Una de sus enfermeras le avisa. Ha llegado el momento de salir de la UCI porque, tras 158 días, Ángel ha dado negativo en coronavirus. Fuera le esperan sus salvadores. Por fin Cristina, muy nerviosa, llegaba a ver a su padre. La última vez que se vieron fue para despedirse, porque el virus estaba ganando la batalla. Pero hoy Ángel le puede enseñar las cicatrices que le han quedado. Quedan meses de una rehabilitación muy complicada. Aprender a moverse, a comer y aprender a respirar.