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Entrevista | Sylvia Jaén y Víctor Ramírez

"Que nos pongan en tela de juicio es lo mejor que nos puede pasar a maricones, bolleras, travelos y 'bis'"

"La consecución de derechos sociales ha sido un espejismo", recalcan la viceconsejera de Igualdad y Diversidad y el director general de Diversidad del Gobierno de Canarias

Hace 20 años, cuando usted presidía el Colectivo de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales de Canarias Gamá , le pregunté en una entrevista si la habían tentado alguna vez desde la política y me dijo que sí, pero que no le interesaba. ¿Qué ha pasado desde entonces para que ocupe ahora la Viceconsejería de Igualdad y Diversidad del Gobierno de Canarias?

Sylvia Jaén: Pues ha pasado el 15 M, ha pasado Podemos y ha pasado mi experiencia personal. No soy una persona al uso de un partido y esa era una de las principales dificultades que yo veía porque hacer política es hacerlo dentro de una organización y yo no había encontrado una organización en la cual me pudiera sentir cómoda, dentro de lo incómoda que es una estructura de partido para alguien que viene del activismo social. Llegó un momento en que comprendí que si de verdad queríamos modificar ciertas cosas sabía que había que estar, que había que dar el paso, algo a lo que también me ayudó, supongo, mi propio proceso personal: ser madre, empresaria y estar dispuesta a sacrificar un espacio de tu tiempo, porque esto es un sacrificio personal que antes imaginaba y ahora ya sé que es desmedido. Nadie se puede imaginar hasta que no ha dado ese paso hasta dónde te implicas incorporándote a la política con un cargo de representación pública; te trastoca la vida entera. Luego está la cantidad de información que tienes en la cabeza: yo nunca imaginé que pudiera hacer tanto trabajo pero estoy contenta de haber dado el paso aunque, como le digo, en estas circunstancias. Si no hubiera ocurrido todo lo anterior, no me habría decidido.

¿Se la cree?

Víctor Ramírez: Sí me la creo.

¿No cree que era cuestión de tiempo? Lo digo porque Sylvia siempre ha sido una mujer de bandera, una mujer muy comprometida.

V. R.: Una mujer absolutamente comprometida siempre. Y ha estado donde ella creía que debía estar y donde confía que puede aportar lo máximo en cada situación. Dar este paso en este momento concreto creo que es muy significativo por quién gobierna Canarias y porque es un paso al frente del activismo desde el partido, un partido en el que yo no estoy pero con el cual trabajo y que apuesta por la igualdad o la diversidad y que se beneficia de la experiencia, de la de Sylvia y de la mía propia.

Ustedes, desde el activismo de los colectivos LGTBI, vivieron un momento de lucha abierta contra el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria cuando era alcalde José Manuel Soria, del Partido Popular, entre 1995 y 2003. Diecisiete años después parece que aquellos que gobernaron en la capital grancanaria no sé si quedan un poco a la izquierda incluso del actual PP nacional.

V. R.: Pues parece que sí? Bueno, aunque no sé si tanto... Los años que gobernó Soria fueron complicados en muchos aspectos y ahora tenemos una derecha mucho más obtusa, mucho más rancia... La derecha sí que es cierto que ha dado pasos atrás de manera importante. La influencia de la ultraderecha ha sido fundamental en ese cambio y yo creo que la derecha tradicional española debería mirar muy bien lo que les están haciendo.

¿Se les encienden las alarmas cuando escuchan los mensajes de odio de algunos dirigentes de derecha tanto a la comunidad LGTBI como al inmigrante o los derechos de la mujer? ¿Se hace más necesario que nunca retomar el activismo duro?

S.J.: Pero afortunadamente. Yo no veo todo eso como una gran amenaza. Creo que la consecución de derechos sociales en cualquier campo sufren de un espejismo social. Ha habido un espejismo de realidad, de igualdad, que no es verdad: personas lesbianas, gays, bisexuales y trans no tienen los mismos derechos que el resto de la ciudadanía de España y eso que España es uno de los países abanderados. Y ahora vienen a decirnos y a movernos un poquito y nos damos cuenta que lo adquirido está todavía por asentar porque quince años de derechos pseudo reales no quitan 20 siglos de LGTBI-fobia ni 40 años de franquismo, y al tambalearnos nos tambaleamos desde una peana que no era consolidada y que tampoco estaba en la misma igualdad, así que nos reagrupamos de nuevo?

