El Gobierno de Canarias echará el cierre por completo a las discotecas y a los bares de copas. La actividad del ocio nocturno en las Islas que, hasta el momento, el Ejecutivo había limitado a realizar en exteriores, no podrá continuar desarrollándose hasta nuevo aviso. El Gobierno autonómico decidió ayer adaptar las medidas de contingencia de la Covid-19 que se acordaron el pasado viernes a nivel nacional, en el seno del Consejo Interterritorial del Servicio Nacional de Salud de España (CISNS), con el fin de reducir el impacto de la epidemia en las Islas. Entre este paquete de medidas, que se pondrán en marcha a partir de su publicación en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) -que previsiblemente se hará pública hoy-, también se encontrará la imposición del cierre homogéneo a la una de la madrugada para bares y restaurantes, la obligación a todos los eventos multitudinarios -entre los que se podían encontrar bautizos y comuniones- a contar con autorización previa de las autoridades sanitarias para llevarse a cabo y a la reducción de las visitas a residencias y las salidas de los residentes a una vez por semana.

Canarias ya se había adelantado a muchas de las medidas de restricción que acordó el gobierno estatal con las comunidades autónomas, como la prohibición de fumar en espacios abiertos si no se mantiene una distancia de dos metros con otras personas, por lo que el portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, afirmó que el Ejecutivo regional simplemente ha adaptado las nuevas restricciones a la normativa que existía previamente. Respecto al cierre del ocio nocturno, el portavoz del Gobierno, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno extraordinario celebrado en el día de ayer, afirmó que se clausurarán tanto discotecas como de bares de copas, que desde la semana pasada y hasta ayer, simplemente tenían restringido el uso de sus espacios interiores para albergar clientes.

A las restricciones de seguridad que acumula el sector hostelero se le unirá hoy la obligación de cerrar todos los locales a la una de la madrugada y no admitir nuevos clientes a partir de las doce de la noche. Los restaurantes y terrazas tendrán que, además, seguir garantizando el mantenimiento de las distancia de seguridad de 1,5 metros entre mesas y comensales, señalar los lugares donde deben esperar los clientes para mantener la distancia y disponer de todas las medidas higiénicas necesarias para evitar un contagio. Los clientes deben llevar mascarilla hasta el momento en el que le sirven la comida o la bebida.

Los eventos multitudinarios, que hasta ayer solo debían pedir autorización a las autoridades sanitarias en caso de albergar más de 1.300 personas en exterior y 500 en interior, ahora tendrán que pedir permiso para llevarse a cabo siempre. En principio, como adelantó Pérez, esta norma también podría afectar a eventos como bodas y comuniones en las que se cumplan dichos requisitos que se deberán guiar "por los mismos criterios", aunque insistió en que se irá teniendo más claro "con la puesta en práctica" de la norma.

Menos visitas a los mayores

La última restricción compete a las residencias de mayores en las que se limitará una vez más tanto las visitas como las salidas de los residentes. "Probablemente se reducirá a una por semana", adelantó Pérez, que insistió en que la periodicidad se establecerá entre la Consejería de Derechos Sociales y la de Sanidad. Pérez recordó que siempre han sido "muy cuidadosos" con las residencias y achacó esa especial atención a la baja incidencia del coronavirus en estos centros durante la primera ola epidémica. De hecho, Canarias es la comunidad con menos muertes en residencias de todo el país, con 19 fallecidos de los más de 7.000 mayores que permanecen ingresados en estos centros.

Incidencia dispar

El portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, indicó que en el seno de la reunión se estuvo debatiendo sobre la situación epidemiológica de las Islas. Lo que se halló es que existe una incidencia y evolución dispar en el avance del virus entre Islas. Concretamente, la más afectada es Gran Canaria que ya acumula el 65% de los casos activos en el Archipiélago. Además, en la propia isla el crecimiento de los contagios es desigual dado que siete de cada diez casos activos se están dando en las zonas básicas de salud (ZBS) cercanas a la capital.

"Está ocurriendo algo que está afectando mayormente a la población juvenil", afirmó Pérez que insistió en que puede ser "el ocio nocturno o las fiestas familiares". En este sentido, afirmó que, en principio, no se puede achacar la incidencia a la mayor afluencia de residentes a la playa de Las Canteras, pues no está ocurriendo lo mismo en otras zonas con playas concurridas como Granadilla de Abona y El Médano, en Tenerife. Pérez indicó que en los próximos días se propondrán medidas más estrictas para garantizar la seguridad en esta zona. En este sentido, Pérez adelantó, aun sin atreverse a afirmarlo con rotundidad, que "puede que no se autoricen los eventos multitudinarios en ningún caso". Los confinamientos selectivos o quirúrgicos, tal y como se están dando en algunas localidades peninsulares son aún una medida lejana para el Gobierno de Canarias que ayer descartó cualquier tipo de cuarentena para la población de esa zona. "En el resto de Canarias la evolución es creciente, pero está a mucha distancia de las que se registra en el resto del país", insistió Pérez, que remarcó la importancia de situar al Archipiélago como un destino seguro dado que "no se puede hablar de salud sin economía".

El portavoz del Gobierno explicó que el Gobierno regional ha vuelto a solicitar al Estado que se negocie con la Unión Europea la posibilidad de realizar test en origen a los turistas que llegan a las Islas. Como última opción, si la situación epidemiológica empeora en Canarias, "podríamos activar los test a la llegada para garantizar la seguridad sanitaria". No obstante, el portavoz del Gobierno matizó que los contagios actuales en las Islas no se deben "ni a las llegadas de turistas por aeropuerto ni por los migrantes que llegan en patera".

En cuanto a estos últimos, Pérez dedicó unas palabras a las personas que fallecieron en el mar el pasado miércoles intentando arribar a las costas canarias. Las autoridades alertaron de que habían hallado una balsa cerca de las Islas con una decena de cadáveres a bordo. La balsa fue detectada por una avioneta que buscaba una embarcación desaparecida que zarpó de Mauritania el 15 de agosto con unas 40 personas a bordo, y que parecía dirigirse a esas islas frente a las costas noroccidentales de África. Dos buques de rescate españoles llegaron a la balsa, que estaba a unos 150 kilómetros al sur de Gran Canaria. "No sabemos ni cómo ni dónde ocurrió, pero no puedo más que hacer constar el sentimiento de pena y dolor que nos genera", afirmó Pérez que insistió en que "la voluntad del gobierno es intentar evitar esta pérdida de vidas humanas".