Si Canarias diagnostica más de 650 casos en una semana, pierde el rastro a más del 80% de los contagios y, además, ve cómo su curva epidémica no deja de crecer, es el momento de actuar precozmente para evitar que vaya más allá. Un escenario como este podría indicar que el Archipiélago está empezando a perder la batalla contra la expansión del coronavirus entre sus fronteras y que es hora de empezar a tomar medidas más drásticas. Pero estos son solo tres de un total de 15 indicadores que el Ministerio de Sanidad ha puesto a disposición de las comunidades autónomas como guía para controlar la incidencia del Covid-19 en cada territorio. Se trata de una serie de indicios que establecen un umbral a la capacidad de rastreo, la presión asistencial y la difusión del virus para facilitar la toma de decisiones políticas de manera temprana y para interrumpir de raíz las cadenas de contagio, que son más importantes incluso que los casos. Ninguno de ellos es determinante por separado ni porque se cumplan varios al mismo tiempo se deben tomar medidas, pues dependerá del contexto. Sin embargo, esta serie de Indicadores de alerta precoz, como se han denominado, son ahora los que guían las decisiones de Canarias con el fin de actuar antes de que la epidemia se descontrole.

E Los casos acumulados. El Ministerio establece como una de las medidas que, en los últimos siete días, se hayan acumulado más de 30 casos por 100.000 habitantes, lo que en Canarias se traduce en 650 nuevos positivos en una semana. Además, para que se cumpla este punto, la evolución de los contagios debe ser creciente, mayor a un 20% semanal. En esta última semana han aumentado sus casos por encima de este umbral prácticamente todas las islas, a excepción de La Gomera y La Palma. Sin embargo, tan solo en Gran Canaria y Lanzarote el incremento de casos ha superado con creces el 20%, concretamente un 51% en el caso de Gran Canaria y un 92% en el de Lanzarote.

E El paciente cero. Sanidad también establece que, para que la epidemia esté controlada, los rastreadores tienen que conocer dónde o cómo se han contagiado al menos el 20% de los casos que están en rastreo, preferiblemente más. Cuando desciende de ese porcentaje, se ha perdido el rastro a los contagios y se empieza a hablar de transmisión comunitaria en una zona o región. Según el último informe epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) -cuyos últimos datos son del 27 de agosto- Canarias ha perdido el rastro del 20,3% de los diagnosticados.

E Suficientes PCR. La capacidad diagnóstica del Archipiélago es fundamental para saber si se está haciendo un correcto seguimiento de la pandemia. En este sentido, el Ministerio de Sanidad considera que las comunidades deben estar ojo avizor respecto a la cantidad de PCR que pueden hacer diariamente a los casos sospechosos - que no debe estar por debajo del 50%- y la proporción de pruebas que han dado positivo en relación al total. Este último, denominada tasa de positividad, es un índice que permite conocer a la vez el nivel de circulación del virus y la sensibilidad del circuito de diagnóstico. Será correcto cuando se encuentre por debajo del 5%, como estima la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ratifica el Ministerio de Sanidad. En Canarias, en la última semana se ha situado en casi un 10% de media.

E La presión asistencial. Los casos de Covid-19 pueden ser extremadamente complejos. Para tratarlos a nivel asistencial hace falta tiempo, cuidado y, además, cuando se agravan es necesario volcar en ellos muchos más recursos que con otros pacientes. Por eso es fundamental que se tomen medidas drásticas cuando los hospitales han pasado a tener el 30% de sus camas ocupadas por este tipo de pacientes. En general, los ingresados por Covid-19, en las Islas representan ahora el 4,8% del total. No obstante, se aprecian diferencias entre las islas. En Gran Canaria, el porcentaje de pacientes con coronavirus representa el 7,7% en todos los hospitales de las islas, siendo el más afectado el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, donde estos pacientes representan el 13,4% del total. En Tenerife, del total de pacientes ingresados en hospitales públicos y privados, los de Covid-19 representan el 2,3%.

E Atención a las UCIs. El Ministerio también pide prestar especial atención a la tasa de pacientes Covid-19, así como de otras patologías, hospitalizados en camas de agudos y en camas de críticos, para garantizar que haya reserva disponible para responder a un incremento puntual en la transmisión. Actualmente, en todo el Archipiélago, solo el 2,9% de las camas hospitalarias de agudos y el 7,7% de las de unidades de cuidados intensivos con respiradores están ocupadas en toda Canarias. Atendiendo al total de pacientes, el 31% de las camas de agudos y el 57,7% de las camas de críticos están libres para responder a posibles contigencias. No obstante, al ser un territorio fragmentando, en las Islas se debe tener en cuenta cómo es la presión asistencial por territorio. Por ejemplo, el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, que es el que más está sufriendo el avance de esta segunda ola, tiene ocupadas el 10% de sus camas de ingreso en planta y hasta el 24% de sus camas de críticos con respirador con pacientes Covid-19. Pero si se atiende a sus camas libres, se percibe que tan solo tiene hueco para 110 pacientes agudos y 16 críticos que requieran respirador.

E Retrasos para aislar y diagnosticar. Cuánto más se demore la Administración en hallar un caso positivo, más aumenta la posibilidad de que esa persona riegue los contagios por el territorio. De ahí que el Ministerio establezca que, si se tarda más de 48 horas tanto en diagnosticar como en aislar, es una mala señal. Estos indicadores pueden además dar pistas sobre lo saturado que está el sistema de rastreo de la comunidad. En este sentido también hay un indicador que establece que el retraso de la notificación del positivo debe estar por debajo del 30%. Si se demora el diagnóstico de una fuente de contagio, es más probable que se dispare el número de casos en pocos días.

E El estudio de contactos. Para controlar el avance de la Covid-19 es fundamental que los equipos de rastreo realicen estudios de contactos exhaustivos para poder atajar los contagios lo antes posible. Si menos de la mitad de los casos confirmados tienen estudio de contactos asociados, es posible que no se esté controlando bien la epidemia. Asimismo, si el número de contactos en seguimiento por cada contagiado disminuye progresivamente hasta situarse en un 20% menos que los que se seguían cuatro semanas atrás, también habrá que replantear las labores de rastreo. Canarias, hasta mediados de agosto, llegaba a notificar hasta 14 contactos por cada contagiado siendo lo más común 3 contactos por positivo. Dos semanas después, la merma de seguimiento es palpable pues cuenta con uno de los rangos de contactos identificados por caso más bajos del país (de 0 a 3 contactos por caso), y actualmente es incapaz de encontrar un solo contacto asociado al contagio en la mayoría de los contagiados.

E Los sospechosos. En este sentido, es fundamental también contemplar una evaluación sobre cuántos sospechosos se están dando en el Archipiélago para poder determinar cómo crecen o disminuyen. Se debe tener en cuenta en este indicador tanto el porcentaje de casos sospechosos por 100.000 habitantes en los últimos siete días como el número de casos sospechosos que ha hallado Atención Primaria por cada 100.000 habitantes en la última semana.

E Los brotes y su control. Por último, el Ministerio también establece que se realice un control exhaustivo de los brotes que afectan a cada comunidad autónoma, así como dividirlos por el entorno donde aparecen que puede ser en centros sanitarios, sociosanitarios, colectivos vulnerables, familiar, laboral, social, mixtos. Actualmente, la mayor parte de los brotes activos son de índole social, aunque en la última semana más de la mitad de los nuevos brotes se han hallado en el entorno familiar.