Padres, alumnos y profesorado estamos en un sinvivir en este comienzo de curso, que si empezamos que si no, que si presencial, que si telemático. Lo que sí que es cierto es que en algunas comunidades autónomas la incidencia de contagios es tal que hasta ha afectado a un buen grupo de docentes en Madrid que no sabían siquiera haber estado infectados. En Gran Canaria ya tenemos dos centros con algunos de sus profesores aislados por estar contagiados. Al margen de todo esto que era lo previsible, creo que desgraciadamente hemos fracasado en este comienzo de curso diferente. Ya lo he dicho en multitud de ocasiones que hemos perdido mucho tiempo y que ya el curso lo tenemos encima, y además sin las tareas hechas. Tareas como los planes de contingencia contra el Covid 19 que no han sido respaldados y validados por los técnicos de prevención de riesgos laborales, sin recibir formación sanitaria ni docentes ni familias y sobre todo sin poner sobre la mesa un plan de digitalización serio y no parches que al final nos sonrojan porque la brecha digital es terrible.

Estamos ante dos realidades, por un lado tenemos a los centros privados pidiendo por activa y por pasiva el comienzo de las clases, y por otro lado los centros públicos pidiendo más medios, humanos, tecnológicos, sanitarios y de gestión ya que improvisando es difícil empezar. Menos mal que los equipos directivos de los centros y los claustros lo están dando todo y más por sacar la situación adelante en estas circunstancias tan adversas. Los docentes tenemos una sensación de inestabilidad que preocupa mucho, y cuando uno está inseguro suele dudar y al dudar, normalmente, nos solemos equivocar.

Estamos en un momento de tal incertidumbre que la utilización de las tecnologías se hace necesaria e imprescindible para afrontar una enseñanza que, por la pandemia, puede pasar de presencial a virtual de un día para otro. Por ello tenemos que prepararnos para posibles escenarios en los que, el confinamiento total o parcial del alumnado (y resto de la comunidad educativa) se vuelva a producir. Lo que no puede ser es que a día 9 de septiembre recibamos unas ¡instrucciones para el inicio y el desarrollo de la actividad lectiva durante el curso escolar 2020-2021 en las etapas de Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato!. Sí leen bien, a 9 de septiembre, y para decir, entre otras cosas, que "los centros educativos deberán contextualizar los protocolos de actuación publicados por las autoridades competentes para garantizar una adecuada atención educativa al alumnado, una comunicación efectiva con las familias y la necesaria coordinación docente, en cualquiera de estos tres escenarios". Protocolos realizados por docentes, que no somos especialistas en riesgos laborales ni en salud. ¿Cómo quieren que los padres mandemos tranquilamente a nuestros hijos a los centros? ¿Alguien ha revisado estos planes de contingencia?

En estas instrucciones dadas por la Consejería se habla de otro tema que a mi modo de ver es muy serio para tratarlo a la ligera y es el papelón que va a tener el coordinador TIC en los centros este año que, aparte de dar clases, tendrá su tutoría y sus grupos clase, y que además tendrá que cumplir funciones relacionadas, prioritariamente, con el asesoramiento y apoyo al profesorado, para la tutorización del alumnado y de las familias, en lo que se refiere a la enseñanza a distancia, la utilización de entornos virtuales de aprendizaje o las formas y protocolos de comunicación telemática, entre otros aspectos. Pero es que además dice esa misma resolución que "se asesorará a las familias sobre el uso y manejo de dispositivos y herramientas tecnológicas para el acceso a la comunicación y los aprendizajes de sus hijos e hijas. En este sentido, los centros educativos podrán promover otras actividades formativas e informativas específicas dirigidas a las familias y relacionadas con la interacción por las redes de comunicación: uso de correo, blogs, aplicaciones, web...

¡Tela marinera! ¿Ustedes saben el marrón que es eso? A no ser que externalices el plan TIC y sean los padres lo que subvencionen para que alguna empresa externa pueda realizar esa labor ya que como dice la resolución, hay que hacer una especial incidencia en las plataformas y los entornos virtuales que se vayan a utilizar para la enseñanza a distancia y la comunicación telemática con la comunidad educativa, que no nos han facilitado sino que cada centro ha tenido que ir buscándose la vida. tantas normativas, tantos cambios. Tantas órdenes y contraórdenes dan lugar a equivocaciones y hacen que los docentes se sientan poco seguros, eso es muy peligroso porque son los pilares de la educación pública. Como decimos por aquí "para mear y no echar gota" y perdonen la expresión.