¿Nos lo creímos?

S.J.: Yo recuerdo de llamadas, tanto tiempo en el activismo [bromea], de personas que me decían ¡Oye Sylvia! Es que me he quedado embarazada y ahora no reconocen a mi mujer como madre? Yo les decía pues claro: ¿no sabes que las mujeres en España si no nos casamos no tenemos el derecho sobre nuestros hijos en igualdad? Me respondían: ¿Cómo va a ser eso si hay igualdad?

Se leían el titular pero no la letra pequeña de la noticia. No estamos en igualdad; estamos mejor que antes pero nos falta mucho para avanzar. Por eso este revolcón que nos está dando la extrema derecha, en muchos casos apoyados por la prensa porque creo que se les está dando un altavoz mucho más grande del que realmente merece, nos viene bien para volver a preocuparos, para poder sentir y saber que aunque nos hayamos llenado de orgullo socialmente no somos ni estamos en la plena igualdad. Nos rearmaremos, volveremos a coger nuestra bandera, volveremos a mirar a las compañeras trans y pensaremos: ¡Mi madre! Si yo estoy temblando cómo debes estar tú que todavía estás tres peldaños por detrás de nosotros. Ahora, juntas de nuevo, caminamos hacia adelante.

Yo creo que el mayor error que ha tenido la extrema derecha con Alberto Ruiz Gallardón (presidente de la Comunidad de Madrid y alcalde de la capital por el Partido Popular entre 1995 y 2011) fue cuestionar la ley del aborto. ¿Y cómo nos pusimos las feministas? ¿Cómo nos reagrupamos? ¿Cómo nos hemos venido arriba? Los ocho de marzo de ahora no tienen nada que ver con los ocho de marzo previos a aquello y el próximo 28 de junio vamos a reventar las calles, no tengo ninguna duda. Saber que nos ponen en tela de juicio es lo mejor que nos puede pasar a maricones, bolleras, travelos y bis.

Silvia habla de futuro y en su libro, Peligrosas y Revolucionarias. Las disidencias sexuales en canarias durante el franquismo y la transición

V. R.: Es que es cíclico. Después del franquismo llega la transición, elimina la Ley de Peligrosidad Social y hay cierta paz social. Los colectivos, que estaban muy emergentes en aquella época, empiezan a decaer a lo largo de los años ochenta porque parece que estaba conseguido todo. Aparece el Sida, nos da otro zambombazo y vuelven a subir los colectivos a lo largo de los años 90; aprobamos el matrimonio igualitario y parece que vivimos otro bajón en el activismo porque pensábamos que estaba todo conseguido. Ahora sentimos la amenaza de la extrema derecha y volvemos a subir. Es algo cíclico pero también es verdad que en cada ciclo vamos elevando las expectativas y los derechos adquiridos aunque es cierto que estamos en un momento que hay que seguir trabajando pero mirando atrás para saber de dónde venimos.

¿Con la creación de esta viceconsejería de Igualdad y Diversidad del Gobierno de Canarias cree que se le ha dado voz institucional a una realidad que estaba en la calle?

S.J.: Yo por lo menos así lo asumo. Asumo que estoy representando la demanda de una buena parte de la sociedad civil en cuanto a los derechos de igualdad más asentados y en cuanto a derechos de diversidad. Hemos sabido recoger lo que la mayoría de los partidos tenían en su programa electoral, que es un avance claro y decidió en materia de igualdad y diversidad para estructurarlo: si el gobierno no estructura la diversidad y la igualdad no le podemos pedir a la sociedad que lo haga. No podemos permitir que la sociedad siga avanzando y desde la política se estudie el tema con un ya veré el momento en el que me subo a la ola. No. El Gobierno se sube a la ola y ahora el resto de la sociedad que le siga.

¿Hay empatía con Angel Víctor Torres y su Gobierno?

S.J.: Absoluta. La estrategia canaria transexual igualitaria, que es una propuesta a dieciséis años vista, la primera vez que se la presenté al presidente del Gobierno le dije que era muy consciente que íbamos a proponer algo para que recogiera los frutos otro gobierno, otro presidente y otro viceconsejero o viceconsejera, pero que si queríamos avanzar realmente en Canarias en materia de igualdad teníamos que hacer las cosas bien, con un programa y unos resultados de largo plazo, y desde el primer momento me dijo que sí.

