La Asociación Murciana de Esclerosis Múltiple busca financiación para adquirir el que sería el primer exoesqueleto en la Región, una herramienta terapéutica que ronda los 140.000 euros y que permite la marcha en usuarios con parálisis parcial o total de los miembros inferiores.

Manuel Jacobo Peñas, vecino del municipio de Beniel de 54 años, fue este jueves uno de los primeros en probar el exoesqueleto en las instalaciones de la Asociación Murciana de Esclerosis Múltiple.

Este paciente murciano fue diagnosticado de la enfermedad hace tres años y medio, después de ser operado de una hernia de espalda y comprobar que los dolores que sufría y la paralización de una de sus piernas no mejoraban y no tenían ese origen. «Tras la operación comenzaron a hacerle pruebas y después de varios meses le diagnosticaron la esclerosis múltiple», explica su mujer, Ana María Sánchez, quien ha tenido que dejar de trabajar para poder atender a su marido.

Ambos salieron de la prueba del exoesqueleto sin dar crédito a lo que acababan de vivir. «Cuando me he visto andando no me lo podía creer, me he emocionado porque no creía que pudiera hacerlo, lo veía como algo imposible», afirma este murciano, quien reconoce que «al principio ha sido difícil, estaba muy nervioso al dar los primeros pasos, pero después me he soltado poco a poco».

Para él ha sido toda una experiencia y una inyección de energía, ya que ha visto que hay esperanza en poder recuperar la movilidad de la pierna derecha, que es la que tiene más afectada y la que le tiene en una silla de ruedas desde hace un año.

Ana María reconoce que Manuel se encontraba muy nervioso antes de probar esta nueva herramienta para la rehabilitación, «pero ha sido muy emocionante, también para mí que llevaba sin verlo andar tanto tiempo. No me lo creía».

Ellos se presentaron voluntarios cuando supieron que la asociación estaba preparando estas jornadas sobre Salud y Robótica en las que se iba a probar el exoesqueleto y tras la experiencia consideran que «sería muy importante contar con él para las sesiones de rehabilitación», por lo que lanzan un mensaje para pedir la ayuda y la financiación que se necesita.

Manuel Jacobo tiene más de 50 lesiones entre el cerebro y la médula, según explica su mujer, y actualmente se encuentra en la fase secundaria progresiva de la enfermedad. A sus 54 años ha perdido la movilidad de una de las piernas, la derecha, y ahora está empezando a tener problemas también en el brazo y la mano derechos, ya que es ese lado del cuerpo el que tiene más afectado, lo que le tiene en silla de ruedas desde hace un año.

Cuando comenzó con los problemas en la pierna tuvo que dejar su trabajo en un almacén de cítricos a la espera de la operación de la hernia, pero ya no ha podido regresar. «Ha sido muy duro porque volvió un día de trabajar y nunca más ha podido reincorporarse. El cambio ha sido muy grande», afirma Ana María, quien insiste en que «una enfermedad como la esclerosis múltiple te cambia la vida, las rutinas y la economía».

Ella también ha tenido que dejar de trabajar para atenderlo después de que Manuel tuviera varias caídas en casa, por lo que viven con la pensión que él tiene y la ayuda de la dependencia, «en la que tampoco ha llegado al máximo». Y cuentan con la ayuda de sus hijas de 24 y 29 años, que ya no viven en casa, y que acuden cuando las necesitan.

Ambos reconocen la importancia del trabajo que hacen desde la asociación, a la que acuden una vez a la semana a sesiones de fisioterapia, neuropsicología y terapia ocupacional y con la que evitan que la enfermedad avance a una mayor velocidad.