El mundo de la comunicación despidió en la tarde de ayer a uno de los profesionales capaces de contar en imágenes la noticia, con una visión plástica que llegaba a convertir la fotografía de un suceso en una obra de arte.

El pasado lunes falleció en la capital tinerfeña Cristóbal García Fernández, nacido el 2 de abril de 1960 en Santa Cruz de Tenerife, y un amante de La Laguna, donde estableció por último su residencia, desde hace 21 años, con su actual pareja, la periodista Sonia Moreno. En más de tres décadas de ejercicio de la profesión acumuló diferentes premios de concursos de fotografías convocados tantos por el Gobierno de Canarias como por el Cabildo de Tenerife , entre otros galardones.

Cristóbal, como la mayoría de los profesionales del mundo de la comunicación que dedican a contar a los demás las noticias -en su caso, a través del objetivo de la cámara-, es uno de los grandes desconocidos en cuanto a la vida personal, más allá de que por su condición de fotógrafo de la Agencia Efe lo llevara a los grandes acontecimientos para contarlo en imágenes para los medios de comunicación locales, nacionales e internacionales. Desde la muerte del magnate británico de la comunicación Robert Maxwell, el 5 de noviembre de 1991 en aguas canarias, al volcán de El Hierro, inundaciones, partidos de fútbol y baloncesto, o la crisis de los cayucos y la inmigración, en 2008, o su admirada África... Aunque cuando ocurrió el accidente aéreo de Los Rodeos, que les costó la vida a 583 personas el 27 de marzo de 1977, estaba en COU, siempre fue un tema recurrente en las conversaciones con su hermano mayor, Hilario, conocido en su círculo familiar y entre los amigos como Lalo, su compañero de batallas. "No solo se fue Cristóbal sino una parte de mí, de nuestros paseos por la Rambla o cuando acudíamos a los cines Víctor o Greco...".

Lalo admite que sería incapaz de identificar el momento cuando su hermano decidió dedicarse a la fotografía, pero precisa que Cristóbal era un enamorado de la naturaleza y todo lo que veía y le parecía bello sentía necesidad de plasmarlo en imágenes, desde las excursiones que realizaban a las miles de imágenes que sacó con sus primeras cámaras de fotos compactas, en blanco y negro y sin objetivo, con las que inmortalizó a su familia. Precisamente su gran desconsuelo fue la pérdida de este material gráfico que atesoró en una maleta de madera que heredó de su abuelo paterno y que custodiaba como un tesoro en el trastero de su vivienda en la calle J.R. Hamilton , a mitad de camino entre la Rambla de Santa Cruz y Residencial Anaga , y que se la llevó la riada que azotó Tenerife el 31 de marzo de 2002, que él también inmortalizó en imágenes.

Cristóbal García fue el segundo de tres hermanos -Lalo, el primogénito, e Isabel, la benjamina- del matrimonio formado por Hilario García Mendoza e Isabel Fernández Blanco. El padre, trabajador durante 35 años en las unidades de la Refinería de Santa Cruz de Tenerife, como se denominaba a los centros de refinado del petróleo crudo, hasta que con 42 años sufrió una angina de pecho y fue adscrito al departamento de control de personal, donde se jubiló poco después de los sesenta años, falleciendo en 2013. La madre, Isabel Fernández, que después de desempeñar su labor en una correduría de seguros, tras contraer matrimonio y llegar los hijos, se entregó por completo a su familia.

El pequeño Cristóbal era un chiquillo callado, obediente y reservado de pequeño, por más que de mayor se caracterizó como un buen conversador, grandes dosis de humor. Cursó sus primeras letras en el colegio La Salle-Ildefonso, en la avenida de La Salle, a escasos minutos de donde tenía su domicilio familiar, en el número 98 de la avenida de San Sebastián. Al finalizar su formación académica cursó la licenciatura en Biológicas en la Universidad de La Laguna , y convirtió su cámara en un laboratorio para exaltar los valores de la naturaleza. Primero, comenzó a trabajar en Petrogás y, para casi para matar el gusanillo de la fotografía, la mediación de un miembro de la familia materna le abrió las puertas para incorporarse en Gráficas Tenerife; eso antes de que diera el salto a los medios de comunicación; como miembro del equipo fundacional de La Gaceta de Canarias, que publicó su primer número el 14 de noviembre de 1989, junto a Pedro Peris, que compaginó su labor con la corresponsalía de El País, y Juan Correa, y con José Luis González al frente de la sección, etapa en la que realizó sus prácticas María Pisaca. También compaginó esta tarea con la corresponsalía del Diario de Las Palmas, según recuerda el maestro de periodistas Eliseo Izquierdo.

