- Trastorno bipolar: el enemigo invisible y Ojos que sí ven. Soy bipolar son los títulos de los dos libros que acaba de presentar en el Club La Provincia. ¿En qué se diferencian y cuáles son sus objetivos?

- El primero es fruto de mi tesis doctoral, está dirigido a profesionales para instruirlos sobre cómo hacer terapia psicológica en grupo, porque hasta ahora para el trastorno bipolar solo había tratamiento farmacológico, medicación. Fruto de mi tesis doctoral ideé un tratamiento psicológico donde conjuntamos varias técnicas de psicoeducación y terapia cognitivo-conductual. El segundo libro lo escribí junto a Aníbal C. Malvar y está dirigido a la sociedad en general, son testimonios de pacientes sobre cómo ven su enfermedad.

- ¿Qué novedades apor- ta al tratamiento de esta patología?

- Una de las partes más novedosas de la técnica es la parte cognitivo-conductual dirigida a proporcionar al paciente una buena calidad de vida, que aprendan a vivir con el trastorno, que todos los días hagan un plan de vida, es decir, que planifiquen actividades para mejorar su vida, además de instruirlos en habilidades sociales, que se relacionen de forma positiva con los demás, que tengan iniciativas, que aprendan a afrontar los problemas de la vida cotidiana (familia, compañeros de trabajo...).

- ¿Cuáles han sido los resultados de esta técnica?

- El programa es grupal y consiste en 20 sesiones durante 6 meses y cada sesión es de hora y media. Participaron 20 pacientes de Gran Canaria y se consiguió que tuvieran muchas menos hospitalizaciones y recaídas, y una mayor satisfacción vital, mejoró su calidad de vida... e incluso repercutió en la salud física, que era mucho mejor que el grupo que no había acudido a terapia psicológica.

- ¿Qué es el trastorno bipolar y cuáles son sus síntomas?

- Es una enfermedad biológica, sucede porque hay una descompensación de las sustancias químicas del cerebro. Entre un 3 y un 5 % de la población está afectada por este trastorno. Son fases de euforia excesiva con fases de depresión y momentos de estabilidad. En las fases de euforia, la persona está más exaltada, irritable, les lleva a creer que pueden volar o incluso tirarse por una ventana; o creer que son Jesucristo, por ejemplo. Esto tiene graves consecuencias porque pueden meterse en proyectos económicos que no pueden afrontar como comprarse el mismo día tres coches del mismo modelo simplemente porque les gusta. Mientras que en la fase depresiva es todo lo contrario, no se levantan de la cama, se abandonan en el autocuidado y dejan de implicarse en las actividades cotidianas.

- ¿Cómo describe el propio paciente el trastorno bipolar?

- Para ellos es un bicho, un terrible animal de compañía que tienen que aprender a domesticar; otros dicen que es un aura, como un calorcito, que es estar en la luna, o también lo relacionan con el miedo a tener hijos.

- ¿Es fácil de diagnosticar?

- El inicio del diagnóstico es complicado, se puede confundir con la esquizofrenia o a veces con trastorno de la personalidad. Para hacer un diagnóstico del trastorno bipolar es importante ver la evolución longitudinal. Hay casos sin diagnosticar. En el libro de entrevistas, los pacientes cuentan que han estado muchos años medicados como si tuvieran esquizofrenia y luego el diagnóstico es de bipolar.

- ¿Cuál es el mensaje del libro Ojos que sí ven...?

- El mensaje para la sociedad es que hay que romper con el estigma de la enfermedad mental y concretamente del trastorno bipolar y que detrás de cada etiqueta siempre hay una gran persona.