Las pruebas diagnósticas realizadas en el Archipiélago han pasado de descubrir un 1,3% de positivos en Covid-19 a finales de julio a hallar casi un 8% la semana pasada. El índice de positividad en Canarias se coloca así por encima del umbral que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece que uno de los requisitos para que la epidemia esté controlada es situar esta tasa por debajo del 5%.

El incremento de pruebas diagnósticas ya no es entonces una excusa que enmascare la situación epidemiológica de las Islas: los casos de coronavirus en el Archipiélago están creciendo y, como en otros lugares de España, los datos apuntan a que Canarias se encuentra afrontando su segunda ola epidémica -mucho más temprana que lo que se estimaba-, pero con una transmisión comunitaria acotada a un único municipio: Las Palmas de Gran Canaria. El repunte de casos ha estado edulcorado debido al mayor número de pruebas diagnósticas de PCR que se ha conseguido realizar en el Archipiélago, en relación a las que podía efectuar a principios de marzo (que no llegaban a 300 diarias) , que hizo pensar que el avance de los contagios estaba motivado por el incremento de la capacidad diagnóstica del Archipieálgo. La realidad es que, hasta el momento, Canarias puede hacer poco más de 3.000 PCR al día -el máximo fue 3.489 el 28 de abril- y ahora el 8% de los sospechosos dan positivo en coronavirus, seis veces más que la semana previa a que se diera un contagio masivo en tres discotecas distintas de la capital grancanaria.

Diferencias

"Cuando esta cifra es baja, nos indica que, a pesar de que estamos buscando con intensidad, no estamos encontrando casos, y eso resulta tranquilizador", explicó el epidemiólogo experto en crisis complejas, Lucas González. Cuando es demasiado alta, como en marzo que alcanzó el 19%, significa que el rastreo es pobre. Un índice como el que tienen hoy las Islas, según González, "nos indica que no estamos solo frente a problemas puntuales, sino frente a una situación de transmisión comunitaria significativa". Amos García Rojas, jefe de la sección de epidemiología de la Dirección de Salud Pública del Gobierno de Canarias, consideró, por su parte que, de momento, la situación "está aparentemente controlada a nivel global". Sin embargo, también el especialista es consciente de que el escenario es muy variable y puede cambiar en cualquier momento. "Ahora los casos los estamos identificando más o menos, sabemos de dónde vienen y a dónde van, pero si esto sigue a más, se nos va a perder y entrará una clara transmisión comunitaria", advirtió García Rojas.

Pero el índice de positividad no es más que un "objetivo" que cada país puede ponerse para tratar de entender en qué situación se encuentra la epidemia y qué medidas tomar. "En Escocia, por ejemplo, trataron de llegar a cifras inferiores al 1% antes de abrir los colegios", explicó González. Asimismo, advierte que se debería también tener en cuenta el "porcentaje de sorpresas", es decir, cuántos de los positivos no están asociados a cadenas de contagios ya conocidas. "Este indicador nos habla de que hay cadenas de contagio con las que no contábamos, y que, por tanto, también debemos investigar", insistió. En Canarias, según los datos proporcionados el pasado miércoles, hay 33 brotes conocidos en los que se encuentran 414 positivos. En ese momento, solo tres de cada diez casos activos se identificaban a través de esta figura de seguimiento.

Más contundencia

A tenor de los datos, ambos epidemiólogos creen que es el momento de "tomar medidas más contundentes", especialmente circunscritas a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, donde ayer había activos 1.288 casos, el 56% de los positivos en cuarentena en toda Canarias. "Hemos planteado que no se autorice ni un acto multitudinario", adelantó García Rojas que afirma que ya se deben ir pensando otras estrategias para implementarlas de manera rápida. Debido a la situación epidemiológica del Archipiélago, en principio, según García Rojas, "el marco de intervenciones no debe ser igual para todas las Islas".