La frustración por no poder lograr matricularse en la carrera elegida y, en su caso, tener que optar por otra titulación es cada vez mayor entre el alumnado que aspira a convertirse en universitario, según opina José Carlos Suárez, especialista del Gabinete de Atención Psicopedagógica de la Universidad de Las Palmas.

No todos los estudiantes pueden conseguir plaza en la carrera que desean. "Eso ha sido tradicionalmente así. La generación de los padres de los actuales alumnos lo vivió y es un hecho habitual, lo que no quiere decir que antes y ahora no sea un revés y produzca desencanto".

Sin embargo, a diferencia de las generaciones pasadas, los estudiantes de la actualidad pueden ver incrementado ese grado de frustración, que también se extiende a las familias de los alumnos, fundamentalmente por dos causas, según Suárez.

"Quizá a los estudiantes de ahora les resulte más frustrante porque los jóvenes de esta generación están más informados. Por que tienen más acceso a la información y porque se han ocupado, seguramente, de buscar toda la que les interesa para conocer sus opciones profesionales y cómo conseguirlas".

En ese contexto, los alumnos de esta generación, a juicio del especialista, están inmersos asimismo en un sistema educativo más competitivo. "La sociedad ha cambiado, y esa evolución también ha afectado a la manera de medirse, con expedientes académicos cada vez más brillantes y con notas más elevadas".