El terremoto ocasionado por la pandemia de la Covid-19 ha hecho tambalear los cimientos de la Consejería de Educación. La dimisión de María José Guerra, al frente de la institución desde julio de 2019, no es suficiente para la mayoría de la comunidad educativa, que reclama una renovación más profunda de la estructura y apuesta por la creación de un nuevo equipo que de respuestas claras ante una situación inédita. Sindicatos como STEC-IC o CC.OO. y la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado (Confapa) de Canarias exigen al presidente del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres, la sustitución de todo el equipo de Educación. Por contra, la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) en Canarias defiende la continuidad de los directores generales para evitar descabezar la Consejería y facilitar una solución más eficaz a los numerosos procedimientos que aún están en el aire.
"El actual equipo Consejería de Educación ha fracasado y, por tanto, entendemos que el cambio de rumbo no debe venir guiado por la sustitución de la consejera, sino que es necesario conformar un equipo coherente y cohesionado", asegura el portavoz de STEC-IC, Fernando Pellicer, quien detalla que "la crisis lleva meses larvándose con enfrentamientos personales y políticos entre los diferentes cargos". En este sentido, considera oportuna la sustitución de los cargos intermedios, porque "no se entendería que los que han sido parte del problema, ahora pretendan ser parte de la solución". En concreto, este sindicato insta especialmente a la destitución de la directora general de Personal, Marisol Collado, puesto que "su papel ha dejado mucho que desear, tanto en su talante negociador con las organizaciones sindicales, como en su intento de protagonizar y controlar toda la gestión".
Collado, que cuenta con una larga trayectoria en el ámbito de la docencia, es una persona de la máxima confianza de Torres. Una relación que se remonta a la etapa del actual presidente del Gobierno como alcalde del municipio grancanario de Arucas. No en vano, desde 2011 a 2015, Collado facilitó la segunda investidura de Torres como máximo edil aruquense, dándole el apoyo de la Plataforma Con Arucas, que entonces presidía la actual directora general, quien también ostentó la segunda tenencia de alcaldía de la ciudad norteña y las áreas de Economía y Hacienda, Gestión y Planificación Urbanísticas y Participación Ciudadana. En este sentido, fuentes cercanas a la Consejería, aseguran que Collado se postula como candidata para ocupar la vacante generada por Guerra.
En caso de que el nuevo consejero de Educación, José Antonio Valbuena, considere necesario alargar el mandato de las direcciones generales hasta final de curso, STEC marca el verano como límite para que se produzca el relevo de cara al próximo año lectivo. "Esperamos que Valbuena ponga orden y sea capaz de cohesionar al equipo", afirma Pellicer, quien espera que el recién llegado consejero ya esté trabajando en un "profundo cambio".
Tras la polémica generada el pasado fin de semana con el plan ambiguo de desescalada presentado por Guerra, que trasladaba la responsabilidad a los centros educativos, Comisiones Obreras exigió a Torres que evitara que la Educación canaria continuara "avanzando hacia el precipicio", para lo que le pedía la destitución de todo el equipo de la Consejería. En esto coincidió Confapa Canarias, que además apuntó a "la desastrosa gestión que han desarrollado desde que se declaró la pandemia" para pedir el cese de los responsables, quienes durante la crisis sanitaria "han hecho oídos sordos a sus peticiones".
Si bien, existe controversia sobre la renovación íntegra de los responsables de Educación. Pedro Crespo, el presidente en Canarias de ANPE, el sindicato mayoritario de la educación pública no universitaria en el Archipiélago, sostiene que su planteamiento va encaminado hacia el cambio de las gestiones y no de las personas. "Exigimos concreción y la publicación de normas claras", afirma Crespo, ya que considera que "ha faltado la ejecución de las decisiones acordadas sobre la reanudación del curso y el inicio del próximo año lectivo".
Buen comienzo
En este sentido, Crespo reconoce que "en el momento en el que han habido dos misiones dentro de la Consejería, es obvio que había disputas internas, pero eso no significa que el actual equipo no tenga la capacidad para sacar el trabajo adelante". Por esto, señala que la renovación absoluta de los directivos podría perjudicar a los procedimientos pendientes como la adjudicación de destinos o las comisiones de servicio, puesto que "habría que empezar desde cero".
Si hay algo en lo que los dos sindicatos mayoritarios coinciden es en la necesidad de convocar una mesa sectorial con carácter urgente. Deseo que le trasladaron al recién llegado consejero en sus primeras horas en el cargo. "Para empezar con buen pie, hay que llegar a un acuerdo sobre la desescalada educativa", reconoce Pellicer, quien advierte de que "se ha perdido un tiempo precioso y, todavía, está en blanco la página sobre cómo afrontar el inicio del curso 2020-2021". De cara a los días que quedan de año lectivo, el portavoz de STEC-IC considera "un disparate" forzar el paso a la formación presencial, porque "no se dan las condiciones y no se han hecho los deberes". Por su parte, ANPE estima que la orden sobre la desescalada debería estar publicada el viernes como muy tarde y siempre tras mantener un diálogo con todas las partes implicadas en una mesa sectorial.
