La infección por Covid- 19 no entiende de edades y toda la sociedad está expuesta a contraerla. Un claro ejemplo lo ponen Ana Suárez y David Sánchez, una pareja que ha querido hacer uso de identidades ficticias para preservar el anonimato, y a la que, recientemente, le ha sido diagnosticada en Gran Canaria la enfermedad, tras vivir una mala experiencia sanitaria. Estos jóvenes de 29 y 26 años, respectivamente, comenzaron a experimentar una sintomatología asociada al virus el pasado jueves, lo que les impulsó a contactar con el Teléfono de Emergencias -112- y, posteriormente, a recurrir a los servicios de Atención Primaria. No obstante, denuncian el "nefasto" manejo de los protocolos en este ámbito, en un contexto en el que los rebrotes de esta pandemia global avanzan a un ritmo muy acelerado.

"Estamos indignados y muy decepcionados. Un médico de nuestro centro de salud determinó que mi novio tenía una insolación, en lugar de Covid-19", cuenta Suárez desde su domicilio, donde permanece en seguimiento médico. Su novio, en cambio, se encuentra ingresado como consecuencia de la neumonía bilateral que le ha causado el patógeno.

En concreto, fue durante la mañana del pasado jueves cuando la pareja empezó a experimentar una "intensa" sensación de malestar, que iba aparejada a un leve cuadro febril. A todo esto cabe sumarle la pérdida del sentido del gusto y del olfato.

"Inmediatamente, llamamos a nuestros trabajos para comunicarles lo que estaba sucediendo. Ante la desesperación, contacté con el 112 y, tras hacerme una serie de preguntas, tomaron nuestros datos para poder contactar con nosotros y darnos cita para practicarnos el test PCR", relata la joven, que además dedica su actividad profesional al ámbito sanitario y conoce de primera mano los procedimientos que se deben seguir.

El plazo marcado por el servicio para someterse a esta prueba oscilaba las 48 y las 72 horas posteriores a la llamada. Sin embargo, el panorama cambió radicalmente esa misma noche, cuando Sánchez sufrió un agravamiento en la sintomatología. De hecho, la fiebre ya alcanzaba los 40 grados, tenía serias dificultades para respirar y dolor de garganta.

"Lo llevé al centro de salud de El Doctoral -en el municipio de Santa Lucía de Tirajana- adoptando las medidas de seguridad correspondientes. Allí, detectaron que los niveles de saturación de oxígeno en sangre era muy bajos y solo le suministraron paracetamol por vía intravenosa. Un poco más tarde, lo mandaron para casa", manifiesta con asombro. Para después agregar que, "el diagnóstico fue una insolación".

Cuando conoció la noticia, el desconcierto y la sensación de impotencia invadieron a esta sanitaria, pues no comprendía el criterio médico que se había aplicado. "Los días anteriores habíamos estado trabajando y no habíamos pisado la playa desde hacía tres semanas. Sin pensarlo, volví a contactar con el 112, pero me dijeron que teníamos que aguardar por la cita para la PCR", comenta.

Ingreso

Al día siguiente, decidieron no esperar más y se desplazaron hasta un hospital de la capital grancanaria que prefieren no revelar. Allí, les practicaron el test PCR, que anotó un resultado positivo en ambos casos. "A mí me mandaron para casa porque mis síntomas eran mucho más leves y la fiebre no pasaba de 38 grados. Mi novio, al estar tan mal, pasó por una serie de pruebas hasta que, finalmente, le detectaron una neumonía bilateral. Desde entonces, se encuentra ingresado en planta", sostiene con asombro.

Lo cierto es que David Sánchez, que está siendo tratado con antirretrovirales, antibióticos y corticoides, debe seguir en el hospital, al menos, siete días más, a la espera de una evolución favorable. Por su parte, Suárez permanece en cuarentena y su tratamiento es sintomático.

Consciente de la gravedad del caso clínico de Sánchez, la sanitaria no duda al decir que la experiencia que ha tenido que vivir su pareja "ha sido injusta", al tiempo que tacha de "irresponsable" la atención ofrecida en el centro de salud. "Parar este virus es cosa de todos y si los protocolos fallan en Atención Primaria, no vamos a poder solucionar el problema. Está en juego la salud de las personas y no se debe permitir que se produzcan esta clase de situaciones", expresa con contundencia.

Asimismo, garantiza que cuando ambos logren liberarse del agente patógeno acudirán al Servicio de Atención al Paciente para interponer una reclamación. "No nos vamos a quedar de brazos cruzados porque nos han hecho perder un tiempo muy valioso. El funcionamiento de Atención Primaria debería ser exquisito, y más aún en estos momentos tan difíciles", añade.

Por lo que respecta a su actual estado de salud, la joven grancanaria asegura haber anotado una notable mejoría, en contraste con la pasada semana. "Ahora me encuentro mejor, pero es la peor enfermedad que he pasado. He tenido gripes y no tienen ni punto de comparación con el malestar que es capaz de causar esta enfermedad", apostilla Suárez. "Es muy desagradable no poder percibir olores", prosigue, "o caminar por la casa y sentir un cansancio extremo".

El día a día de esta joven ha cambiado de forma radical y ahora, al no poder abandonar el domicilio, su familia tiene que hacerse cargo de todas sus tareas. "Al estar ingresado mi novio estoy sola en casa, por lo que mis familiares se encargan de tirarme la basura y hacerme todas las compras", cuenta. Si bien es cierto que reconoce que, en un primer momento, "tuve miedo de contarles que había dado positivo en la prueba, por la gran preocupación que les podría causar".

La sanitaria enfatiza que se ha preocupado por cumplir con todas las medidas de seguridad y recomendaciones dictadas por el Gobierno para evitar padecer la afección. Por esta razón, desconoce en qué momento pudo contagiarse. "Siempre me preocupo de cuidarme y de cuidar a las personas que están conmigo. Esto demuestra que la capacidad de infección de este virus es muy potente y que le puede tocar a cualquiera", valora.

Siguiendo esta línea, califica de "imprudentes", las concentraciones de negacionistas de la pandemia que se llevaron a cabo el pasado domingo en el territorio nacional, incluyendo el Archipiélago. "Es una evidencia que el virus existe y sabemos que puede dejar muchas secuelas. Por eso, la población joven también tiene que ser consciente de que nunca se sabrá con certeza cómo puede evolucionar esta enfermedad en su cuerpo", subraya con ímpetu la paciente.