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CRISIS DEL CORONAVIRUS

La primera línea de defensa del sistema inmune ‘libra’ a los niños de la Covid-19

La inmunidad innata ayuda a contener el avance del virus por su rápida respuesta

Una niña entra en su colegio de Tenerife.

La inmunidad no aprendida, aquella que se adquiere al nacer, o en otras palabras, la respuesta inmune innata, es la que está librando a los niños y a los jóvenes de padecer la Covid-19 en su forma más grave. La primera línea de defensa del sistema inmunitario es la que está ayudando a estos y a otras personas asintomáticas a contener el avance del virus, dado que es la responsable de soltar a las células macrófagas, las que realmente tienen un papel protagonista a la hora de acabar con el virus.

Pero no todo el mundo cuenta con ese tipo de inmunidad. Y es la razón principal por la que este coronavirus es capaz de traspasar las primera línea de defensa y llegar directamente a las trincheras, arrasando a su paso y enloqueciendo a las células inmunes que empiezan a dispararse las unas a las otras. En ocasiones simplemente se debe a que las tropas están más cansadas, han entrenado poco y pasan de alto la infección hasta que ya es demasiado tarde, como sucede con las personas más mayores. En otras, a pesar de tener unos soldados jóvenes, fuertes y vigorosos, se les ha olvidado darles la instrucción de ataque, con lo que se quedan rezagados y para cuando se dan cuenta de la situación, ya no hay vuelta atrás. Es lo que ocurre cuando la respuesta inmune tiene un defecto genético en las moléculas TLR (Toll-like receptors) que son las encargadas de reconocer patógenos.

Pero que el SARS-CoV-2 apenas afecte a los más pequeños tiene que ver también con el entrenamiento exhaustivo al que están sometidas sus defensas. “El programa de vacunación en los niños funciona como un gimnasio para el sistema inmune”, explica la médico inmunóloga Yvelise Barrios, del Hospital Universitario de Canarias (HUC). La experta asegura que esta actividad frenética durante las etapas más tempranas de la vida es lo que permite a su organismo estar más preparado para responder a un patógeno como el SARS-CoV-2. “Además, los más pequeños están continuamente expuestos a distintos coronavirus, con lo que se cree que se puede generar un tipo de inmunidad cruzada”, insiste la experta.

En un encuentro digital para explicar la relación entre el sistema inmune y los distintos comportamientos de la enfermedad en cuanto a su desarrollo, la experta apuntó que “se han publicado algunos casos de pacientes jóvenes con enfermedad grave e incluso mortal donde se ha podido demostrar que alguno de los factores implicados en esta respuesta está genéticamente alterado, y por tanto, ha dejado indefensos a estos individuos frente a esta agresión”. Para la médico, es necesario trasladar, especialmente a los más jóvenes, este tipo de ejemplos, dado que “puedes tener la mutación y no saberlo porque no ha influido nunca en tu vida”.

La necesidad de que la respuesta inmune se produzca rápidamente tiene que ver con la propia progresión de la enfermedad, que se divide en dos estadios. En el primero, el virus empieza a replicarse y es necesario utilizar antivirales para tratar de mitigar el efecto. Lo peligroso sucede después, cuando el virus se expande por el organismo porque es entonces cuando la agresión que produce hiperestimula la respuesta inmunológica, en un efecto denominado tormenta de citoquinas, provocando las lesiones más importantes. “En esa fase utilizamos tratamientos para inmunosuprimir y lo más utilizado son corticoides”, afirmó e insistió en la importancia de suministrarlo en el momento adecuado, dado que, puede generar el efecto contrario si se prescribe antes de que se produzca la tormenta de citoquinas.

Respecto a la inmunidad generada por la Covid-19, la experta recordó que, aunque descienda progresivamente el nivel de anticuerpos en una persona que ha atravesado la enfermedad, hay cada vez más evidencias de que la respuesta inmunológica se quede alojada en las células T. Esto significa que, aunque sus niveles en sangre sean bajos, el organismo “recordará” al patógeno si vuelve a contagiarse. “Eso es justamente lo que buscamos a través de las vacunas, que se genere una inmunidad celular”, concluyó la experta.

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