La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista | Juan Herreros

Juan Herreros: “En España falta una política de integración de la vivienda social en la ciudad de todos”

"La pandemia y sus consecuencias se están viviendo de una forma un tanto rupturista en relación con la arquitectura", asegura el arquitecto, autor del nuevo museo Munch, en Oslo

“En España falta una política de integración de la vivienda social en la ciudad de todos”

Es imposible nombrar los proyectos más significativos de este madrileño de San Lorenzo del Escorial. Quizás el último, la construcción del museo Munch y su entorno en Oslo, una obra que se inaugurará en noviembre. Es el fundador de Estudio Herreros, que cuenta con gran prestigio internacional. Fue el ganador en la categoría de Arquitectura en los premios FAD 2020, que concede la asociación ArquinFAD del Fomento de las Artes y del Diseño.

La pandemia de la Covid-19 ha cambiado, en parte, nuestra manera de relacionarnos y vivir. Teletrabajo, más tiempo en casa… ¿Cuáles son los nuevos retos de la arquitectura?

La pandemia y sus consecuencias se están viviendo de una forma un tanto rupturista en relación con la arquitectura, como si la experiencia acumulada fuera inservible. Mi posición es que tenemos bastante aprendido, también de las cosas que la arquitectura ha propuesto y no han sido consideradas. A mí me interesa más la idea de evolución que la de ruptura.

Usted siempre dice que prefiere corregir en vez de demoler y empezar de cero. 

Tenemos nuestras ciudades, edificios, viviendas y es muchísimo más importante, útil, sostenible y beneficioso trabajar sobre lo que tenemos que dejarlo atrás y plantearse una serie de novedades condenando a la obsolescencia los lugares en los que ahora viven miles y miles de personas. Soy más partidario de corregir, cuidar y transformar lo que existe, sí.

En los edificios vive mucha gente, pero ¿considera que somos una sociedad colectiva?

Está la escala de la vivienda y la escala del edificio colectivo. Es el gran tema del futuro inmediato. La idea de comunidad no se ha desarrollado obteniendo el poder y el valor que eso tiene. Llevamos tiempo compartiendo edificios sin obtener más beneficios que repartir unos gastos de mantenimiento. No hay una terraza verde, una huerta, un espacio para que los más pequeños puedan hacer deberes… Este modelo de edificios ahora será demandado.

"Hay que transformar nuestras viviendas para que puedan ser íntimas y colectivas a la vez, que tengan una buena relación con el aire exterior, terrazas, luz natural…"

decoration

¿Cómo cambiarán las viviendas? 

Tenemos un reto: la simultaneidad de los horarios puede perturbar la idea de la intimidad, y hay que transformar nuestras viviendas para que puedan ser íntimas y colectivas a la vez, que tengan una buena relación con el aire exterior, terrazas, luz natural… No creo que sea difícil, pero se necesitan normativas nuevas y voluntades del mercado inmobiliario para adaptarse a esta nueva modalidad. El camino más lógico que hay para transformar lo existente son los incentivos. Alguien tiene que realizar un trabajo que cuesta un dinero y las comunidades o propietarios tienen que tener medios para afrontarlo. La generación de algún tipo de plusvalía podría cubrirlo. Hace falta voluntad y acuerdos entre los agentes intervinientes.

¿Tiene sentido modificar barrios populares si después aumenta su valor y la gente corriente no puede pagarlo, siendo así “expulsada” del lugar?

La arquitectura tiene propuestas y soluciones para mejorar y transformar los barrios existentes, pero son las administraciones las que tienen que establecer las normas que evitan la gentrificación. Finlandia, Francia, Holanda...son muchos los países en los que la vivienda pública está mezclada con la vivienda de mercado. Nosotros hemos hecho proyectos en Francia en los que en el mismo edificio vive gente con diferentes niveles de poder adquisitivo. Aquí [en España] falta una política de integración de la vivienda social en la ciudad de todos. Las viviendas sociales que se construyen en España son de muy buena calidad, pero se localizan en zonas más secundarias, en donde la comunicación no es tan buena.

¿Es una obligación de la arquitectura mirar al futuro?

Hay dos partes. Por un lado, están los asuntos que se tienen que resolver, que pertenecen al día a día y que exigen que el arquitecto entienda las condiciones específicas del encargo, eso forma parte del oficio. Pero también tiene que utilizar proyectos como un mecanismo de pensamiento, la arquitectura se desarrolla construyendo, no escribiendo. Cada vez que se construye se da un pequeño paso.

250.000 personas se han quedado sin casa en Beirut por la explosión del 4 de agosto. ¿Cómo se afronta una reconstrucción de esta magnitud?

Son circunstancias trágicas que pueden convertirse en grandes oportunidades, o convertirse en objeto de una gran comercialización de los espacios, como pasó en el barrio de Chiado, de Lisboa, cuando se incendió. Lo más importante es tener un modelo de ciudad.

La arquitectura tiene una parte funcional, técnica. ¿Dónde queda la parte artística? 

La arquitectura es una actividad técnica pero también es creativa, tiene contenido crítico. Puede poner en duda cosas que hemos repetido insistentemente pero que ya no funcionan, no obstante, las inercias provocan que las viviendas cambien muy lentamente y e impiden los cambios drásticos. Quizá el momento que vivimos exige cambios más radicales. A la arquitectura se la culpa de muchas cosas, pero nosotros no podemos controlar los usos a los que se dedican los edificios, por ejemplo.

En su estudio siempre cuenta con gente joven, y los arquitectos menos experimentados han tenido muchos problemas para encontrar trabajo.

El estudio es un lugar de aprendizaje, entrenamiento. Supongo que mi trayectoria académica como profesor me empujó a contar con los jóvenes. Pero también es porque ha habido momentos en los que me ha parecido excesivamente dramática la situación de los arquitectos jóvenes, y no solo durante la crisis de 2008. La arquitectura es una actividad muy jerarquizada y es muy difícil obtener confianza con tus clientes cuando eres joven. Y hay una tendencia incongruente a confiar en estudios extranjeros para grandes proyectos, algo que pasa en todo el mundo pero no en la proporción que pasa en España.

"En la transformación de la ciudad hacen falta verdaderas voluntades políticas y colaboración entre los arquitectos"

decoration

¿Cuál es el destino de las ciudades?

En la transformación de la ciudad hacen falta verdaderas voluntades políticas y colaboración entre los arquitectos. Sabemos que el 70% del espacio público de la ciudad no ocupado por los edificios, está ocupado por los coches. De ese 70 por ciento, una tercera parte son coches aparcados. La simple idea de reducir los coches ya habla de una conquista para los ciudadanos. En el modelo actual nos iba bien porque existían los parques, los pulmones verdes. Pero nos hemos dado cuenta de que quizás no se trata de hacer más parques, sino de que la ciudad sea, en su totalidad, más parque. Esa es la gran conquista.

Compartir el artículo

stats