El protocolo establecido para mantener a raya una peligrosa expansión del SARS-CoV-2 despierta suspicacias entre la ciudadanía sobre la que se aplica. No entienden cómo unas pocas décimas de fiebre como único síntoma les obliga a permanecer aislados durante dos semanas pese a cosechar resultados negativos en las pruebas diagnósticas

"Lo he visto todo surrealista. Me parece que se han puesto un poco histéricos con los protocolos del coronavirus, que son bastante ridículos. La doctora se empeñaba en que era Covid y al final me tuve que poner hecha un basilisco. Parece que no son capaces de escuchar bien, han entrado en pánico".

De esta manera concluía Cati, una peluquera de Manacor, la que ha sido su relación con el centro de salud de la capital del Llevant tras estar en vigilancia por, presuntamente, haber contraído la Covid-19. Una interactuación que incluyó una baja médica cuando ni siquiera había salido el resultado de la primera PCR a la que le sometieron y que tampoco varió al conocerse que dio negativo.

Una situación que también vivió otro joven de la comarca de Llevant cuya madre, al ir a buscar su baja al centro de salud, también tuvo que montar un circo al comprobar que en el motivo del parte de baja también figuraba Covid-19. "Les dije que eso era cambiar el diagnóstico. Además, si das positivo por coronavirus como decía el parte que le había ocurrido a mi hijo, ¿no se debería haber activado un protocolo de detección en la empresa en la que trabaja con muchas otras personas?", se preguntaba Maria.

La historia de Cati comenzó un jueves con una gastroenteritis que vino acompañada de unas décimas de fiebre. "Tenia como un cólico, no me encontraba bien y cerré la peluquería y me fui a casa. Al día siguiente llamé a mi centro de salud y, afortunadamente, me atendió telefónicamente mi propia médico de cabecera. Se mostró preocupada por la fiebre y me dijo que me haría un seguimiento telefónico y que no saliera a la calle por si acaso era el coronavirus", relata.

Baja antes que resultado

"El lunes volvió a llamarme y, como seguía con unas décimas, me citó en el centro de salud para hacerme una PCR. Ese día fui, me hicieron la prueba y, antes de que saliera el resultado, ¡me dieron la baja médica! A pesar de estar asintomática total y sin tener aún el resultado de la PCR, me dijeron que tenía que permanecer 14 días encerrada y aislada en casa", seguía sin dar crédito a lo vivido más aún cuando dos días después, el miércoles de esa misma semana, el resultado de la prueba determinaba que era negativa.

Cati lamenta que no le escucharan cuando les dijo que era alérgica a las mascarillas y que había contraído una infección de las vías altas respiratorias. "Me tuvieron diez días solo con paracetamol cuando a la semana de la primera prueba me hicieron una segunda PCR que volvió a dar negativa. Seguía teniendo una calentura que solo bajó cuando por fin me recetaron un antibiótico", prosigue.

Transcurridas dos semanas de la primera cita, la volvieron a citar para realizarle una analítica de sangre tras la cual le dijeron, según palabras textuales, "enhorabuena señora, está usted libre de Covid-19". Pero a Cati no le cuadran las cuentas. Muchas preguntas se le han quedado en el tintero. ¿Por qué le obligaron a cerrar su negocio durante dos semanas si las pruebas eran negativas? ¿Por qué no les hicieron la prueba a su marido y a su hija que conviven con ella? ¿Y a la clientela que fue a la peluquería? Lo dicho al inicio de esta información, a Cati le ha parecido surrealista toda la actuación de Primaria.

La historia del hijo de Maria guarda semejanzas con la de Cati. Empezó con dolor de estómago y algo de fiebre un domingo. El lunes llamó a su centro de salud y allí le conminaron a quedarse en casa, tanto a él como al resto de convivientes en la misma casa. El miércoles de esa misma semana le citaron para una PCR que dos días después le dijeron que había dado negativa.

Pese a que el paciente, inconforme, acudió a la sanidad privada, donde le diagnosticaron una gastritis, y al hospital comarcal de Manacor, donde una radiografía de tórax confirmó que estaba libre de la Covid y le comunicaron que no entendían los motivos por los que seguía confinado, en su centro de salud se empeñaron en que debía guardar los catorce días de aislamiento. Posteriormente, el paciente se sometió a un test rápido de anticuerpos que volvió a confirmar por enésima vez su negatividad.

Por eso su madre montó en cólera cuando al ir al centro de salud a buscar el parte de baja de su hijo para que este pudiera justificar su ausencia ante su empresa el documente especificara que el motivo de la baja era "positivo por Covid". Porque para la progenitora eso no es ni más ni menos que falsear un diagnóstico.

Medida para garantizar el aislamiento

El IB-Salut no ve ninguna incongruencia en la actuación descrita más arriba. Sostiene que el protocolo fijado establece que, ante una mera sospecha de Covid, al paciente se le da automáticamente una baja laboral para asegurar que permanece aislado hasta conocer los resultados.

Preguntado por los motivos por los que la baja laboral se mantiene entre la primera y la segunda PCR negativa, insiste en que si continúa habiendo sospecha se mantiene la baja hasta asegurar el negativo de la segunda PCR.

Sobre la motivación de no hacer pruebas a los familiares o contactos estrechos, subrayan que solo se hace la PCR a estos últimos cuando hay un caso confirmado. "Solo cuando la PCR sale positiva es cuando se inicia el estudio de contactos", añaden.

Preguntados por último sobre qué síntomas hay que tener para ser considerado sospechoso y ser derivado a un circuito Covid, remiten al protocolo elaborado por el ministerio de Sanidad que considera sospechosas a cualquier persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita de cualquier gravedad que cursa, entre otros, con fiebre, tos o sensación de falta de aire.

Otros síntomas como la odinofagia (dolor de garganta al tragar alimentos), anosmia (pérdida del olfato), ageusia (alteración del sentido del gusto), dolores musculares, diarreas, dolor torácico o cefaleas, entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infección por SARS-CoV-2 según criterio clínico, marcan desde Madrid.