Resulta curioso porque casi todos los políticos trabajan con vistas a los cuatro años para precisamente favorecer su reelección. No les suele interesar proyectos a largo plazo.

S.J. : Es el margen y la cancha que precisamente da ser la primera viceconsejería de Igualdad y Diversidad que hay en nuestro Ejecutivo. Te da esas libertad porque no hay u peso excesivo de lo que se espera de ti y tienes un mayor margen de flexibilidad. Además, tenemos un presidente y un pacto de gobierno que yo creo que, sinceramente, sabe que existen muchas cosas que revisar y quieren que se avanza en igualdad.

En el texto de la proposición de Ley Trans e Intersex de Canarias que ha aprobado el Pleno del Parlamento se habla de la "despatologización" del colectivos transexual. Se vuelve a unir la actualidad con las situaciones que Víctor relata sobre la Canarias preconstitucional. ¿Estamos en 2020 o en la Transición?

V. R.: Incluso en este aspecto estamos por detrás de la Transición en el tema específico de las personas transexual. Formalmente la OMS ya eliminó la patologización pero en la legislación estatal formalmente sigue siendo necesario un informe psiquiátrico para determinar que tienen disfobia de género. Eso lo vamos a eliminar de la Ley que está en tramitación que recoge el derecho a la autodeterminación de la identidad de cada persona sin que nadie tenga que venir desde fuera a certificar desde un punto médico si tu eres efectivamente una cosa o la otra.

Se acabó tenerse que bajar las bragas o los calzoncillos ante el médico.

V. R. : Exactamente. Pero también que tengan que meterse en tu psique para comprobar si estás diciendo la verdad o tienes una enfermedad mental? Si yo digo que soy hombre nadie me lo cuestiona pero a las personas trans sí. Esta ley lo va a permitir, ahora en la comunidad canaria pero esto se va a extender al Gobierno central pese a las reticencias

S.J.: La sociedad en su conjunto no ha tenido un momento para pensar qué es eso de la identidad. Es como cuando en los años ochenta le preguntaban a la gente por la calle en los telediarios si eran heterosexuales y la gente respondía yo no soy heterosexual, eso es cosa de los desviados; yo soy normal. Pues esa es la reacción que tenemos ahora con el tema de identidad y tenemos que dejar de mirar a los trans como que lo de ellos no nos importa aunque tengan el mayor nivel de exclusión social, de violencia, de pobreza? ¿Cómo que no importa? Afortunadamente hay muchas cosas que han cambiado y la principal es que ahora a los colectivo y a las instituciones públicas las personas trans llegan de la mano de sus padres y sus madres o de sus madres o de sus padres. Y eso es un punto sin retorno porque la fiereza con que tu defiendes el derecho al libre desarrollo de tus hijos o de tus hijas o tus hijes no te lo quita nadie. Las personas ya no están solas ni solamente arropadas por el colectivo LGTBI. Ya hay una tutela superior que impone y exige porque tienen sus derechos.

Recuperando la celebración del Orgullo este 28 de junio y pese a las limitaciones que ha provocado el Covid 19 ¿sigue siendo necesaria la celebración festiva?

S. J.: Claro que sí. Tenemos que tomar las calles con la mejor sonrisa porque ahora nuestra sonrisa es más revolucionaria ante el sistema que nos quieren imponer.

V. R.: Ahora la presencia es importantísima. Aunque sea en tanga porque hay gente que les gustaría hiper silenciarnos hasta el punto de la desaparición.

S. J. : El Orgullo es celebrar haber sobrevivido un año más con tu autoestima bien puesta, con tu familia elegida hecha, con tu opción identitaria bien clara. El otro día me preguntaban que dijera algo bueno que me haya aportado la política y respondí que hace unos seis meses que no salgo del armario porque como en el tiempo que llevo trabajando en el Gobierno de Canarias me presentan como Viceconsejera de Igualdad y Diversidad y lesbiana pues llevo seis meses tan relajada? Te das cuenta que salir constantemente del armario es un peso extra. Por eso el Orgullo, cuando nos agrupamos con muchos amigos y amigas que son heterosexuales pero comparten nuestro orgullo con nosotros, hacemos un exorcismo de armario colectivo positivo, sonriendo, porque es la esencia de nuestro activismo. No venimos a pedir permiso. Venimos a exigir nuestros derechos porque hemos sobrevivido un año más al estigma.

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