Juan Carlos Carballo, quien fuera corresponsal antes incluso de que la Agencia Efe abriera su delegación en el edificio Hamilton , en Milicias de Garachico, cerca de la Alameda del Duque de Santa Elena, recuerda cuando Cristóbal García se incorporó en el verano de 1989, que sustituyó a Antonio García Rueda, fotógrafo de La Laguna que, además de tener su propio laboratorio, era el corresponsal de Efe en Tenerife. La ampliación del servicio de la agencia precisaba de un fotógrafo disponible las 24 horas, un puesto que parecía a la medida de Cristóbal. La casualidad le tenía reservado este puesto. La periodista Saro Díaz se trasladó de Madrid a Tenerife para incorporarse a la agencia, y una hermana estudiaba Medicina, al igual que una amiga de Hilario, el hermano mayor de Cristóbal. Hacía falta un fotógrafo para la agencia y surgió la pregunta. ¿Quién no conocía en ese círculo la afición de Cristóbal?

"Lo llamamos y rápidamente descubrimos que no sólo era un fotógrafo sino un artista, además de muy buena gente", comenta la propia Saro Díaz, durante treinta años compañera de profesión. "Compañera, amigo y casi familia", precisa, por más que ella sea desde hace once años la delegada de la Agencia Efe en la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

"Cristóbal era buena gente", sentencia, para reconocer que, como trabajador, "era muy reivindicativo y supertolerante, hasta el punto que daba el brazo a torcer siempre que se le expusieran argumentos porque atendía a razones". "Vital, alegre. Todos le conocían y apreciaban, como lo han demostrado no solo los compañeros de la profesión sino cientos de personas", añade Saro desde la agencia donde tantos días compartió de jornada laboral con Cristóbal.

También el que fuera presidente de la Asociación de la Prensa de Tenerife Juan Galarza coincide con Saro Díaz en destacar la preocupación que mostró Cristóbal García por poner en valor al colectivo, desde la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión (ANIGP-TV), lo que supuso un espaldarazo al fotoperiodismo en el tratamiento de la información, como de nuevo se materializó en la conmemoración del 3 de mayo de 2009, en defensa de la libertad de expresión.

Así lo define Juan Galarza: "A su calidad personal, Cristóbal unía una probada destreza como fotoperiodista, capaz de hallar el valor noticiable de cualquier instante de la actualidad, además de un compañerismo inquebrantable en defensa de quienes como él se dedicaban a la aventura diaria del periodismo: entendía la profesión por encima de los intereses personales".

Desde la Asociación de la Prensa Deportiva, otro de sus históricos dirigentes, Agustín Arias: "Día muy triste para el periodismo tinerfeño. Se nos ha ido, con solo 60 años, uno de los destacados del periodismo gráfico, Cristóbal García. Si bien estuvo vinculado a La Gaceta, su trayectoria profesional ha permanecido unida a la Agencia Efe. Su rigurosidad informativa, su seriedad y respeto por cada una de las actividades a las que tenía que fotografiar le hizo merecedor del aprecio popular y del colectivo periodístico. Un ejemplo de su humildad y consideración con todo y todos fue cuando necesitó ser convencido para formar parte de la APDT. Pero si yo no soy deportivo, dijo. Al final se convenció de que sí era uno de los nuestros. Se nos va un excelente profesional y una buena persona".

De su legado fotográfico, Saro Díaz asegura que este compañero de la Agencia Efe aportó "el mejor fotoperiodismo de Canarias". Estuvo incluso trabajando hasta el confinamiento por el Covid-19; de hecho, la fotografía en su estado de whatsapp muestra todavía hoy a Cristóbal García con una de las mascarillas rumbo a inmortalizar la incidencia del virus. Fue precisamente durante esta etapa cuando una fugaz enfermedad le sorprendió y venció al infatigable fotógrafo que, cuando tenía que revelar con líquidos en laboratorio y la tecnología parecía un episodio de ciencia ficción, tenía que salir a prisas rumbo al aeropuerto del Sur para enviar las fotografías en papel, y más de una vez hasta los carretes y que los positivaran en Madrid, para que la Agencia Efe divulgara la imagen de la reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, por ejemplo, a nivel mundial.

El actual presidente de la Asociación de la Prensa de Tenerife, Salvador García, definió a Cristóbal García como un compañero ejemplar, tanto en el ámbito amistoso como profesional, ensalzando su "don para saber estar y cómo actuar en cada momento, en especial donde sabía que había situaciones tensas o conflictivas", afirmación que realiza Salvador García como testigo de excepción de la vida parlamentaria y del Gobierno de Canarias . "Lo caracterizó su discreción y su predisposición a buscar soluciones; cuando faltaba la fotografía y no había fotógrafo, siempre se encargaba y hacía lo imposible". Además, Salvador García reconoce en Cristóbal García "a unos de los pioneros del fotoperiodismo en Canarias también por su capacidad para adaptarse a los tiempos, siendo no solo de los primeros y más rápidos en pasar del revelado tradicional a la transmisión más insólita" de la era digital.

A cuantos compañeros de la profesión se les consultara ayer, la respuesta era la misma después de reconocer que estaban en estado de shock porque desconocían incluso que estaba malo. "No es porque se haya muerto, pero Cristóbal era muy buena persona". Ya lo dijo Ryszard Kapuscinski: "Para ser buen periodista hay que ser buena persona".