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Pablo Messiez: “Es mejor construir obras de lo que no entendemos”

El director de teatro vuelve a dirigir ‘Las canciones’ | La música tiene una cosa que toca algo dentro de nosotros muy misterioso, admite

Pablo Messiez: “Es mejor construir obras de lo que no entendemos”

Pablo Messiez (Buenos Aires, 1974) es uno de los nombres propios de la dramaturgia en España en estos momentos. El director de teatro trabaja ahora con la obra Las canciones. La apuesta tiene su eje central en la “acción de escuchar música” como “un poder para transformarnos el cuerpo y el ánimo y el efecto que tienen las canciones en nosotros”, explica.

“Me interesaba, cuando empezamos a ensayar, trabajar una obra en donde el foco de atención no estuviera puesto solamente en lo visual, y aquí me interesaba una obra en lo que todo lo que suena adquiría mayor importancia y donde uno realmente pudiera compartir con todo el público y los actores la acción de escuchar, que pasa a ser por momentos lo más importante. De hecho, en algún momento de la obra se le invita a la gente a cerrar los ojos” relata.

Pablo Messiez, que en su anterior obra, Los días felices, también sitúa la música en el foco principal, tenía ganas de experimentar con la melodía porque, según él, “en un concierto se mueve un fervor y una energía alucinante, cómo la gente termina transformada y te altera el ritmo cardíaco y te puede llegar a emocionar aunque no haya ninguna letra”.

“Siempre el mundo de la música me ha generado mucho interés y casi un poco de envidia también. Empecé como actor, y envidiaba de los músicos la disciplina que tienen en el entrenamiento. Y a veces en el teatro me parecía que no éramos tan rigurosos con la formación y el ejercicio. La música toca algo en nosotros que es muy misterioso y muy difícil de explicar y que nos iguala. Nos hace reconocernos como especie. Desde la primera obra que hice en España, Muda, ya incluí temas musicales que me gustaba dejarlos que sonaran completos”, sostiene Messiez, quien admite estar ensayando y “buscando alternativas”, modificando algunos aspectos de la obra, ya que “los actores ya no bajarán a la platea, esto lo hará distinto y gran parte de la potencia de ese momento tenía que ver con estar cerca, y ahora eso no va a suceder.”

Una de las cosas que hace el teatro es permitir que gente que no se conoce haga algo a la vez

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Preguntado por la situación actual, el director argentino le da “mucha pena” porque siente que el teatro queda ahora “como ver una tele con interferencias”. “En el intermedio de la función Las canciones hay un tema de Nina Simone que dice: ‘Nadie nos ha enseñado a ser pacientes’. Y creo que ahora nos toca ejercitar la paciencia”. Igualmente, el dramaturgo bonaerense ya piensa en el momento en el que ya no haya el virus.

“Esta situación nos va a hacer recordar de que el teatro va, justamente, de estar juntos. Lo que es ahora peligroso. Cuando deje de ser peligroso creo que vendrá, y es un clásico, una época de mucha sensualidad y mucho contacto por haber vivido toda esa prohibición. El teatro va a ser el ritual del encuentro. Lo que hace el teatro, y es una de las cosas para mí más poéticas, es permitir que mucha gente que no se conoce haga algo a la vez. Conseguir como una unidad entre diferentes. Y eso creo que no pasa en otros muchos sitios”, describe el director nacido en Buenos Aires.

‘Nadie nos enseñó a ser pacientes’, canta Nina Simone, y ahora toca ejercitar la paciencia

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Messiez, además, afirma que la experimentación con la música tiene aún mucho margen en el teatro: “Hay mucho por hacer y por investigar. Cuando hablamos de musicales pensamos en los de Broadway y el tipo de codificación del musical que es un modo de entender la música, pero creo que hay mucho más. La música está en el origen del teatro y debería seguir estando. Incluso aunque no haya música, deberíamos cuidar en cada obra el ritmo, el sonido, la entonación. Cuestiones formales que a veces, con esta especie de dictadura del realismo, se deja como muy relegada la posibilidad expresiva del sonido”.

Teatro y presente

Por otro lado, el dramaturgo hace hincapié en declarar que “la materia del teatro es el presente”. “El teatro es un espacio donde no se trata tanto de la novedad. Lo más interesante del teatro es lo inexplicable. Hay quien dice que no existe, es como el gran misterio. Un lugar donde no está resuelto. El presente no está resuelto. La actualidad sí, la actualidad son noticias que uno ya entendió. Creo que es mejor construir obras sobre lo que no entendemos”, reconoce Messiez. Además, el bonaerense expone que “el deseo es una patria”, cuando se refiere a uno de sus maestros, Juan Carlos Gené. Ambos comparten el concepto de “patria del teatro”, que es el efecto de sentir más cercanía a alguien que hace este arte en Suecia que al compatriota de al lado.

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