- Posiblemente cumpla los objetivos de dar una buena información a los usuarios. La cuestión es extender a toda la población la idea del uso racional del medicamento y sensibilizar a los usuarios de que pueden mejorar su autocuidado.

- Uno de los fundamentos de la nueva Guía es que se está produciendo un aumento de patologías que demandan fármacos para el autocuidado y que estos no pueden ser un producto de consumo. ¿Está de acuerdo?

- El medicamento es un bien de salud, no un producto de consumo. Es el resultado de un largo proceso de investigación y de evaluación por las autoridades sanitarias, y debe utilizarse siempre con el consejo médico o mediante consulta al farmacéutico, muy próximo al ciudadano.

- ¿Qué le parece que se prohíba utilizar la imagen de farmacéuticos, otros profesionales de sanidad o personajes públicos para incitar al consumo por su notoriedad?

- Creo que es una medida acertada. Una cuestión es que un laboratorio promocione un determinado medicamento o un producto sanitario como remedio o solución a dolencias concretas, pero otra muy distinta es que se emplee la notoriedad de ciertos profesionales o personajes famosos para dar una imagen extra de credibilidad. La publicidad siempre debe evitar que se considere al medicamento como un producto de consumo.

- Tampoco se podrá asegurar en el mensaje que no tiene efectos secundarios ni comparar el fármaco con otros. ¿Considera esta medida efectiva?

- Sí y totalmente necesaria. Hay medicamentos que tienen efectos secundarios y que durante el tratamiento implican adoptar precauciones, como protegerse del sol, o que combinados con otros medicamentos pueden interactuar y producir reacciones adversas. Siempre, aunque sea una especialidad farmacéutica publicitaria, esto es, un medicamento sin receta, hay que consultar al profesional sanitario, bien sea al médico o al farmacéutico, hasta que el usuario conozca bien las características del medicamento y cuándo y cómo puede utilizarlo.

- Los farmacéuticos vienen reclamando exclusividad en la venta de fármacos de autocuidado. ¿Qué le parece que proliferen parafarmacias y otros establecimientos en el sector?

- Los fármacos y los productos sanitarios deben estar tutelados por los profesionales del medicamento. Cada paso en la cadena del medicamento está perfectamente controlado, desde que se produce en el laboratorio, su distribución y su dispensación en la oficina de farmacia. La proliferación de la parafarmacia, productos dietéticos y los cosméticos refleja una evolución de la sociedad a pautas de mayor autocuidado e higiene personal, en las que, por su formación, el farmacéutico tiene mucho que aportar.

- ¿Cuál es la situación en la venta al público de medicamentos sin receta?

- La realidad es fiel reflejo de la crisis económica. Ha bajado la dispensación de las especialidades farmacéuticas publicitarias pues, por la crisis, los usuarios piden medicamentos con receta. Esto se ve agravado por el hecho de que hay una gran cantidad de principios activos que tienen duplicidad de dispensación, ya que se pueden obtener por la sanidad pública o directamente sin receta. Lo que produce una distorsión y una sobrecarga del sistema público.