Entre colores, tejidos y formas de combinación caprichosa llegó ayer, a Gran Canaria, la IV Pasarela Internacional de Baño Moda Cálida, que, por segundo año consecutivo, se celebró en el Palacio de Congresos Expomeloneras de Maspalomas.

Al son de la música más variada, y en un envolvente ambiente étnico, los 23 diseñadores participantes hicieron desfilar sus propuestas para el próximo verano 2012. La mezcla de diferentes texturas y colores llenó la pasarela de tonos vibrantes y alegres. Como no podía ser de otra manera, los amarillos, naranjas, fucsias y turquesas se convirtieron en los auténticos protagonistas. Sin embargo, la variedad de las colecciones también permitió la presencia de tonos más relajados como el terrestre marrón, el oceánico azul y el selvático verde. Todo ello alternado con los clásicos negro y blanco.

Una edición marcada por las evidentes influencias retro que, partiendo de los años 70, salpicaron gran parte del desfile. Propuestas como el regreso de las braguitas de talle alto y los escotes pronunciados marcaron la silueta femenina como pocas prendas lo consiguen.

Las colecciones mostraron la convivencia del escote triángulo con el modelo baudeau, junto con los de un solo tirante.

Aída Domínguez propuso tejidos combinados con detalles metálicos brillantes en diferentes colores. Calima llamó la atención con su apuesta por el estilo candy girl, con tonos azul y rosa pastel.

Hubo una definitiva presencia de tejidos como la gasa en túnicas y pareos. En los tocados, alguna referencia a la moda francesa con las boinas, así como a la moda africana con turbantes. No faltó el toque oriental con un juego muy elegante de sombrillas de papel. Todo esto demuestra la gran mezcla cultural de esta edición.

Rappido despertó la atención al público con su presentación de un estilo futurista, inspirado en los superhéroes, con capas incorporadas al traje de baño en tejidos brillantes y colores intensos.

Otra de las tendencias más llamativas fue la presentación de elementos dispares en un mismo modelo, luciendo partes superiores e inferiores de diferentes tonalidades, estampados y tramas.

Y hablando de estampados, en una edición con tanto calor del vecino continente, nada mejor que gran abundancia de los estampados étnicos y a rayas. Los animal-print fueron elegidos por Dolores Cortés.

Los motivos florales y los lunares hicieron su aparición por todo lo alto, combinándose con colores sólidos y destacando en gran parte de las colecciones.

Por su parte, los tejidos suaves y transparentes se presentaron entremezclados con telas opacas, consiguiendo el contraste perfecto a la hora de lucir una estética insinuante a la vez que elegante. Una apuesta variada, en la que bikinis y triquinis, de formas diminutas y asimétricas, se complementaron con prendas como los pareos, saris, tops y faldas.

En la moda masculina, Gabriel Croissier apostó por los minishorts ambientados en la cultura británica. Los estampados de cuadros escoceses y las rayas diplomáticas combinaron a la perfección con escudos de la realeza y de instituciones como las universidades de Oxford o Cambridge.