El terremoto desatado por la crisis sanitaria de la Covid-19 en la Consejería de Educación sigue sacudiendo sus cimientos. La responsable del área, Manuela Armas, ha empezado a reestructurar su equipo con el cese de la directora general de Personal, Marisol Collado; la de Formación Profesional y Educación de Adultos, María Eva de la Fe; el de Universidades, Antonio Aparicio; y la directora de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa (ACCUEE), Dulce María González.

Universidades pasa a manos de Manuel Ramírez y Formación Profesional y Educación de Adultos a Rosario Gañán. Las competencias de Personal las asume, temporalmente, el director general de Ordenación, Innovación y Calidad, Gregorio Cabrera, quien amagó con dimitir horas antes de que la exconsejera de Educación, María José Guerra, renunciara al cargo, pero que finalmente no formalizó su intención de abandonar su Dirección General. Por último, las competencias de la ACCUEE las asume temporalmente la viceconsejera de Educación, María Dolores Rodríguez.

El portavoz del Ejecutivo, Julio Pérez, anunció tras el Consejo de Gobierno que "es previsible", que la consejera complete su equipo y que sus propuestas sean aprobadas en las próximas reuniones.

Collado se despedía ayer de los representantes de los sindicatos durante una reunión. Tras conocer esta destitución, el presidente de ANPE Canarias, Pedro Crespo, manifestó su agradecimiento a la exdirectora general por su talante dialogante y su permanente interés por la opinión de los sindicatos. Si bien, Crespo reconoció su temor por el remplazo puesto que el cargo conlleva unas competencias cruciales a la hora de planificar el inicio del próximo curso. Collado era la responsable de planificar y coordinar la gestión del personal docente no universitario de los centros públicos. Por esto, Crespo espera que la persona que llegue a la Dirección General "tenga experiencia y pueda afrontar de manera eficaz el diseño y el refuerzo de las plantillas".

El cese de Collado, según fuentes cercanas a la Consejería, puede estar marcado por los desencuentros que mantenía con la viceconsejera de Educación. La exdirectora general mantiene una estrecha relación con el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, junto al que fue concejala en su etapa como alcalde de Arucas, y además, fueron compañeros de claustro cuando ambos se dedicaban a la docencia.