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Crisis del coronavirus Educación

Listos para arrimar el hombro

Los profesores se incorporan al curso "más difícil" con preocupación y temor, pero con el talante de "remar todos a una" para sacarlo adelante

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Inicio del curso para los profesores

El nuevo curso académico 2020/2021 arrancó ayer en Canarias con la incorporación de los profesores a sus puestos de trabajo y un sentimiento generalizado de incertidumbre ante un panorama poco alentador derivado de la crisis sanitaria del coronavirus. "Hay muchas dudas y muy pocas respuestas, hay miedo y temor, pero también la voluntad de arrimar el hombro, de cooperar, de sacar entre todos adelante el curso más difícil, probablemente, de nuestras carreras. No sé si es porque venimos descansados de las vacaciones pero la mayoría, por no decir todos, vienen con la ilusión de contribuir a ir solucionando lo que se nos vaya viniendo encima, que no sabemos que va a ser".

Así definía ayer una profesora del IES Los Tarahales el sentir general de sus compañeros en el primer día del nuevo curso. Una percepción que comparten la mayoría de los equipos docentes, aunque también se ha evidenciado una gran disparidad entre centros a la hora de afrontar el reto de convertir el espacio educativo en un lugar seguro en época de pandemia. Mientras unos empezaban el 1 de septiembre desde cero, otros están prácticamente listos para dar la bienvenida a sus alumnos.

Es el caso del colegio público Alcaravaneras, que ha elegido el corazón como símbolo para hacer frente al nuevo curso marcado por la crisis sanitaria. Tienen toda la señalética puesta y han adornado sus paredes con carteles llenos de corazones con mensajes para instruir a los alumnos sobre cómo actuar ante la nueva realidad.

"Ya tenemos elaborado los protocolos, hoy -por ayer-, los hemos consensuado con el profesorado, y entre todos decidimos realizar señalizaciones acordes a las edades de los niños. Hemos puesto en el suelo pies que indican las direcciones hacia donde deben caminar, en cada planta hay un corazón de distinto color, y hemos creado carteles con todas las instrucciones que tienen que tener en el aula y en los espacios comunes, desde el uso de las mascarillas, tirar papeles en la papelera de pedal, lavarse las manos...", indicó Lidia Peñate, directora del CEIP Alcaravaneras.

"Parar"

Cada curso tiene su propio corazón con dos pies dentro y la palabra "parar", elegida como consigna para trabajar la parte emocional del niño y la toma de conciencia ante la realidad de la pandemia por coronavirus. La profesora Peñate señala que cada letra de esta palabra tiene un significado, de forma que la primera p hace referencia a pensar y proteger, la a a la importancia de estar atentos a todas las indicaciones, r de respirar, a de actuar y r ser responsables. "Hemos trabajado duro en la elaboración de los protocolos, viendo los recursos que necesitamos y sobre todo primando la seguridad y la salud con el coordinador Covid del centro. El objetivo es ir con mucha tranquilidad, esperando las nuevas instrucciones".

Una de las acciones realizadas ayer con su equipo docente fue una dinámica de grupo en torno al mensaje de la unión como fortaleza. "La idea es ver como se sienten, qué necesitan... Y en general hay angustia, hay miedo, hay preocupación, pero también hay ganas de remar todos a una. Lo más evidente es la necesidad de tener los recursos que el centro requiere para estar más tranquilos".

Entre las principales demandas figura la bajada de las ratios en infantil y primaria, la dotación de más profesorado, la colocación de mamparas para los docentes, y otros materiales de seguridad.

A diferencia del CEIP Alcaravaneras, hay otros centros que aún no han empezado a acondicionar sus espacios para adecuarlos a las necesidades de protección frente a la pandemia. Como ejemplo, el CEP Gutiérrez de Rubalcava, donde el profesorado tendrá el reto en estas dos semanas, antes de que lleguen los alumnos, de elaborar con sus propias manos las señales e indicaciones y colocarlas.

"Los profesores no lo vemos muy claro, esto va a ser improvisar sobre la marcha. Cuando llegamos al colegio nos hemos encontrado conque no hay nada puesto. En estos 15 días hay que hacer y poner todas las señales. Nos han dividido por comisiones, para comprar el material, hacer carteles, comprar geles, guantes... Vamos a tener mucho trabajo. Hay centros que tienen todo preparado, pero aquí no. Los profesores debemos encargarnos de hacer las flechas, recortarlas y ponerlas con papel adhesivo de forrar los libros en el suelo..., habilitar una zona por si hay un contagio..", indicó María José Godoy.

Este colegio de Primaria ha trabajado en un protocolo que contempla grupos burbuja de 25 alumnos, la llegada escalonada al centro, empezando por los escolares más pequeños, y antes de entrar, en la puerta, se tomará la temperatura a cada estudiante, "si el niño está con décimas de fiebre se lo tienen que llevar para su casa".

Una de las cosas que reclaman es que se defina la gestión de los libros y el material escolar. "Nos preocupa que los niños se lleven los libros y las cosas a casa y lo traigan cada día al colegio, porque es un riesgo de contagio, pero no sabemos como hacerlo", apuntó la profesora Godoy. También les preocupa que las familias no se impliquen en el cumplimiento de las medidas sanitarias, y demandan a la Consejería mamparas de protección para el docente en las aulas.

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