- ¿Cuál es la idea que sintetiza esta ponencia?

- La idea central es la frase de Jesús "por sus frutos los conoceréis", es decir, ver hasta qué punto somos capaces de seguir en nuestra institución cumpliendo con el mandato de Jesucristo, analizándolo desde una perspectiva histórica que va desde el siglo XIX hasta el XX.

- ¿En qué detalles cotidianos podemos ejemplificar el cumplimiento de ese mandato?

- El ejemplo se aprecia en cómo, con la crisis generalizada que tenemos hoy, una parte importante de los cristianos ha decidido dedicar parte de su tiempo y sus medios a ayudar a los más necesitados de la sociedad.

- ¿Cómo se lleva a la práctica esa ayuda?

- A través de Cáritas, distintas parroquias e instituciones, hay un inmenso movimiento que aporta solidaridad en el país. Sin embargo, uno se pregunta si puede haber caridad sin justicia, de modo que la reflexión debe llegar también a las instituciones jurídicas, para que haya una mejor organización de la sociedad.

- ¿Cuáles son los factores que han influido en la labor social de la Iglesia en los dos últimos siglos?

- La sociedad, a los cristianos, nos ofrece el reto de la democracia y de las libertades, además del reto de aprender a armonizar esas libertades con la solidaridad y la justicia. Podemos decir que la época contemporánea plantea al creyente la problemática de la justicia social, el reto de la pobreza y la riqueza, la fraternidad en lo que se refiere a la lucha de clases, y la solidaridad.

- ¿Cómo juzga usted la respuesta de los creyentes ante estos retos?

- Hemos respondido al tema de la caridad y del amor y a veces no lo hemos hecho tan bien en cuanto a posicionarnos con la democracia y las libertades que a los cristianos nos ofrece el reto de la democracia. No es suficiente ser generoso, dar dinero y olvidar los aspectos humanos.