Reducción del número de alumnos por aula, mesas de pupitre separadas para asegurar la distancia, imposibilidad de moverse con total libertad durante la hora de recreo, profesores con una mayor responsabilidad para evitar el contacto entre niños... El escenario escolar no es lo único que se ha visto modificado por la crisis sanitaria, el coronavirus ahora también es un nuevo caldo de cultivo para el acoso escolar.

El último estudio sobre el acoso escolar presentado por la Fundación ANAR y Mutua Madrileña ha abordado esta nueva forma de intimidación derivada de la situación epidemiológica provocada por el coronavirus. Según sus responsables, durante este curso académico se prevé una disminución de la violencia física debido a que los espacios están más controlados y supervisados por los profesores, pero esto podría provocar un posible aumento de la violencia psicológica basada en la burla, el rechazo o la estigmatización de los niños y niñas más inseguros.

Cuando un alumno vuelve de una cuarentena porque ha sido positivo por covid o ha tenido contacto estrecho con la enfermedad se está encontrando con burlas, aislamiento e indefensión. Los profesores observan indicios que les llevan a pensar que podría ser un nuevo pretexto para que los niños se acosen entre ellos.

Patricia, profesora de Primaria en un colegio de Elche afirma que esta situación se está dando. Cuenta que «un alumno de sexto de Primaria volvió tras dos semanas de cuarentena y pudimos ver cómo sus compañeros de clase ya no contaban con él de la misma forma, lo dejaron un poco de lado». Asimismo, esta profesora afirma que ahora más que nunca hay que volcarse con los alumnos y utilizar la pedagogía para que ellos mismos entiendan que nadie es culpable por contagiarse.

«Muchos alumnos vienen diciéndome, inocentemente, que no quieren acercarse al que ha pasado la cuarentena por si se contagian, a lo que yo les hago entender que siendo responsables y teniendo cuidado no hace falta alejarse de nadie», señala.

En otros casos, se han visto acciones por parte de los alumnos más preocupantes, ya que no utilizan el distanciamiento, sino la burla. «La pasada semana presencié cómo un alumno mío llamó a otro "el infectado". Como profesora actué inmediatamente porque preocupa que un niño de 10 años señale de esta forma a su propio compañero», señala. Por otro lado, la docente afirma que «desde el propio colegio estamos preocupados por estos comportamientos, porque da igual lo que nosotros hagamos en clase, si luego en casa los padres no actúan correctamente».

La vuelta al cole tras una cuarentena está suponiendo para los alumnos un reto personal, ya que ven como en sus clases se da de lado al que está pasando por esto y se encuentran sin querer volver a clase, bien por miedo, o por vergüenza. Es algo que cuenta Sandra, profesora en una academia de inglés, donde la ida y venida de alumnos se está viendo más agravada durante este mes debido al aumento de positivos por covid. «A mí me ha llegado a llamar una madre diciéndome que su hijo no quería volver a la academia porque tenía miedo de contagiar y de que le echaran la culpa sus compañeros. Esto es algo en lo que hay que trabajar con los alumnos, pero también con los padres».

Asimismo, Sandra afirma que «muchas de las estigmatizaciones en los niños acerca el virus vienen por sus padres, cosa que te hace ver que todos tenemos miedo al contagio y a contagiar, pero los niños son esponjas y debemos enseñarles a convivir con la situación».

El coronavirus ha construido un nuevo escenario presencial donde no es fácil ejercer la violencia física sin ser visto. Así, los docentes avisan de que debido al covid existe más violencia dentro del espectro psicológico y que debe tratarse en las aulas formando al docente.