Partículas de cesio137 y yodo131 cien veces superior a los niveles habituales se han detectado estos días en el aire de Tenerife. Son sustancias radiactivas procedentes (en un 99% de posibilidad) de los escapes de la central de Fukushima, en Japón, pero resultan totalmente inofensivas para la salud de la población. Así lo aseguró ayer José Hernández Armas, catedrático de Física Médica de la Universidad de La Laguna y jefe del servicio de Protección Radiológica del Hospital Universitario de Canarias.

Hernández Armas restó importancia a esta detección y aseguró que ya el pasado martes se midieron niveles más bajos que el viernes anterior, fecha en la que los isótopos radiactivos dieron su pico más elevado. El catedrático de la ULL quiso explicar con un ejemplo más común lo inocuo de estas sustancias. "Generalmente nadie se preocupa de la calima que afecta en ocasiones al Archipiélago y que contiene diez veces más sustancias radiactivas que cuando no se produce este fenómeno meteorológico", apuntó.

El laboratorio que ha medido estas semanas estos niveles anormales de cesio y yodo en el aire está situado en la Facultad de Medicina de la ULL y es uno de los cuatro que funcionan en todo el territorio español y que forman parte de la Red Espaciada de Laboratorios asociados al Consejo de Seguridad Nuclear. En ese laboratorio se analizan sustancias transportadas por aerosoles, según explicó este experto, quien añadió que a esas partículas se han adosado en esta ocasión cantidades minúsculas de cesio y yodo, que son movidas por el viento.

Para analizar estas sustancias se utilizan detectores de germanio, medidores muy sensibles que reciben aire de diversos equipos de aspiración . Posteriormente se pasa a una especie de caja de hierro de 1.500 kilos para que nada pueda alterar las sustancias. Es el detector de germanio, una de cuyas partes está sumergida en hidrógeno líquido a 170 grados bajo cero, el que determina si aparecen en ese aire isótopos radiactivos.