Joan Pons vive desde hace más de 20 años en Inglaterra y trabaja como enfermero en el National Health Service (NHS). Forma parte del equipo directivo del Hospital Universitario de Sheffield. Catalán de origen, se considera también medio menorquín, ya que ha pasado todos los veranos de su infancia en la isla vecina. Ahora mismo de hecho está de visita en las tierras menorquinas con sus padres. Pese a ser de las pocas personas en el mundo que ya está vacunada contra el coronavirus, cuando vuelva al Reino Unido también le tocará hacer la cuarentena impuesta por el gobierno de Boris Johnson a todo aquel viajero que llegue procedente de España.

Ha sido uno de los 10.020 voluntarios que han participado en los ensayos y se ha puesto la vacuna desarrollada por Oxford. ¿Por qué se ofreció?

A finales de marzo, al ver lo que se venía, dejé el despacho, me volví a poner el traje de enfermero, además del equipo de protección, y volví a planta, a trabajar con pacientes con covid-19. He visto lo que hace el virus, es el horror, he visto cómo los pacientes se me iban... El personal sanitario vivíamos además con la ansiedad de contagiarnos haciendo nuestro trabajo. Pensé que si podía hacer algo para luchar contra el virus tenía que hacerlo, quería poner mi grano de arena en esta batalla. Me llamó un amigo que trabaja en Oxford, me lo propuso y dije sí. Buscaban sobre todo personas que hubieran estado muy expuestos al virus, como el personal sanitario. El 5 de junio me la pusieron.

¿No da miedo inocularse un virus que sabe que puede ser mortal, cuyos efectos además usted ha visto y conoce de primera mano?

Algo sí, cuando lees en el consentimiento que en casos excepcionales puede causar shock anafiláctico y la muerte... pero la doctora Sarah Gilbert, la responsable del equipo de investigación de Oxford, la ha probado en sus tres hijos: ¿pondría en riesgo ella a sus hijos si no estuviera segura de lo que está haciendo? Además, mi odio al virus y mi amor a la vida es mayor que el miedo.

¿Y su familia cómo acogió la noticia?

Mi mujer se asustó, estuvo un par de días sin hablarme... Mis padres son perfil de riesgo y durante el confinamiento, encerrados en Barcelona, lo pasaron muy mal. Al final, todos entienden que es por un buen motivo y que la vacuna es la única solución. Y si no hay voluntarios, no hay vacuna.

¿Ha tenido algún efecto secundario?

No, nada más allá del dolor del pinchacito. Otros compañeros han tenido dolor de cabeza, pero yo nada de nada. La vacuna es segura.

¿Cobró algo por ser voluntario?

No, no cobro nada.

¿Qué controles le hacen después de ponerse la vacuna?

Me hacen una PCR cada semana y analíticas para ver si desarrollo anticuerpos. Estamos muy controlados y acompañados, me tengo que tomar la temperatura cada día y avisar si tengo fiebre o algún síntoma. Tenemos un teléfono de atención 24 horas. Una vez al mes me hacen una revisión médica y los análisis de sangre. La próxima me toca el 2 de septiembre.

¿Y tiene anticuerpos?

Sí, tengo anticuerpos, el 100% de los voluntarios tenemos y a los que les pusieron dos dosis tienen más.

¿Cuándo estará lista la vacuna desarrollada por Oxford?

Entre finales de mes y principios de septiembre confían en poder presentarla a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, si da el visto bueno, podría pasar a la fase IV, la de comercialización. Hay rumores de que están tan seguros de su eficacia que ya se está fabricando en La India y en Argentina. Si todo va bien, en octubre la vacuna ya podría estar en Europa, y en noviembre y diciembre en el resto del mundo. Es lo que yo le pediré a Baltasar, mi rey mago favorito. Sería el mejor regalo de Navidad. Esto es una carrera contra el tiempo, cada día perdemos vidas.

¿Cómo cree que debería ser la distribución, quiénes deberían recibirla primero?

Primero deberían recibirla las personas mayores y con perfil de riesgo, y el personal sanitario. En 2021 ya llegaría a la población general.

Por una cuestión ética debería ser de acceso universal, pero las empresas querrán recuperar lo invertido y hacer negocio.

En el caso de Oxford no se busca sacar beneficios. De hecho, han firmado acuerdos con varios países, como Argentina, México y Reino Unido para que la puedan producir ellos mismos. El precio estará entre los 3 o 4 euros por vacuna. Las empresas que también trabajan en desarrollar una vacuna no han de caer en el afán de hacer dinero.

El domingo hubo una manifestación en Madrid con personas que dicen que el virus no existe, que la mascarilla es una imposición inútil, que con la vacuna nos van a inocular un microchip... ¿Qué les diría?

Para empezar, que no existe tecnología para desarrollar un microchip tan pequeño que permita inocularlo con una vacuna. Sobre la mascarilla, que hay que hacer frente común contra la transmisión, que no cuesta nada ponérsela y que sean conscientes de que por no llevarla pueden transmitir la enfermedad y ser responsables de la muerte de personas, incluyendo sus seres queridos. Y a los que dicen que el virus es un invento, les invito a venir al hospital, a ver lo que le hace a las personas, incluyendo a los jóvenes, a todos.

¿Y a los que dicen que la vacuna no es segura, que vacunarte supone desarrollar otras enfermedades?

Que miren la historia. Que se fijen en todas las enfermedades que se han erradicado gracias a las vacunas. Yo soy enfermero, siempre voy a mirar los datos, y en este caso ahí están y son muy claros. Algunas de estas enfermedades que habían desaparecido gracias a las vacunas están volviendo precisamente por culpa de esta gente. Y si dudan de su seguridad porque se ha desarrollado muy rápido en comparación con otras, en apenas un año, les digo que han de tener en cuenta que China descifró e hizo público el genoma muy rápido, lo que ha acelerado muchísimo el proceso. Además, se están haciendo muchos esfuerzos porque hay mucho en juego, nos afecta a todos. Universidades como Oxford, o empresas como Moderna, no pondrían en peligro su prestigio por sacar demasiado pronto algo que no es seguro.

¿Y la vacuna rusa?

Si me dicen de probar esa, salgo corriendo; ni en broma, vamos. Pero aparte de la rusa, no está mal que haya variedad de vacunas si se han seguido los protocolos correctos, cuanta más haya mejor porque igual pueden ser complementarias: una puede que funcione mejor con algunos perfiles; otra con otros...

Está vacunado, ¿se librará de hacer cuarentena cuando vuelva a Reino Unido?

No, lo he consultado y me han dicho que tengo que hacerla igual. Y eso que me hacen una PCR cada semana: más controlado que yo no hay nadie.