Vecinos del hombre y la mujer que resultaron heridos muy graves en la madrugada de ayer tras la explosión en un piso de la zona de La Cuesta, en el municipio de La Laguna (Tenerife), manifestaron que escucharon al varón gritar a la víctima que la iba a matar y a descuartizarla, así como que iba a quemar todo el edificio. Ella se encuentra en estado muy grave en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) con quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo, según explicaron fuentes oficiales. Investigadores de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de La Laguna tomaron declaración a residentes en el bloque de viviendas donde se produjo el suceso, con el objetivo de conocer el contexto en el que se produjo el hecho y establecer las primeras hipótesis de trabajo.

Además, dichos profesionales cuentan con el testimonio de sus propios compañeros de las patrullas y un mando de la Policía Local de La Laguna que acudieron al domicilio de la urbanización Princesa Yballa (junto a la Carretera Cuesta-Taco) y entraron al mismo cuando los lesionados no habían sido llevados todavía a los centros hospitalarios. Estos agentes afirman que, antes de ser evacuada, la mujer de 50 años les aseguró que el autor de la explosión había sido el otro herido, un hombre de 35 años, que fue identificado como Abraham.

Este vecino atribuyó el suceso a un “accidente”. Sin embargo, según algunas fuentes consultadas, los integrantes de la UFAM de La Laguna no otorgan una excesiva credibilidad a tal versión, a la espera de los resultados de la inspección ocular de la Brigada de Policía Científica y posteriores análisis. En la casa donde ocurrieron los hechos, los cuerpos de seguridad hallaron, al menos, dos depósitos de gasolina que estaban vacíos.

Según una de las fuentes consultadas, la mujer y el herido, ambos de gravedad, convivían desde hacía, al menos, una semana en el hogar donde ocurrió el suceso. De confirmarse esta hipótesis, los investigadores de la Policía Nacional podrían realizar las diligencias como un episodio de violencia de género. Sin embargo, otras fuentes señalan que todavía no está claro que ambas personas mantuvieran una relación sentimental, por lo que piden prudencia en el asunto. En cualquier caso, la Delegación del Gobierno en Canarias no tiene constancia de que la mujer hubiese denunciado al varón por agresiones físicas o psicológicas.

Los residentes en el bloque donde ocurrió la explosión relataron ayer que, en los días previos, habían escuchado discusiones y peleas varias veces. Y lo mismo ocurrió en los minutos anteriores a escuchar la detonación.

Vecinos del entorno del bloque 9 de la urbanización Princesa Yballa llamaron a la sala operativa del 1-1-2 a las 3.47 horas por una fuerte explosión y solicitaron la presencia de personal sanitario, ya que había una mujer y un hombre que necesitaban asistencia urgente. Desde el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) del Gobierno canario se envió a la calle Santa Catalina de Siena a dos ambulancias medicalizadas y una de soporte vital básico del Servicio de Urgencias Canario (SUC), así como a bomberos del Consorcio de Tenerife del parque de San Benito, policías locales y agentes de la Policía Nacional.

Según las primeras estimaciones, la mujer tenía quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo, mientras que el varón sufrió similares lesiones en más de la mitad de su piel, según informó ayer Haridian del Pino.

Ella fue trasladada en una ambulancia medicalizada hasta el área de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC), mientras que a él lo llevaron al Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria (Hunsc), donde permanece custodiado por agentes de la Policía Nacional.

Los bomberos aseguraron la vivienda afectada y procedieron a su ventilación. Y miembros de la Policía Local colaboraron con el resto de recursos para que la intervención se efectuara en las mejores condiciones. Los datos sobre este homicidio han sido remitidos al Juzgado de Instrucción de Guardia en La Laguna.

Sobresalto en Princesa Yballa

Una joven se asoma por una ventana, mira a la calle y se sorprende. “¿Qué pasó?”, pregunta. Se acaba de levantar y la primera imagen es la de un grupo de periodistas y cámaras de televisión bajo su casa. A unos metros, dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) custodian la entrada del Bloque 9 de Princesa Yballa. Esta zona de La Cuesta y sus alrededores despertaron ayer con ese sobresalto que dejan en el vecindario los sucesos graves.

“Mi hija me dijo algo esta mañana; la gente no habla hoy de otra cosa”, expresaba al preguntársele por lo sucedido una vecina en la calle San Ignacio de Loyola, la paralela a Santa Catalina de Siena, donde se produjeron los hechos. Princesa Yballa es un ejemplo claro de barrio humilde. A media mañana, en sus pequeños comercios y en la rambla central, lugar de entretenimiento de muchos vecinos de edad avanzada, todas las conversaciones pasaban por el mismo sitio. “A mí me pareció escuchar algo de madrugada, pero enseguida me quedó otra vez dormido”, apuntó otro residente. “Sabemos que no estaba muy bien, pero, si no hacen nada las autoridades, ¿qué vamos a hacer los vecinos?”, se preguntó Fátima. “Yo no lo conocía mucho; dicen que era un poco problemático”, mantuvo un hombre que pidió anonimato.