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La pandemia reduce un 30% la movilidad de los estudiantes con becas Erasmus

La cifra de alumnos de la ULPGC que se desplazan a otras universidades se ha visto más afectada que la de jóvenes europeos que eligen Gran Canaria para formarse

Acto de bienvenida de los estudiantes Erasmus de la ULPGC para el curso 2018/2019 LP/DLP

La crisis sanitaria desatada por la Covid-19 no ha podido con el espíritu aventurero de muchos estudiantes universitarios que deseaban participar en el programa Erasmus. Si bien, este año el número de alumnos que participan en el intercambio se ha visto reducido. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) estima que la movilidad de estudiantes ha disminutido un 30%, algo más en el caso de los alumnos canarios que se desplazan a otros países que en el de los jóvenes europeos que eligen Gran Canaria para cursar su formación.

“En el primer semestre recibiremos a 654 alumnos extranjeros”, detalla Richard Clouet, vicerrectorado de Internacionalización y Cooperación de la ULPGC. Quien destaca que esto supone un reto, pero también es motivo de orgullo porque “significa que tenemos un destino que sigue siendo atractivo y, sobre todo, que en estos momentos tan difíciles se percibe como seguro”. En cursos anteriores, el número de alumnos europeos que han venido a la universidad grancanaria estaba sobre los 850, aunque en algún año se ha llegado al millar.

En el caso de los alumnos canarios que se trasladan a otras universidades europeas, la cifra es menor. En el primer semestre, 353 estudiantes de la ULPGC participarán en el programa de intercambio. En los cursos anteriores, se iban unos 800 a lo largo de un año lectivo.

El vicerrector reconoce que ha sido un curso intenso porque no solo han tenido que gestionar la movilidad de los alumnos entrantes y salientes, sino que también se han visto obligados a tramitar las renuncias. “La atención a los alumnos ha sido enorme, desde que se inició la pandemia hemos estado en contacto con ellos”, señala Clouet y apunta que han sido muy flexibles y la atención ha sido prácticamente personalizada. “Por lo que nos han dicho los alumnos, se han sentido arropados por la ULPGC”, destaca orgulloso el responsable del programa Erasmus.

Según la ULPGC, en el primer cuatrimestre recibirán a 654 estudiantes extranjeros, mientras que 353 matriculados aquí se irán a otros países europeos.

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Este curso será muy intenso puesto que tienen que acentuar el acompañamiento individualizado y conocer en qué condiciones se va cada estudiante, para ofrecerles alternativas y que puedan decidir si prefieren cancelar o posponer el intercambio. En este sentido, la Universidad prevé que durante el segundo cuatrimestre del curso mejore el número de alumnos Erasmus, ya que muchos han aplazado la beca con la confianza de que la situación mejore.

Ese no fue el caso de Daniel Delgado quien, con 20 años decidió ir a Saarbrücken (Alemania) para formarse en la Universität des Saarlandes. Este joven estudiante de tercero de Traducción e Interpretación de la ULPGC es consciente de que vivirá una experiencia Erasmus a medio gas, pero no pierde la ilusión por conocer a jóvenes de otros países y, sobre todo, por perfeccionar sus conocimientos de alemán.

“El curso tendría que haber empezado en octubre, pero se retrasó hasta el 2 de noviembre”, apunta Delgado, quien asegura que durante este mes ha realizado un curso intensivo de alemán que ofertaba la universidad, aunque ha sido en formato telemático.

La “única pega” que Delgado ve en hacer este año el intercambio es no poder ir todos los días a clase. “Se espera que el primer semestre sea semihíbrido y será parte on-line y parte presencial”, detalla el estudiante de Traducción e Interpretación. Asimismo, destaca que la asociación de estudiantes internacionales de la universidad ha notado un descenso en el número de alumnos que han recibido, porque en los eventos que organizan semanalmente solían participar más de un centenar de jóvenes y están acudiendo menos de 50. “Tengo la esperanza de que esto mejore, se puedan hacer más actividades y pueda conocer a los compañeros alemanes para dejar de hablar español aquí”, admite Delgado.

En cuanto a las medidas de prevención, el estudiante canario destaca que “las clases tienen un cupo súper reducido, la universidad va a repartir mascarillas y el comedor está acondicionado”. Además, en todos los establecimientos de hostelería “obligan a rellenar un documento con el nombre, contacto y la hora de visita, para facilitar la localización de los contactos ante un posible brote”, concluye Delgado.

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