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Identidad sexual | Las limitaciones sentimentales para el desarrollo de las personas transgénero

Amar en tiempos de transfobia

Mujeres y hombres 'trans' relatan las dificultades y el miedo que conlleva relacionarse afactivamente - "A muchas y muchos nos agreden", dicen

Amar en tiempos de transfobia

Cuando la identidad sexual de cada individuo y la resignación de sexo están siendo asumidas con cierta naturalidad por parte de la sociedad los jóvenes trans continúan sufriendo rechazo para, simplemente, amar y sentirse amados y amadas. Los estereotipos y las etiquetas habituales, generalmente, siguen impidiendo a estos chicos y chicas realizar algo tan sano y normal como relacionarse afectivamente porque en muchos casos acaban siendo repudiados por la persona con la cual pretenden iniciar una relación cuando les confiesan que son personas trans, llegando en ocasiones a sufrir maltrato psicológico o físico, una situación para las nuevas generaciones muy similar a las padecidas en el pasado por este sector de la comunidad LGTBI+.

"¿Por qué le tengo que decir a alguien que soy trans cuando él o ella no me ha dicho que son tránsfobos?", se pregunta Alba Rodríguez Boekelman, mujer trans grancanaria de 27 años, dedicada profesionalmente al Derecho, y coordinadora del grupo de participación y activismo Trascender del colectivo de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales Gamá.

La queja pública realizada esta semana en las redes sociales por la trans grancanaria Nailah Mutty, de 22 años, lamentando haber sido expulsada de una popular aplicación de contactos empleada para ligar por jóvenes de ambos sexos [y que según indican desde Gamá se trata de un hecho aislado] después de haber sido denunciada por algún usuario obliga a fijar la mirada en los inconvenientes a los cuales se enfrentan cuando su sexualidad es acorde con ellos y ellas pero, sin embargo, supone un problema para la persona que están conociendo. "Muchas veces llegas a ilusionarte y hasta compartes cariño, aficiones y unos besos pero cuando se enteran, porque se lo dices" que se trata de alguien trans "suelen tomárselo mal e incluso pueden llegar a agredirte", cuenta Marcus Peña Martín, hombre trans de 23 años, natural de Gran Canaria y residente en Lanzarote, soldador y especialista en mecánica naval de profesión.

"No podemos obviar que hasta 2018 la Organización Mundial de la Salud consideraba la transexualidad una enfermedad", explica Marcos Ventura Armas, de 29 años, vicepresidenta del Colectivo Gamá, trans no binario [que no se identifica con ningún genero] natural de Gran Canaria pero residente en La Guancha, en la isla de Tenerife, quien considera imprescindible "más educación" para entender la realidad trans.

"Relacionarse es un ámbito básico para las personas porque somos seres sociales. La discriminación ", dice, "no es natural; es algo que se aprende porque nadie nace tránsfobo".

Esas limitaciones a la hora de relacionarse no se quedan únicamente en el miedo al rechazo ["es triste conocer a alguien que se deje de interesar por ti simplemente por ser trans", reconoce Alba Rodríguez] sino que "se le suma el temor de quedar con alguien al que, cuando le cuentas tu realidad sexual, puede reaccionar de manera violenta", admite Marcos Ventura.

Alba Rodríguez recuerda el mal rato que vivió al ser invitada a bajarse de malas maneras del coche de un chico a quien había conocido por las redes cuando ella le dijo que era una mujer trans. "Me abrió la puerta y me echó. Es humillante verte en esa situación y por cosas como estas acabas desistiendo a conocer gente con las que mantener una relación afectiva", reconoce.

Miedo e incomprensión

Miedo e incomprensión son dos de los factores a los que se enfrentan actualmente los y las jóvenes trans, un sentimiento similar al que debieron hacer frente en tiempos de represión gays, lesbianas y transexuales en Canarias y el resto del país. "Por eso es tan importante que existan grupos como Transcender, de Gamá, ya que se genera un espacio de seguridad", explica Rodríguez Boekelman, coordinadora de este servicio que reúne alrededor de una veintena de personas trans cuyo perfil es el de jóvenes de entre 16 y 30 años no binarios.

Estos grupos sirven "para tejer redes, unir discursos y lograr nuestro empoderamiento con gente iguales a ti porque la diversidad, a día de hoy, no es un valor bien asentado entre la sociedad", añade esta mujer trans que, pese a tener "poco passing [término que hace referencia a tener una imagen absolutamente femenina tras su resignación de género]" ha vivido "todas las situaciones posibles" cuando se ha relacionado con chicos.

Como ejemplo pone el caso de otra muchacha trans que, tras tres semanas intimando con un chico, llegando incluso a mantener relaciones sexuales con él después de comprobar que existía química entre ambos, vio como se rompía la relación al confesarle que era una mujer transexual. "Entonces es cuando te dicen que te quieren mejor como amiga", recuerda la activista.

"Es el pan de cada día", asegura Marcus Peña Martín. "Quedas con alguien en plan serio, que lo conozca y me conozca, podemos quedar y intimar, pero no digo más nada hasta que no sea algo serio y a veces, al explicarle tu realidad, pierdes a esa persona. Cuando te conoce a veces te ven como eres aunque cuando lo saben que eres trans las probabilidades de que la relación no se mantenga es de un 60 por ciento".

Peña Martín, que es un hombre trans heterosexual, lamenta que incluso se tilde de lesbianas a las chicas con las que se ha relacionado "por el hecho de que yo sea un hombre trans". Recuerda cuando, siendo un adolescente, "tenía novias con 12 ó 13 y eran los mayores quienes ponían los problemas. Padres, madres, tíos y abuelas les machacaban por estar con una persona trans. Esos eran los padres más retrógrados porque luego estaban" los progenitores "más enrollados que les decían a mis novias que estaba muy bien porque su hija debía vivir experiencias, como si yo fuera un fenómeno extraño".

En ese sentido, Marcos Ventura Armas coincide en que "generalmente la sociedad nos ve como un fenómeno" por el hecho de no ser sexualmente acorde con la imagen que la opinión pública tiene de los y las transexuales, se trate de hombres y mujeres con el sexo resignado o no.

Marcus Peña, sin embargo, confiesa que lograr el amor como hombre trans no es imposible. "Llevo una temporada con una relación estable y ella no tiene ningún problema con mi sexualidad", añade desde Holanda el joven grancanario residente en Lanzarote.

Todos los consultados coinciden en que la sociedad y sus normas van más "atrasadas" que la realidad y la vicepresidenta del Colectivo Gamá recuerda como ejemplo que en Estados Unidos existe a día de hoy el trans panic, "un atenuante que se emplea cuando se producen agresiones a trans por parte de hombres que desconocían la sexualidad de mujeres trans con las cuales se han relacionado", una norma que "sólo recordamos cuando alguien trans se quita la vida", concluye.

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