En España hay 37.000 menores matriculados en colegios de educación especial y casi 180.000 padecen alguna discapacidad intelectual. Para ellos el inicio del curso parece asegurado pero los padres se quejan de que aún no hay medidas de seguridad suficientes. Aseguran que sus hijos parten de una situación de desventaja porque precisan de profesorado especial y las clases online no les sirven.