Por este área, hasta la fecha, han pasado un total de 34 pacientes infectados por SAR-CoV-2 de los que "aproximadamente el 75% han necesitado respiradores mecánicos", explica Juan José Díaz, médico intensivista que trabaja en la unidad de coronavirus desde la llegada de la pandemia mundial a la Isla. Ahí, en plena trinchera, ha sido testigo directo de la evolución de estos enfermos. "Hay pacientes que estuvieron con nosotros y que no necesitaron una ventilación mecánica invasiva (respirador), sino solo gafas nasales de alto flujo, por lo tanto estaban débiles, pero como podría ser tras pasar por cualquier otra enfermedad vírica. Después tuvimos otros que sí necesitaron ventilación mecánica invasiva, pero que se les pudo extubar a la semana o los diez días y la convalecencia fue similar al del caso anterior", arguye. Y es que según asevera Díaz, los que se enfrentan a un mayor periodo de recuperación una vez que salen de la 'zona' de peligro son aquellos que permanecieron intubados con ventilación mecánica más de dos o tres semanas.

Se trata de los enfermos que presentaron un cuadro más grave de Covid-19 y a los que en algunos casos también hubo que realizarles una traqueostomía. Además, "estos pacientes tienen tratamientos con corticoides y a veces están tan mal que necesitan incluso sedación o relajantes musculares para quitarles toda la contracción muscular para que se dejen llevar por el respirador", señala el profesional sanitario. Esto, sumado a la postración que conlleva la situación y a "la gravedad de la enfermedad" hace que cuando 'despiertan' "apenas pueden mover alguna parte de su cuerpo".

Aunque la movilidad es lo que más se ve afectada tras pasar por el citado proceso médico en la UMI, en el Negrín han tenido que lidiar con otras consecuencias como la encefalitis de las meninges que sufrió una de las pacientes, si bien "estos son casos extraños", según aclara Juan José Díaz. Sobre esto, el especialista en Medicina Intensiva cuenta que a día de hoy se están estudiando la sintomatología que presentan muchas personas tras tener coronavirus como son la dermatitis o la falta de olfato o gusto. "Pero 34 pacientes, como hemos tenido nosotros en la UMI, es una serie muy corta para que se den todas estas complicaciones que leemos que se producen en lugares como Italia o China donde ha habido miles. Y realmente tampoco hay estudios que digan cuáles son las secuelas que van a tener estas personas cuando despiertan".

Aún así, Díaz explica que sí que han percibido un aumento de difagias -dificultad para tragar- en muchos de los enfermos por la Covid-19. Un hecho que ha llevado a reforzar el programa que ya tenía el hospital para tratar por a aquellas personas que, tras haber sido entubadas o pasar por una traqueostomía, presentaban este tipo de dolencia. Del mismo modo, en el hospital también se ha fortalecido el servicio de fisioterapia. "No es un programa específico para el Síndrome post- UCI como tal, sino que hay más compañeros trabajando en la recuperación de estos pacientes ya que el problema que hemos vivido con el coronavirus es que se han producido muchos casos a la vez y, tras mejorar, estas personas han pasado a planta en muy poco tiempo. A esto hay que sumarles los otros pacientes que hay por otras causas, por lo que se ha producido una sobrecarga en las plantas, aunque no se ha llegado al colapso como ha pasado en Madrid, algo que también nos está permitiendo tener buenos resultados".

En lo que a la neurorrehabilitación se refiere, Díaz considera que es necesaria para aproximadamente el 70% de las personas que han tenido que pasar por cuidados intensivos. De hecho, en el Negrín aún permanecen ingresados tres pacientes que, aunque ya no son positivos en Covid-19, necesitan pasar por ese periodo de recuperación más activa acompañados de los fisioterapeutas. "El tiempo que necesitarán esa rehabilitación dependerá de la gravedad de cada caso. Los que no han necesitado ventilación mecánica, tras ser dados de alta en la UMI, pueden estar en casa en una semana. Pero si han requerido de respirador y, en base a las secuelas que les hayan quedado, pueden llegar a estar hasta dos semanas". Aún así, el mensaje de Díaz es positivo: "Es verdad que hay un post UCI, pero al final se sale y hay que estar tranquilos en ese sentido".

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