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Ciencia

Reforestar desde el espacio

Alfonso Santana, Paula Catalán y Alfonso Medina, alumnos del Canterbury, ganan el concurso 'Astro Pi' de la Agencia Espacial Europea

Reforestar desde el espacio

Apenas tienen 16 años, pero Alfonso Medina, Paula Catalán y Alfonso Santana han sido capaces de diseñar un programa informático capaz de localizar en tiempo real desde el espacio lugares en los que se podría realizar una reforestación que contrarreste los efectos del cambio climático. Un proyecto laborioso que les ha quitado algunas horas de sueño e incluso de comidas con el que estos a estos alumnos del Colegio Canterbury de Gran Canaria se han convertido en los ganadores del concurso Astro Pi organizado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) en colaboración con la Fundación Raspberry Pi, en el que han participado 850 estudiantes de 15 países del todo el mundo. Como premio, tendrán una videoconferencia con un astronáuta.

El gusanillo se les quedó dentro desde el año pasado, cuando Medina y Catalán fueron finalistas en otro certamen a nivel internacional de la ESA, el Moon Camp Challenge, en el que tenían que diseñar una base lunar que por incluir incluía todo lo necesario para que, en caso de darse, las personas pudiesen vivir en la luna. Su propuesta quedó en esta ocasión en tercer puesto, lo que les valió disfrutar de una webinar con un astronauta, entre otros premios. Esto hizo que ambos no perdieran puntada de las diferentes actividades que organiza el citado centro de investigación y se animaran este curso con un reto de mayor envergadura.

"A principio de curso me comentaron que querían participar y como necesitaban un adulto que sirviera de enlace ni me lo pensé", cuenta Iván López, el profesor de informática que les ha acompañado en la aventura que culminó hace algunas semanas. A ella también se unió Alfonso Santana, ya que una de sus aficiones es la programación. Con el equipo formado bajo el nombre de Reforesting Entrepreneurs, los estudiantes se pusieron manos a la obra con el proyecto del concurso que estaba dividido en cuatro fases.

La primera arrancó con una profunda investigación que les llevó a decantarse por la temática medioambiental, con el objetivo de localizar áreas en las que se pueda llevar a cabo una reforestación. Para ello, los chicos contactaron con varias instituciones espaciales, desde la propia ESA, a la Agencia Espacial China o la NASA, para solicitarles algunos datos que les permitiesen crear la mejor fórmula de programación para su propuesta.

Con la información recabada, llegó la hora de diseñar el experimento en sí en el 'miniordenador' Raspberry Pi que la organización les facilitó y pasar a código Python lo recopilado convirtiéndolo en filtros capaces de determinar la altura, inclinación, humedad y clorofila que hay en el suelo de cara a la reforestación. Una labor de "nivel" en lo que a la complejidad se refiere, según Iván López, para lo que tuvieron que tirar de libros de cursos superiores e incluso formarse por su cuenta. "Para mí lo más difícil fue entender los datos para después codificarlos", señala al respecto Alfonso Santana.

Una vez realizada esta fase, los estudiantes tuvieron que comprobar su funcionamiento antes de enviárselo a la ESA desde donde, tras darles el visto bueno, se envió a la Estación Espacial Internacional en la que se probó durante tres horas el programa en un hardware igual al que tenían que tuvieron que usar los chicos, colocado en la ventana del satélite desde el que se tomaron multitud imágenes.

El reporte que recibieron del centro de investigación espacial no pudo ser mejor. Y es que en ese periodo de tiempo, Medina explica que "en tan solo dos órbitas" recorridas, "el sistema localizó una zona en Siberia" que reunía las condiciones para ser reforestada, tal y como pudieron comprobar en las fotografías tomadas con una cámara de infrarrojos que la institución europea les envió y con las cuales tuvieron que elaborar también el informe final con las conclusiones que les llevaron a convertirse en los ganadores. "Este fue uno de los momentos más emocionantes", asegura Paula Catalán.

La noticia de la victoria les llegó en plena pandemia por la Covid-19 durante la que también realizaron la última parte del proyecto. No por ello la celebración fue menor para profesor y alumnos que aseguran haber vivido un momento de enorme felicidad al recibir una notificación. Por esto, pero también por lo aprendido durante el proceso tanto de programación como de trabajar en equipo, ninguno de ellos duda en volver a repetir experiencia.

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